Roque Baños o el compositor como actor
El autor de bandas sonoras de películas como 'Balada triste de trompeta' y 'Las 13 rosas' recibió ayer el Premio Ricardo Franco

Ha llegado esta semana Roque Baños (Jumilla, Murcia, 1968) a Málaga procedente de Los Ángeles, donde trabaja en la banda sonora de una película cuyo título no quiso desvelar (sólo apuntó que detrás del proyecto se encuentra nada menos que Guillermo del Toro). Ayer, este compositor de música para películas como Goya en Burdeos, El otro lado de la cama, La flaqueza del bolchevique, El séptimo día, Alatriste, Las 13 rosas, Los crímenes de Oxford, Balada triste de trompeta y toda la saga Torrente recibió el Premio Ricardo Franco en el Teatro Cervantes, donde dirigió a la Orquesta Filarmónica de Málaga ("Son geniales, nos han bastado cuatro ensayos", confesó ayer) y al Coro Zyriab de Córdoba en un concierto especial que repasó algunas de las partituras más significativas de su filmografía, desde Celda 211 hasta La daga de Rasputín pasando por Diario de una ninfómana. El galardón del Festival de Málaga se suma a otros muchos que representan la joya de la corona de una carrera tan fecunda y sin embargo tan joven, especialmente su tres premios Goya: uno a la mejor canción original por Salomé (2003) y dos a la mejor música original por Las 13 rosas (2008) y Los crímenes de Oxford (2009).
Horas antes de la entrega del Premio Ricardo Franco, Roque Baños mantuvo un distendido encuentro con la prensa en el que dio buena cuenta de su satisfacción por el reconocimiento, "a no ser que signifique que quieren retirarme". Además, expresó su orgullo ante la nómina de quienes le han precedido en su recepción, siendo el único compositor que hasta ahora figuraba en la misma Alberto Iglesias, el otro gran hombre de la música para cine en España: "Eso me da aún más alegría. Alberto y yo somos muy amigos, pero él está a otro nivel, es un maestro". Lo cierto es que Baños es un compositor fetiche para directores como Álex de la Iglesia y Carlos Saura, y su filmografía reúne una amplia variedad, cuando no disparidad, de géneros y registros. Si ya en Salomé abordaba el flamenco, sus melodías han regado películas de terror, thrillers, dramas rigurosos y comedias alocadas, un abanico que en lo que se refiere a la composición musical parece difícil de abarcar. Y el protagonista se explica: "Es cierto que a veces resulta difícil pasar de una cosa a otra, pero con el tiempo uno aprende a limpiarse, a resetearse, a olvidarse por completo de la música que ha compuesto antes y a ponerse con un proyecto distinto. Esa disciplina es importante. De todas formas, mucha gente que escucha mi música dice que, a pesar de tratarse de músicas muy distintas, se perciben en algunos elementos comunes, una matriz de la que salen todas". Y remata con un ejemplo cercano: "El año pasado compuse la música de tres películas que no tenían nada que ver: Torrente 4, de Santiago Segura; Intruders, de Juan Carlos Fresnadillo; y La montaña rusa, de Emilio Martínez Lázaro. Y fui capaz de ir de una a otra olvidándome de la anterior".
Cuando se le pregunta si una buena música puede corregir una mala película, responde sin dudar: "Sí. Ocurre más de lo que parece". Y aclara: "Recuerdo una película en la que el director, con el montaje ya terminado, dijo que el resultado no le gustaba nada, que los actores estaban horribles y que nada funcionaba. Poco después volvió a ver el montaje pero ya con la música incluida, y entonces dijo lo contrario, que le gustaba mucho. Y lo cierto es que algún actor de aquella película ganó un Goya". Precisamente, son los actores con quienes Baños se siente más identificado en el proceso artístico que encierra el cine: "La música aporta información sobre las emociones de los personajes. Representa la parte de éstos que no se ve. El actor presta su cara y su cuerpo al personaje, la música sus sentimientos. A menudo, los directores se refieren a mí como a un actor más, y creo que eso es lo correcto". Con una salvedad, tal vez, en la parte económica: "Claro. Como la música es lo último que se añade a la película, a veces cuando toca ya se ha agotado el presupuesto".
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