Cultura

Permanencia del Paraíso

  • Javier Ojeda lanza a fin de mes su nuevo disco, 'Barrio La Paz. Actos 2 & 3', en el que colaboran 43 músicos El próximo día 19 lo presentará en el Albéniz

A la manera de Frank Zappa en Joe's Garage, Javier Ojeda lanzará el próximo día 29 en plataformas digitales y el 4 de marzo en tiendas su nuevo disco en solitario, Barrio La Paz. Actos 2 & 3 (así, sin la preposición), continuación de aquel Barrio de la Paz. Acto 1 que dedicó a las calles de su infancia y que, con una propuesta musical mucho más ecléctica, pone voces y sonidos a la otra gran referencia geográfica y sentimental del músico: Torremolinos y la Costa del Sol. Ojeda subió ayer mismo a la Red el videoclip del primer single, Hora de empezar, preclaro tributo al Torremolinos de la infancia del cantante de Danza Invisible inspirado, con la dirección de Chema Vargas, en las películas de José Luis López Vázquez. La pieza cosechó ya ayer un notable pelotazo que invita a augurar mayores éxitos para un álbum cuya nómina de colaboradores incluye a Chucho Valdés, Lamari de Chambao, Sara Baras (que aporta un sugerente taconeo), Javier Andreu de La Frontera, Manuel España de La Guardia, José Antonio García de 091, El Kanka, Laura Insausti de Dry Martina e Irene Lombard, además de las voces de Juanma Lara, Salva Reina y, atención, Chiquito de la Calzada. El próximo día 19, Ojeda vestirá de largo este trabajo con un concierto especial en el Cine Albéniz como preámbulo de un año que se promete abultado en cuanto a agenda de actuaciones.

Frente a la concepción unánimemente latina de Barrio de la Paz. Acto 1, para esta entrega Javier Ojeda quería hacer algo "más funky disco. Más como lo que escuchábamos en el Tiffany's, que era el sitio de Torremolinos al que íbamos a bailar. Por eso hay referencias al Let's dance de David Bowie y al Psycho Killer de Talking Heads. Uno de los temas en los que colabora Chucho Valdés, de hecho, es muy funky". Al mismo tiempo, el artífice albergaba una intención argumental: "Tenía la idea de reivindicar el Torremolinos que yo viví de jovencito, que era entonces una ciudad mucho más avanzada que Málaga. Y también quería contar algo sobre la emigración, sobre la gente que decide irse a otro sitio a buscarse la vida. Pero no desarrollé el concepto general del disco hasta después de la muerte de mi padre, el pasado septiembre. Mi padre decía que Alemania estaba en Torremolinos. Era un hombre sencillo de Linares que de pronto se vio metido en el desarrollismo de la Costa del Sol y comprendió que ahí había un mundo de oportunidades: mientras muchos de su generación se iban a Alemania, él decía que se podía encontrar lo mismo aquí. Me apetecía ahondar en esa imagen de Torremolinos y de la Costa del Sol como territorio de libertad y de oportunidades, y de aquí nació el Acto 2. El Acto 3 tiene un comienzo más melancólico, con Juanma Lara haciendo una imitación perfecta de Jesús Gil. A partir de ahí, el Acto 3 es muy triste: habla del fin de aquella libertad y de quienes lo arrasaron todo, los sinvergüenzas que destrozaron la costa. El disco termina con Camino verde, la canción de Carmelo Larrea, que con los arreglos de Chucho Valdés funciona como una especie de canto ecologista friki".

De modo que este nuevo Barrio La Paz encierra una intención claramente reivindicativa respecto a un ámbito, la Costa del Sol, que ha pasado de representar un templo de modernidad a convertirse en un nido de desfalco y especulación. Una intención para la que, aunque musicalmente el nuevo disco suene "menos rockero", Ojeda no ha dudado en echar mano de su instinto más punk, el mismo que marcó en gran parte los inicios de Danza Invisible en trabajos como Música de contrabando: "Es que yo soy costasoleño. Y cuando voy con la bici por el paseo marítimo de Torremolinos y no se ve un metro de playa, porque todo está tapado por bloques vacíos, ahí sí que me sale el punk. O cuando la alcaldesa de Casares me dice que casi todos los que tienen entre 30 y 35 años en el pueblo están en paro. ¿Cómo hemos llegado a esto?". Eso sí, Ojeda matiza que los años "me están haciendo menos radical con los colores políticos. Porque a veces te encuentras que, por ejemplo, el hombre que está levantando ahora Estepona es del PP. Los colores me dan igual. Pero sí creo que, si viviera, Jesús Gil seguiría siendo alcalde de Marbella".

Otro argumento completa necesariamente este pesimismo brindado a flor de piel: "Hora de empezar, el single, nació de una conversación que tuve con mi hermano hace un par de meses. Estábamos en el Paseo Marítimo de Torremolinos y me dio por pensar que, por mucho que esto ya no sea lo que fue, a pesar del expolio y de la ruina, todavía se está muy bien aquí, se vive muy bien. Como si la naturaleza se revelara contra el empeño del hombre en destrozarlo todo, o como si realmente fuera difícil acabar del todo con el Paraíso". Y también es este tema un antídoto contra la nostalgia: "He hecho siempre lo que me ha salido de las narices. Y lo que me ha movido cada vez es mirar hacia adelante". Será de justicia acompañarle.

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