Cultura

Pasión Vega, profeta en todas partes

  • La cantante malagueña presenta hoy y mañana su último disco, 'Sin compasión', con dos conciertos en el Teatro Cervantes para los que ha vendido todas las entradas y para los que promete notables sorpresas

Pasión Vega llega puntual a la rueda de prensa, en plena complicidad con los fotógrafos, a los que devuelve guiños e indicaciones. Sabe regalar su sonrisa con la más difícil combinación de elegancia y generosidad a los voraces flashes que la rodean. Es una estrella, claro, pero mantiene ese aire de chica con la que uno se ha cruzado toda la vida y, lo que sí resulta digno de mención, sin esforzarse por parecer más ni menos de lo que es. La cantante compareció ayer ante los medios de comunicación en el Teatro Cervantes para dar cuenta de los conciertos que ofrece hoy y mañana en el mismo escenario, en plena gira de presentación de su último disco, Sin compasión. Resultaría fácil aplicarle aquello de "profeta en su tierra", ya que, como suele ocurrir en su caso, las entradas para las dos actuaciones ya se agotaron hace tiempo (los rezagados, no obstante, aún pueden hacerse con algunas entradas sueltas que al menos ayer quedaban en Paraíso y el tercer piso, si es que tienen suerte), pero con seis discos a sus espaldas, un repertorio firmado por los autores imprescindibles del orbe hispano y el reconocimiento del publico español y latinoamericano, lo que en realidad compete a Pasión Vega es su condición de profeta en todas partes. Se le puede aplicar ya, por derecho, el título con el que José Saramago bautizó a Carlos Cano: "Cantor de cuatro caminos", en relación a los puntos cardinales. Conjúguenlo en femenino, y voilá.

Pasión Vega habló ayer de "orgullo" al describir las emociones que le asaltan cuando regresa a cantar a su ciudad. Pero también de memoria, del recuerdo de sus primeros pasos: "La primera vez que canté en el Teatro Cervantes lo hicimos todo entre amigos, hasta los fotos para la promoción y los programas de mano. Cuando vuelvo hoy a actuar me acuerdo, por supuesto, de aquella ocasión, y me siento feliz porque hoy soy la Pasión Vega que quería ser entonces. Pero eso se debe a que siempre ha habido personas dispuestas a darme la oportunidad de cantar en mi tierra, siempre, proyecto tras proyecto. Es el esfuerzo de muchos años y mucha gente". Y en esta especie de resumen de noticias, el balance es demoledor: "He hecho siempre lo que he querido. Eso me ha movido siempre a sentirme muy responsable de todo, no sólo de mi voz y de la música, también de la puesta en escena. Pero, afortunadamente, he contado con canciones escritas por compositores de primera fila para sentirme segura, para convencerme de que el mensaje que transmitíamos era el acertado".

Que por Pasión Vega sienten rendida admiración autores de la talla de Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Javier Ruibal y Luis Pastor es más un axioma que una evidencia. La tónica se repite en Sin compasión, con canciones de autores de amplio reconocimiento como Pedro Guerra (que firma No hay fracaso, el corte que abre el álbum) y otros más jóvenes aunque de sobrada experiencia como Antonio Romera, Paloma Ramírez y Manuel Carrasco, que debuta en lo que al repertorio de la cantante se refiere. Sin embargo, la intérprete subraya especialmente la contribución de Jesús Bienvenido, responsable del "armazón fundamental" del disco y de un buen número de temas que Vega ha convertido en himnos a lo largo de su trayectoria. La malagueña combinará estas últimas propuestas con otros éxitos de anteriores trabajos "que la gente me pide habitualmente, y por supuesto habrá un espacio para la copla y algunas sorpresas". En cuanto a la formación que la acompaña y que dirige Jacob Sureda, se trata de un grupo "más reducido que el de la anterior gira pero más versátil, capaz de hacer una música muy de raíz, con un enfoque étnico, que ahora me interesa especialmente".

Pero Pasión Vega muestra su predilección por los temas nuevos. "Quiero que la gente los escuche, los haga suyos". Durante la grabación del disco la cantante perdió a su madre "y algo de esta historia terrible se filtró, inevitablemente, pero también mucho de mi decisión de aferrarme a la vida y seguir adelante". Sus ojos delatan la emoción. Lo mejor es verla en un escenario. Quien lo probó, lo sabe.

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