Salvador Sobral. Músico

"Gané Eurovisión porque yo era algo distinto, como aquella mujer con barba"

  • El cantante y compositor portugués se presenta hoy en el Teatro Cervantes, dentro del Terral, en el primer concierto de su gira española con un repertorio para el que anuncia sorpresas

Salvador Sobral, esta mañana, en el Teatro Cervantes

Salvador Sobral, esta mañana, en el Teatro Cervantes / Javier Albiñana (Málaga)

Sucedió en realidad hace muy poco tiempo: "Dimos un concierto en El Balneario, en los Baños del Carmen. Éramos un cuarteto y en el público había tres personas, de manera que había más gente bajo el escenario que encima. Nos pagaron, eso sí, aunque nunca volvieron a llamarnos. Después tocamos en la terraza de El Corte Inglés. Allí había más gente, pero también más ruido". Hoy, Salvador Sobral (Lisboa, 1989) abrirá su gira española en el Teatro Cervantes de Málaga, escenario que conoció ayer ("¡Es precioso! ¡Es azul, y no rojo como todos los teatros!") y que encontrará lleno hasta los topes (ayer quedaba apenas un puñado de localidades a la venta). Entre los dos momentos, ya se sabe, hubo un acontecimiento decisivo que explica los motivos de la mucha atención que recibe ahora: el triunfo en el Festival de Eurovisión el año pasado con Amar pelos dois. Pero también tuvo que afrontar una dolencia cardíaca que se solventó con un trasplante de corazón y en cuyo proceso de recuperación se encuentra aún inmerso. Con su buen humor y sus recelos ante el escaparate mediático, Sobral cuenta ya, eso sí, con suficientes energías para conquistar al público español: "Sabía que en Portugal me querían mucho, pero fue una sorpresa descubrir que en España también".

Comparecerá el músico hoy en Málaga arropado de nuevo por su cuarteto, el que completan Júlio Resende (piano), André Rosinha (contrabajo) y Bruno Pedroso (batería). Preguntado por el repertorio que desplegará ante un público, el español, que no conoce demasiado sus canciones, Sobral apunta con guasa: "Haremos siete versiones de Amar pelos dois: en clave rock, pop, jazz, funk...". Ya en serio, el cantante y compositor explica que interpretará "tres o cuatro canciones del primer disco [Excuse me, publicado en 2008 y revisitado con una edición en directo el año pasado], otras canciones en portugués, otras en español y una o dos en inglés. También habrá algún bolero. Me gusta cantar además temas típicos de cada sitio en el que actúo, y ya tengo escogido algo especial para Málaga, pero dejaremos que sea una sorpresa". Sobre el que será su siguiente trabajo en estudio, Sobral se limitó a indicar que el disco "ya vendrá; por ahora, pienso disfrutar mucho con estos conciertos".

Cuando el hecho de despertar y que no te duela es un día ganado, comprendes que la fama no vale nada"

Resulta inevitable preguntar al artista por la popularidad ganada tras su triunfo en Eurovisión, y Sobral entra en el juego sin problemas: "Al principio fue bastante complicado, aunque ya lo llevo mucho mejor. Lo que más me cuesta es mi relación con la prensa. No me gustan mucho las entrevistas, porque siempre se corre el riesgo de decir algo imprudente. Pero respecto a la gente que pueda reconocerme por la calle, con eso no tengo ningún problema. Es agradable". Eso sí, si algo tiene claro el portugués es que no le costaría nada prescindir de esa popularidad: "Lo que pasó con mi enfermedad me hizo ver la vida de manera muy distinta. Cuando el hecho de despertar y de que no te duela ya significa un día ganado, comprendes que la fama es algo muy efímero. No tiene ninguna importancia. Si dentro de unos meses vuelto a Málaga y en vez de tocar en el Teatro Cervantes repleto lo hago en un pequeño local de jazz, y si eso me basta para pagar mis factores, seré igual de feliz". En el mismo sentido, preguntado ayer por si alguna vez consideró que su éxito en Eurovisión podía significar un cambio de rumbo en el paisaje musical contemporáneo, respondió así: "La verdad es que sí, pero pronto me di cuenta de que no había nada que hacer. A la gente le gusta la buena música, pero los medios ofrecen otra cosa: música encorsetada en ciertas fórmulas para que todo se consuma de la manera más rápida. En algunas reuniones con discográficas me han apremiado a cambiar mis canciones, a introducir frases repetitivas para hacerlas más estimulantes. Pero no toda la música tiene que ser estimulante de esta manera. La verdad es que fue prepotente por mi parte pensar que podía cambiar algo. Si gané Eurovisión, lo hice porque lo que ofrecía era algo distinto. Igual que cuando salió aquella mujer con barba o el baile ese de las gallinas. Buscaban algo que resultara extraño y les encajé en esa búsqueda". Resultaba pertinente preguntarle si volvería a presentarse al certamen y su repuesta fue categórica: "Sí. Es decir, sí lo haría por primera vez. Volvería a tomar esa decisión. Ahora, después de haberlo hecho, tengo claro que no volvería a repetirlo. Nunca más".

Eso sí, Eurovisión permitió a Salvador Sobral dar un sueño por cumplido en su pasada edición: cantar junto al brasileño Caetano Veloso, uno de sus más queridos maestros, quien subió al escenario para interpretar con Sobral Amor pelos dois: "Nada más bajar del escenario empecé a llorar de la emoción. Le agradecí a Caetano que hubiera cantado conmigo, pero para mi sorpresa él también insistió en mostrarse agradecido. Luego nos quedamos todo el rato en el camerino, y cuando terminó el festival nos fuimos a tocar a la cocina de mi madre. Es una cocina para turistas: mi madre los acompaña al mercado, compran lo que quieran y luego los turistas pueden cocinar ellos mismos en este sitio lo que han comprado o bien, si lo prefieren, mi madre lo hace para ellos. Pues bien, nos metimos allí y estuvimos tocando hasta la madrugada. Me asombró mucho el modo en que Caetano te observa cuando tocas. Yo pensaba, '¿de verdad se está fijando en mí?' Es una persona extraordinaria". En cuanto a la posibilidad, nada desdeñable, de que ambos compartan algún proyecto juntos, Sobral indicó ayer: "No hay nada en firme, pero en cuanto mi estado de salud me lo permita quiero ir a cantar a Brasil, y entonces tal vez sí sería una buena ocasión para plantear hacer algo compartido". No sería una mala constelación.

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