Sola en esta escena tan amarga

Crítica de Teatro

Pablo Bujalance

06 de julio 2018 - 01:35

La ficha

'Romeo y julieta' Patio del Colegio Prácticas Número 1. Fecha:4 de julio. Producción: Pata Teatro. Dirección: Josemi Rodríguez y Macarena Pérez Bravo. Adaptación: Josemi Rodríguez, a partir de la obra de William Shakespeare. Reparto: Sandra Bravo, Carlos Scholz, Noelia Galdeano, Carlos Cuadros, Josemi Rodríguez y Macarena Pérez Bravo. Aforo: Lleno.

Tras la (más que lograda) tentativa que significó hace un par de años Mucho ruido y pocas nueces, Pata Teatro vuelve a darle el beneplácito a Shakespeare para su ciclo de clásicos en verano con Romeo y Julieta, lo que obliga necesariamente a andar con pies de plomo. Si entonces resultaba relativamente sencillo llevarse al Bardo al terreno que la compañía había abonado a gusto mediante la comedia del Siglo de Oro español, la tragedia de los amantes de Verona representa un órdago muy distinto en el que no se sabe muy bien qué suelo va a encontrar el zapato a cada paso. Cabe señalar un precedente que seguramente pudo servir de entrenamiento para el nuevo montaje en La Celestina, donde la tragicomedia de Fernando de Rojas se cernía en el cauce de un amor malogrado con la muerte. Aún así, en muchos sentidos, hacer Romeo y Julieta exige empezar de nuevo en lo que al repertorio clásico se refiere; y llevar al público, sin más remedio, a otra parte.

De entrada, Pata Teatro resuelve la tragedia de manera harto reconocible: creciéndose en los límites. Más allá de la opción peterbrookiana por una escena recogida en dos cubos móviles (sin contar con la belleza del magnífico vestuario y el contexto que ofrece el patio al aire libre que sirve de escenario), la propuesta obedece a la regla del menos es más con tanta economía como sabiduría. Por eso resultan especialmente hábiles los silencios, muy bien dirigidos, tanto en la muerte de los amantes como en las pausas que permiten vislumbrar los diálogos internos (el ritmo revela con fidelidad los postulados de Shakespeare en torno la confusión de muerte y vida como contexto de la existencia), a menudo con más solvencia que en el texto. El reparto, bien calibrado y siempre en equilibrio (cuánto echábamos de menos a la enorme actriz que es Noelia Galdeano: bravo), sirve generoso la materia humana precisa. Doliente, confusa. Sola en esta escena tan amarga.

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