La Comisión de Cultura y Patrimonio Histórico ha aprobado por unanimidad una Proposición No de Ley (PNL), presentada por el parlamentario de Ciudadanos por Málaga Francisco Javier Pareja, para iniciar la rehabilitación del Aula Picasso, un espacio de 100 metros cuadrados, hoy cerrado, que pese a su estado “mantiene intacta la magia de haber sido un lugar de creación”.

El parlamentario malagueño sostiene que probablemente este sea “el único legado real y original vinculado al pintor que hoy sobrevive en la ciudad” de Málaga y que, de hecho, el propio Pablo Ruiz Picasso “recordaba con cariño en su entorno familiar, al referirse a la vieja escuela y su imponente escalera”.

También en el mismo edificio se encuentra la denominada Sala de Color, popularmente conocida como El Palomar, “y que guarda estrecha relación con las temáticas preferidas de José Ruiz Blasco –padre de Picasso–, las palomas y los toros, que también influyeron en su hijo”. Dicha sala es titularidad de la Consejería de Educación aunque carece de uso, explica Pareja.

Así, se ha aprobado instar al Consejo de Gobierno a retomar el acuerdo adquirido por la Junta de Andalucía en el año 2009 con la junta de gobierno del Ateneo de Málaga para iniciar un proyecto de rehabilitación del Aula Picasso.

También, que una vez concluya dicha rehabilitación, se realicen las acciones necesarias para su apertura al público, tanto del Aula Picasso como del Palomar, “para así completar el programa cultural, artístico y turístico en torno al circuito picassiano de Málaga, conformado por la Casa Natal, el Museo y la escuela”.

La actual sede del Ateneo de Málaga, en la céntrica Plaza de la Constitución, es un edificio que ha sufrido muchas transformaciones en su historia. En una época más reciente se dividió como Escuela Femenina de Magisterio y la Escuela de Artes y Oficios Artísticos, para en la actualidad mantener un colegio público en una parte y la que correspondía a la escuela de artes es el Ateneo.

Cuando fue Escuela de Bellas Artes de San Telmo, a partir de 1875, en ella impartieron clases profesores como Bernardo Ferrándiz, Moreno Carbonero, Muñoz Degrain o José Ruiz Blasco. Esta escuela fue, por tanto, la primera vía de contacto de Pablo Ruiz Picasso con los estudios clásicos, llegando incluso a ser denominada por algunos autores como “el universo infantil de Picasso’.

Probablemente en aquel lugar comenzó a hacer sus primero dibujos, tomando como referencia las esculturas de aire clásico que se utilizaban para la enseñanza, figuras originales que todavía perduran. El aula necesita reparaciones sobre el suelo y la solería, además de recuperar paredes y mobiliario para devolverle “el estado exacto que tuvo durante la infancia de Picasso”.