-La última vez nos dejó en el cielo con Pájaro que vuela libre y ahora nos baja al suelo con este Camina. ¿Ha sido intencionado?

-No, qué va. Es que yo siempre estoy entre esos dos puntos, entre el cielo, vivo en una zona donde se ven las estrellas, y la tierra. Y ahí estoy, flipándolo todos los días con esa relación que nunca vamos a terminar de entender. Y en mi manera de componer también juego con ese desconocimiento de las cosas, por eso, no es que en el disco anterior estuviera en el cielo y ahora en el suelo, es que están las dos visiones en mi manera de ver las cosas que me rodean. También es que hay canciones en este disco que nacieron antes que el disco anterior... Así que no suele haber nada premeditado.

-La imagen del disco también deja ver esa dualidad...

-Sí, estoy caminando pero dando un salto y llevo unas alas... Nos divierte esa dualidad.

-Entonces, es más un camina pero no corras, ¿no?

-Sí va más por ahí, por la tranquilidad... Aunque yo, a veces, prefiero no darle explicación a los títulos.

-¿Ahora se toma la vida de manera más reposada?

-A ver, ahora vivo en el campo después de estar once años en Madrid pero es que también me he criado en un sitio tranquilo, en Matola, una pedanía de Elche. Es una zona de campo y toda mi infancia se ha rodeado de naranjos y limoneros. He tenido una vida familiar tranquila porque hasta mi padre tenía el trabajo en casa. Era cortador de zapatos y se montó su tallercito allí en casa, ahí tranquilo. Así que llevo cultivando esa tranquilidad desde pequeño aunque fuera un chaval atacado y nervioso. Esa tranquilidad es la que busco cuando me siento con mi guitarra. Al final, busco lo mismo que mi padre cuando se ponía a trabajar en ese taller. Y desde esa tranquilidad escribo y sin pensar más allá de lo esencial: del aire, del tiempo... Creo que, a veces, perdemos el tiempo con ciertas cosas que, cuando las analizas y las comparas con esas cosas esenciales, no es que deje a las otras a la altura del betún, es que no tienen altura.

-Camina habla de origen pero también de soledades, ¿la teme, la busca...?

-La soledad es necesaria de vez en cuando y hay que buscarla aunque sean cinco minutos cada equis tiempo. El punto mío es que justo cuando me quedo solo es cuando salen las cosas aunque, bueno, yo nunca estoy solo porque hablo conmigo mismo, parece que estoy colgado (bromea). Ese momento de soledad es importante y cada uno lo debería de dedicar a lo que quiera, yo lo dedico a hacer canciones o a pintar cuadernos de colores y de letras que, a veces, no tienen ningún sentido pero, otras, se rodean de acordes de guitarra y tiran para adelante.

-¿Compone todos los días?

-Sí porque mi PlayStation es componer. En mi cabeza está ya integrado ese videojuego que me divierte, que no es otro que hacer canciones. Una cosa curiosa, hace unos días vi un documental sobre Michel Camino (Michel Camilo, todos los colores del piano) que, claro, iba hablando de composición y supongo que mucha gente pensaría, ¿pero qué me están contando?, y yo lo estaba flipando, porque hablaba de ir un poco más allá. Y a mí me gustan las dos cosas, hacer cosas que las entienda la gente y hacer cosas para mí que no muestro a los demás, que es mi música personal.

-¿Y qué tiene esa música?

-Pues que no está cohibida. Pruebo cosas, pongo las voces que me da la gana, tengo unas voces mías que las llamo 'las camelis' (ríe)... No sé, es un punto divertido que se queden en casa. Y, a veces, te reconozco que también es un poco de prejuicio con la gente, de que si no lo van a pillar o algo... Y me molesto conmigo mismo cuando pienso así, porque debería también mostrar otras cosas. Pero, bueno, tiempo al tiempo...

-En este disco, decía antes, hay algunos temas cuyo germen nació hace mucho tiempo...

-Sí, sí... Por ejemplo, Una puerta entreabierta sólo tenía "hay una puerta entreabierta" (canturrea) y venga una vez y otra vez, pero ¿qué pasará detrás de esa puerta?, pensaba yo, y detrás de esa puerta, ¿qué pongo?... La tuve que dejar reposar y al tiempo ya le encontré la calle, el sitio, y el sentido de esa puerta, pero durante un tiempo estuve sólo con esa puerta, sin casa ni nada detrás, sólo una puerta que daba a un campo... O, también, ocurre que hay versos que son de unas canciones y acaban en otra, o se separan y crean su propia canción... También me gusta robar las frases que escucho por la calle, aunque con eso no hago canciones, eso entra en la parte esa de divertirme que te decía.

-¿Con Camina se cierra la trilogía de Chatarrero?

-Qué va, he leído eso también por ahí, pero para nada. Chatarrero soy yo, es mi segunda piel, como lo fue ElBicho en su momento. De hecho, ya están por ahí rondando canciones para Chatarrero 4.

-¿Sacar un disco hoy es más complicado que hace unos años?

-Con las nuevas tecnologías es más fácil porque con 3.000 pavos te puedes montar un estudio en casa bastante potente, cosa que no se suele decir cuando se habla de la industria y todas esas cosas... ¿Que esa misma tecnología con internet afecta a la venta de discos? Pues te puede llegar a molestar que se vendan o no vendan discos pero yo confío en que a la gente que le gusta el proyecto acaban comprándolo más tarde o más temprano.

-¿Con ganas ya de gira? En febrero le esperamos en el MAC Palacio de Ferias de Málaga.

-Ni me digas cuándo que me pongo muy nervioso. Luego ya estoy a tope y me animo pero ahora mismo me pongo nerviosísimo (ríe).