Pop de la era Chanante

Quienes saben de esas cosas dicen que la escena indie nacional se está renovando y que está mejor que nunca. Bueno, cuando los expertos hablan los demás nos callamos. De esa camada, de esa imparable avalancha destaca Manos de Topo, grupo formado en Barcelona en el 2004 e integrado por un grupo de tipos que coincidieron en la Escuela de Cine de Barcelona. Ortopedias bonitas fue su debut, un álbum que parecía una broma pero que llamó la atención de la escena con unas letras que se pretenden surrealistas aunque si se miran con distancia son simples y bastante tontas; como la forma de cantar de M. A., un lloriqueo constante e irritante -los hay que lo adoran-.

Manos de Topo repite jugada con El primero era mejor, un disco producido por Diego Güiz y con ilustraciones de Gonzalo Rueda -¿no es uno de los mejores títulos de nuestro pop?-. Canciones como Libros de autoayuda, Aeropuertos de segunda, Pollo frito o Palabra de Eva Sannum dan pistas sobre la continuidad de la propuesta chalada de estos cuatro cómicos. Y es que la banda no se ha roto la cabeza con su segundo disco, aunque todo suena un poco mejor.

El lugar común que rodea a este grupo es que o los adoras o los odias. En fin, se ha dicho de tanta gente que ya no significa nada. Manos de Topo es un grupo de chiste con más gracia que Puturrú de Fuá pero menos sustancia que Moldy Peaches, por situarlos entre dos posibles referentes. Esto no es ni nuevo ni especialmente bueno, pero sí es cierto que han conseguido llamar la atención entre tanta propuesta surgida a rebufo de La Hora Chanante.

Esto es para lo que da el relevo generacional, no es ni mucho ni poco, es sólo lo de siempre, que todo cambie para que todo siga igual. Lo malo es que bandas como Derribos Arias sí que eran divertidos, tenían buen sentido del humor y la suya era música de su tiempo, no de la tele.