Rocío Molina gana el Premio Max a la Mejor Coreografía
La bailaora malagueña partía como gran favorita en la gala celebrada ayer con 'Bosque Ardora' Pepón Nieto, mejor actor de reparto
Las cuatro candidaturas (Mejor espectáculo de danza, Mejor coreografía, Mejor diseño de iluminación y Mejor bailarina principal) no dejaban lugar a muchas dudas: la bailaora malagueña Rocío Molina partía como favorita para la gala de los Premios Max de las Artes Escénicas celebrada ayer en la sala BARTS de Barcelona con Bosque Ardora, su último espectáculo, estrenado en la pasada edición de la Bienal de Sevilla (institución que, por su parte, se llevó ayer el Max por su contribución a las Artes Escénicas) y verdadera cima en su trayectoria: el filo en el abismo, el instante en que tradición, vanguardia, rabia, contención, coraje y belleza se confunden en un gesto. Bosque Ardora, en su feroz acepción contemporánea, ha conquistado al público y la crítica allá por donde ha sido representada (clama al cielo que el espectáculo no haya podido verse aún en Málaga; si bien, por otra parte, semejante desgracia revela con eficacia cuál es la posición real de la ciudad en el mapa cultural español) y los Max obraron ayer en consecuencia (aunque con discreta determinación) entregando a Molina la manzana a la Mejor coreografía. Un galardón que confirma el magisterio de la malagueña en la danza actual (por más que Olga Pericet le arrebatara el Max a mejor bailarina principal, así como la compañía Sharon Friedman le dejó sin el Max al Mejor espectáculo de danza, mientras que Juan Gómez Cornejo se llevó el Max al Mejor diseño de iluminación por Fausto), mucho más allá de sus apellidos flamencos, aunque la artista, defensora a ultranza de la libertad creativa, se haya mantenido siempre dentro de los márgenes (consecuentemente flexibles) del compás. Pero no fue Molina la única malagueña premiada ayer por la Fundación SGAE a través de los Max: el marbellí Pepón Nieto se llevó el galardón al mejor actor de reparto por su trabajo en El eunuco, la adaptación de la comedia de Terencio estrenada en la pasada edición del Festival de Mérida y que sí pudo verse, afortunadamente, en el Teatro Cervantes.
Por lo demás, Cuando deje de llover, una producción de Madrid Destino Cultura y Negocio, se llevó el Max al Mejor espectáculo de teatro. Blanca Portillo le arrebató un Max a la Mejor actriz protagonista que parecía cantado para la granadina Gema Matarranz (fabulosa en Juana, la reina que no quiso reinar, que pudo verse en el Echegaray) por su trabajo en El testamento de María, que se representará también en el Teatro Cervantes los próximos 19 y 20 de junio (por cierto, Portillo fue de las más combativas y reivindicativas en una alocución de marcado carácter político). Lluís Homar ganó el trofeo al Mejor actor protagonista por Terra baixa, y un anonadado Israel Galván hizo lo propio con el galardón al Mejor bailarín principal por Fla.co.men.
Uno de los momentos más emotivos de la gala barcelonesa tuvo como protagonista a Rosa María Sardá, que recibió el Max de Honor ante un auditorio puesto en pie y que también se mostró beligerante: "Nos están dejando con el culo al aire, quieren hacerlo. Pero no lo van a conseguir. Los políticos pasarán, pero nosotros seremos siempre actores. Siempre tendremos la seguridad de que la cultura es algo importante para el crecimiento de un pueblo y su supervivencia. Llevamos muchos años luchando y seguiremos en la lucha. Ya dijo Lorca que un pueblo que no fomenta su teatro es un pueblo muerto o moribundo". Concluyó la Sardá enviando una butifarra a ciertos políticos, "para que las disfruten en sus largas vacaciones".
Julián Fuentes Reta ganó el Max a la Mejor dirección de escena por el espectáculo Cuando deje de llover, imponiéndose a Oriol Broggi y Carme Portaceli, que optaban respectivamente por las obras Adiós a la infancia y El Presidente. Por su parte, Laila Ripoll y Mariano Llorente obtuvieron el Max a la mejor autoría teatral por su obra El triángulo azul, que narra el horror que vivieron los españoles exiliados y deportados tras la Guerra Civil en Mauthausen.
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