Personajes imposibles pero reales
El documental argentino 'Un rey para la Patagonia' se acerca, mezclando realidad y ficción, a un francés autoproclamado monarca y a un argentino que nunca pudo acabar una película sobre él
Un francés que se autoproclamó rey de la Patagonia en 1870. Una película sobre su historia, un siglo después, que se quedó a medias. Y un joven al que le piden acabar el metraje en pleno siglo XXI. Son los ingredientes principales de una película que circula entre el delirio y la genialidad; cuya realidad supera de largo a la ficción y cuya ficción se acerca al documental. Así es Un rey para la Patagonia, que se verá esta noche en el Echegaray a las 19.45.
"Cuando empecé el proyecto lo hice con libertad absoluta, no pensé en géneros. Pero finalmente acabó en un documental, porque servía para cerrar las historias que contamos", explica su director, el argentino Lucas N. Turturro. Fue a él a quien el viejo publicista y cineasta fracasado Juan Fresán pidió en 2004 acabar una película que tenía guardada en el armario. Turturro recuerda el encuentro como ver "a una especie de Papa Noel del cine". Fresán llegó al laboratorio de la universidad donde Turturro tomaba mate junto a un amigo con un saco con 11 latas de negativos que quería limpiar. Fresán les contó su proyecto, cómo quiso hacer una película sobre la increíble historia de Orélie Antonie de Tunuens, un francés que se había erigido como rey de la Patagonia; pero también les contó como en varias veces intentó acabarla y nunca pudo.
El proyecto les unión. Así que Fresán volvió a intentarlo junto a Turturro, pero falleció repentinamente. Así que el joven hizo entonces el proyecto propio, intentó finalizar la película... Y tampoco pudo. "El guión era extraño. Todo era difícil de unir y no sabíamos cómo hacerlo bien", recuerda. A la quinta oportunidad, sin embargo, todo cuadró. Decidió hacerlo contando tres historias paralelas: la del propio Juan Fresán "un tipo que soñó con hacer una película y nunca pudo"; la de De Tunuens "un tipo que quiso ser rey sin ejército, batalla ni planes..."; y también la de cómo la película llegó por casualidad a sus manos.
"Tres historias que al final hablan de obsesiones. Ya sea por una película o por un trono", añade el realizado argentino, que cuenta cómo aún hoy existen herederos a ese supuesto trono francés: Entregan títulos de nobleza, acuñan monedas, venden tierras, tienen bandera... "Existe hasta un museo en París y reuniones del sexto heredero con sus ministros. En el documental lo entrevistamos y la gente nos pregunta si es que es un tipo raro o un actor. Pero es que él así", subraya Turturro.
Todo lo hace casi desde la locura, con secuencias que se acercan a los Monty Python. Y es que tanto Fresán como de Tunuens son personajes que podían estar en cualquier de sus películas. Ahora lo están en Un rey para la Patagonia, que se puede ver por primera vez en Europa en Málaga. Una oportunidad.
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