'Prêt-à-porter' cultural
Arte
Tiravanija exhibe hasta el 29 de marzo en el CAC 'A long march' e introduce en lo artístico cuestiones en torno a la libertad, la democracia y los hábitos culturales
A long march cuenta con muchos de los rasgos que caracterizan las intervenciones y proyectos artísticos de raíz conceptual de Rirkrit Tiravanija. Éstas lo perfilan como un destacado autor de aguzado juicio crítico que desde los 90 prosigue en la senda de la eliminación de las fronteras establecidas en la institución arte, otorga un papel fundamental y participativo al espectador -no se trata sólo de finalizar con nuestros razonamientos la estructura, cual obra abierta, sino de operar e implicarnos en ella físicamente-, así como de introducir en lo artístico cuestiones en torno a la política, la libertad, la democracia, los hábitos culturales, los procesos de transferencia cultural, la construcción de identidades -y de falsas identidades- y, quizá lo que es más trascendental, evidenciar nuestra cuota de participación en todos ellos.
Tiravanija, al hacernos reflexionar sobre nuestra cuota de participación en torno al grado de compromiso individual y, por extensión, colectivo, realiza un ejercicio crítico y político. El artista plantea problemas gruesos sobre nuestra consideración como sociedad con levedad e ironía, sin forzar los contenidos, sin emplear formas violentas o fuertemente expresivas, sin señalar las soluciones, sin atisbo de mesianismo ni falsas lecciones de ética ni carácter edificante.
Nos pone en situaciones simbólicas y metafóricas y nos hace vivirlas, sumergiéndonos en un estado de desmadejamiento, de reflexión mientras enjuiciamos nuestra intervención, que sería tanto como analizar la problemática que subyace en ella y sobre la que Rirkrit desea hacernos partícipe.
Las situaciones que le interesan son aquéllas que nos ofrecen una imagen especular de las sociedades globalizadas y multiculturales del XX y XXI y de las relaciones entre ellas, entre distintos ámbitos geográficos, económicos y sistemas de gobierno, especialmente de las hegemónicas occidentales sobre las restantes: sociedades desapegadas y desafectadas; superficiales y banales; desideologizadas y pragmáticas.
Son sociedades tendentes al gesto, a la apariencia y al contacto furtivo con otras sociedades e individuos, en lugar del compromiso, la implicación y el conocimiento en profundidad; que establecen juicios de valor y crean identidades culturales en función de simples escarceos cognitivos y aspectos muy parciales de otras culturas. En definitiva, una suerte de prêt-à-porter cultural, de superficialidad y comodidad intelectual, de tomar y llevar sin más cuestionamientos.
Este proyecto del CAC puede quedar concluido o inconcluso dependiendo de la participación del público, pero que, en cualquier caso, amplía la experiencia y ofrece nuevos marcos de reflexión. Básicamente funciona así: una imagen proyectada es ocultada parcialmente por un cerro de camisetas con el lema Uno no puede simular la libertad. Hemos de tomar las camisetas para que en nuestro acto individual secundado por otros se libere la imagen. Por último, seremos fotografiados con la camiseta puesta, cual ficha policial con nuestro correspondiente número, como consecuencia metafóricamente fatal de nuestra implicación. Y es que, la libertad no se puede disimular y puede ser un riesgo intentar vivirla o luchar por ella.
Tiravanija, con nuestra interactuación, por un lado nos hace ver, a nosotros, individuos de sociedades con un alto grado de libertad, que en otros países no caben ambigüedades; y, por otro, nos remite a la articulación individuo/sociedad: la acción es comunitaria y compartida, si no se secunda por otros deviene aislada e infructuosa.
No hay comentarios