El Teatro Real estrena su visionaria ópera sobre Marina Abramovic

Robert Wilson dirige desde hoy, con todas las entradas agotadas, esta obra total sobre la artista serbia que cuenta con el actor Willem Dafoe y la música de Antony

Desde la izquierda, Antony, Willem Dafoe, Robert Wilson y la "soldado del arte" Marina Abramovic.
Desde la izquierda, Antony, Willem Dafoe, Robert Wilson y la "soldado del arte" Marina Abramovic.
Concha Barrigós (Efe) / Madrid

11 de abril 2012 - 05:00

Marina Abramovic dice que ha descubierto la incógnita que plantea "la gran ópera" que ha creado Robert Wilson sobre su vida y muerte: el óbito debe parecerse mucho a un largo ensayo, como el hizo en el Real de este "opus" "trágico y a veces divertido" para el que se han agotado las entradas. "Cuando me muera de verdad pensaré que estoy en un escenario en medio de un ensayo", bromeó ayer la artista (Belgrado, 1946), que estrena hoy en el Real una obra que sólo se ha visto, el verano pasado, en Manchester.

La serbia, Wilson, el actor Willem Dafoe y el cantante Antony Hegarty, además del director general del teatro, Miguel Muñiz, y su intendente, Gerard Mortier, presentaron ayer este encargo del Real y del Manchester International Festival en cooperación con, entre otros, Art Basel y deSingel de Amberes. La obra dramatiza la vida de la artista de la performance y el que podría ser su funeral, con dirección del rey del teatro "visionario", participación de uno de los actores independientes "de moda" y de uno de los más "deseados" cantantes de la actualidad, en palabras de Mortier. Pero además, detalló Wilson, que es "co-creador" junto a Abramovic, escenógrafo e iluminador del espectáculo, el figurinista es uno "de los mejores", Jacques Reynaud, como lo son los compositores William Basinski y Svetlana Spajic, también letrista.

Mortier, por su parte, subrayó que Vida y muerte de Marina Abramovic "no es una ópera, es una gran ópera, puro teatro musical". Cuando Wilson, "uno de los grandes hombres del teatro", le llamó con este proyecto, Mortier sintió "miedo" pero ahora lo encuentra "absolutamente fascinante".

A Wilson (Waco, Texas, 1941) le parece "muy apropiado" que una producción de esta factura se estrene un teatro de ópera porque, asegura, es un "opus" en el "sentido clásico", aunando música, danza, pintura, arquitectura, cine y teatro. No le gustan los espacios escénicos "tradicionales" pero cuando Abramovic, que está "un poco loca", le propuso que dramatizara su vida y diseñara su funeral le dijo que "sí" pero con la condición de que fuera en un teatro "al uso", "con abonados, no marginal".

El funeral se celebrará en tres ciudades, Belgrado, Amsterdam y Nueva York y habrá tres "cadáveres", para que nadie sepa dónde está sepultada realmente. Wilson organizó el material que ella le proporcionó sobre su vida para darle sentido dramático y él, "como haría un arquitecto", puso en cada "cuadrícula" los elementos, es decir a la propia Ambramovic, Dafoe, y a "un genio" que es Antony, dueño de una voz "insólita" que da "luz" a los pasajes más oscuros.

Abramovic, que aparece en escena haciendo de ella misma y de su madre, aseguró que ha sido "una pesadilla" interpretar a su progenitora: "ahora he entendido lo que es ser actor". "Con Wilson", añadió, "he entendido lo que es la paciencia. Se ha tirado horas y horas para iluminar mi cara, y nunca entenderé la importancia de mi meñique extendido aunque lo más difícil ha sido decir el texto", un cometido en el que le ayudó "muchísimo" el "increíble actor" que es Dafoe. El elogiado respondió que le parece "emocionante" participar en el proyecto con "semejantes artistas", personas que "controlan su obra", mientras que él es el "facilitador", una extensión de ellos. "Qué suerte si tuviéramos a alguien como Mortier en Nueva York", concluyó Wilson, que no cree posible que se represente nunca en esa "conservadora" ciudad la obra a pesar de que todos ellos viven allí.

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