Es cierto que hablar de agosto de 2012 parece cosa de ciencia-ficción, pero la que será la segunda gira conjunta de Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina (que arrancará en marzo en Buenos Aires y que tras un largo periplo americano llegará a España en junio) ha levantado tanta expectación que conviene ir apuntando la fecha en agendas y calendarios: los veteranos e influyentes cantautores, nombres imprescindibles de la música popular española en el último medio siglo, actuarán juntos en el Palacio de los Deportes Martín Carpena de Málaga el 4 de agosto de 2012, cinco años después de que lo hicieran en la ciudad por primera vez en este formato, dentro de la gira Dos pájaros de un tiro, en un concierto que llenó el Auditorio Municipal hasta los topes y que los seguidores de ambos artistas recuerdan con profesa devoción. En esta ocasión, la gira llevará por título Dos pájaros contraatacan y presenta una diferencia notable respecto a la anterior: si en aquélla Sabina y Serrat se dedicaron a rescatar sus respectivos grandes éxitos y adaptarlos a las posibilidades del dúo, en 2012 presentarán su primer disco realizado al alimón con temas nuevos y compuestos a cuatro manos, La orquesta del Titanic, lo que puede considerarse ya una colaboración histórica que será recibida sin duda como agua de mayo por la maltrecha industria discográfica española.

La iniciativa de la composición conjunta constituye una novedad en la trayectoria de Joan Manuel Serrat. No así en la de Joaquín Sabina, quien ya escribió una página similar junto a Fito Páez que no terminó precisamente bien. El mismo Sabina, quien recientemente concluyó un exitoso ciclo de conciertos en Estados Unidos y que disfruta de un periodo especialmente dulce en los escenarios, reveló hace unos meses en una entrevista que los dos mentores se han beneficiado en esta ocasión de las posibilidades tecnológicas y han compuesto el álbum en skype, cada uno guitarra en mano frente a su ordenador. A pesar de que La orquesta del Titanic será el gran reclamo de la nueva gira, es seguro que no faltarán los clásicos respectivos de estos incombustibles animadores de la España más sentimental. Si el verano que viene promete ser parco en lo que a conciertos se refiere, ya hay asegurado al menos un gancho para colgar el sombrero.