El Sorolla "nocturno y moderno" encandila a más de 17.000 personas

La exposición temporal del Museo Thyssen con 18 dibujos y nueve 'gouaches' realizador por el pintor durante su estancia en Nueva York se convierte en la muestra más visitada de la sala noble

Una visitante observa 'Central Park, Nueva York', uno de los nueve 'gouaches' de Sorolla expuestos en el Thyssen.
Una visitante observa 'Central Park, Nueva York', uno de los nueve 'gouaches' de Sorolla expuestos en el Thyssen.
Isabel Vargas Málaga

27 de octubre 2016 - 05:00

De sobra es conocida la habilidad de Joaquín Sorolla (1863, Valencia) para trabajar la luz -no en valde le llama El pintor de la luz-. Sin embargo, la nueva muestra temporal del Museo Carmen Thyssen, estrenada hace justo un mes, descubre a un Sorolla "diferente, moderno, nocturno, cosmopolita", señaló ayer por teléfono Lourdes Moreno, directora artística de la pinacoteca malagueña. Es quizá por eso por lo que Sorolla. Apuntes de Nueva York ha tenido en cuestión de un mes más de 17.000 visitantes. "Nos esperamos que fuera mucha gente, puesto que Sorolla es un artista bastante apreciado por el público. Y creo que ha llamado la atención porque se ha mostrado una faceta poco conocida del pintor", explicó Moreno en alusión a la "grata" noticia.

Los nueve gouaches -técnica pictórica que consiste en diluir el color en agua sola- y los 18 dibujos exhibidos hasta enero en la pinacoteca son el fruto de una fugaz estancia, apenas un mes, del pintor en la ciudad norteamericana en 1911. A ese mismo período corresponden la colección de pinturas titulada Visión de España (1911-1919) que realizó para The Hispanic Society of America, por encargo expreso de su fundador -y mecenas durante años- Archer M. Huntington.

"Nos encontramos con un artista en su madurez, en conversaciones con Huntington para llevar a cabo ese gran encargo que le llevaría muchos años de su vida -la citada Visión de España-. Instalado ya en Manhattan, el autor no descansa y realiza estos gouaches con esa mirada de halcón, desde el alféizar de la ventana del hotel Savoy, con la que capta la energía de Nueva York", explicó Lourdes Moreno, comisaria a su vez de la muestra, durante la pasada presentación de la muestra.

También es una muestra "excepcional", en palabras de Consuelo Luca de Tena, directora del Museo Sorolla, porque se muestran obras en las que se utiliza "una gama cromática especial". "Hablamos de piezas muy espontáneas y, curiosamente, muy nocturnas, lo cual llama la atención siendo Sorolla el pintor de la luz", recalcó Moreno durante la pasada rueda de prensa a medios. La directora de la pinacoteca emplazada en calle Compañía se refiere a las aguadas Casa de Vanderbilt, Nueva York; Hotel Plaza; o Esquina de la Calle 59, donde asoman con sutileza colores como el negro, el azul marino o el naranja.

A la inusual gama cromática, se suma la mirada tan fotográfica del autor impresionista en estas obras -hechas en "vulgares cartones donde se doblaba la ropa en el Savoy"- con vistas en picado y encuadres casuales. "Sorolla tiene esa mirada tan fotográfica porque a los 15 años ingresó en la Escuela de Artes de Valencia. También porque conoció al fotógrafo Antonio García Peris -protector del pintor en sus primeros tiempos y con cuya hija Clotilde se casaría años después-. Al ver las dotes de Sorolla, García le dijo que dejase de ir a la herrería con su tío y que fuera a su taller de fotografía. Sorolla ha mirado a través de un objetivo de una cámara. Él tiene la facilidad de pintar esa instantaneidad. Tiene una retina privilegiada, con la que puede mantener la visión durante más tiempo que cualquier mortal", razonó la bisnieta del autor, Blanca Pons Sorolla, acudió hace un mes a la presentación de la muestra, que hoy atesora el título de "exposición individual más visitada en la sala noble".

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