Rincón reúne las postales de una 'Andalucía imaginada'
La Casa Fuerte de Bezmiliana inauguró ayer una exposición con 162 fotografías organizada por la Fundación La Caixa
Las postales fueron una ventana al mundo. Se regalaban en el primero tercio del siglo XX para relatar alguna vivencia, confirmar alguna fecha de traslado o anunciar algún acontecimiento. Junto a estos usos siempre estaba el mostrar un lugar emblemático de la ciudad de residencia, o por el contrario, del lugar idílico al que se había viajado. La Alcazaba, el puerto y las jábegas o La Coracha eran las imágenes más recurrentes en nuestra provincia. La Alhambra, la Mezquita, el Puerto de Santa María o Punta Umbría no escapaban de la mirada de los fotógrafos que recorrieron la geografía andaluza para tomar las instantáneas que devuelven al presente tres décadas de historias. En total son 162 fotografías las que la Obra Social La Caixa en colaboración con el Ayuntamiento de Rincón de la Victoria ha llevado la Casa Fuerte de Bezmiliana. Se trata de la exposición Andalucía imaginada. Fotografías 1910-1930 que refleja cómo se conformó un particular imaginario andaluz que encandiló a los viajeros de la época.
Las instantáneas de Thomas, Roisin y Ginestà, fueron usadas para imprimir las primeras tarjetas postales. Pertenecen a tres archivos localizados en Barcelona y en dos de ellos han tenido mucho que ver el Centro de Tecnología de la Imagen de la Universidad de Málaga ya que interesados por los fondos andaluces contenidos en el Institut d'Estudis Fotogràfic de Cataluya se ofrecieron a documentarlos y procesarlos digitalmente para su conservación. "Desde la Universidad de Málaga se tenía constancia de la existencia del archivo Thomas. Había que recuperarlo. Estaba a punto de perderse expoliadas. Descubrimos entonces que estaban en el Archivo Fotográfico de Cataluña guardadas en óptimas condiciones, pero olvidadas", comentó el director del Centro de Tecnología de la Imagen, Javier Ramírez, quien comentó que existen alrededor de 10.000 fotografías. "Tienen un importante atractivo porque configuran el patrimonio histórico. No sólo se trata de descubrir los lugares más fotografiados por los visitantes, y por tanto, los de mayor calado, sino que podemos ver la evolución del espacio urbano. La transformación de un inhóspito litoral, por ejemplo", comentó Ramírez. De hecho, en el caso de Málaga, no sólo se pueden ver los lugares más emblemáticos, sino que además recrean de esa primera mitad del siglo: los burros con canastas ofreciendo venta, las capas y sombreros que los hombres utilizaban entonces, pescadores en la playa cosiendo redes o las cabras recorriendo La Coracha.
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