El Tesoro del Carambolo vuelve a lucir en el Arqueológico de Sevilla
Una exposición muestra desde hoy la gran joya tartésica junto a otras piezas de la época, algunas de origen malagueño
Tras nueve años bajo llave, el Tesoro del Carambolo vuelve a mostrarse hoy en el Museo Arqueológico de Sevilla en la exposición que celebra el medio siglo de su fortuito hallazgo por parte de un grupo de obreros que trabajaban en la construcción de la nueva sede de la Real Sociedad Tiro de Pichón de la capital andaluza en unos cerros a las afueras de Camas. Con un año de retraso respecto a la efeméride, las salas temporales del museo, recientemente reformadas, acogerán el más famoso de los símbolos de la protohistoria andaluza así como un centenar de piezas (entre ellas algunas cerámicas tartésicas halladas en la provincia de Málaga) del Arqueológico de Sevilla y de otros museos españoles (el caso de la valiosísima Dama de Galera, que representa a la diosa Astarté y está custodiada en el Arqueológico Nacional) y extranjeros.
Con la exposición El Carambolo. 50 años de un tesoro -comisariada por Fernando Amores y Juan Luis Escacena con el patrocinio de la Consejería de Cultura, la Universidad de Sevilla, el Instituto de las Artes y la Cultura de Sevilla y la Fundación Cajasol- se recorrerá el mito de este pueblo en torno al tesoro y al yacimiento en que apareció así como la evolución de las interpretaciones que se han ido sucediendo desde los años 50, con el profesor Juan de Mata Carriazo como principal investigador, hasta hoy.
Pero paradójicamente, esta tesoro que supone la primera evidencia material del mítico reino de los Tartessos -y por tanto un atractivo cultural y turístico de primer orden- permanece hoy privado de exhibición pública permanente. Lo que hasta ahora ocupa las vitrinas del museo -el segundo más importante en España en su categoría- es una réplica (hay otras repartidas en distintas colecciones arqueológicas) mientras el original -compuesto por 21 piezas de 24 quilates de 2,95 kilos de peso- lleva más de 30 años en la cámara de seguridad de un banco y sólo se ha visto en contadas ocasiones.
La muestra, que será inaugurada hoy, pone sobre la mesa un debate que viene de antiguo: ¿cuál es el futuro del tesoro?, ¿qué sentido tiene exhibir una réplica?. Una vez que finalice la exposición el próximo 10 de enero para la que, según fuentes de la logística de la muestra, "se han tomado todas las medidas de seguridad necesarias" para albergar estas piezas, todo apunta que estas piezas únicas volverán a la caja de seguridad donde llevan guardadas desde el año 78.
A los más de veinte siglos de historia -el profesor Juan de Mata Carriazo fechó el tesoro entre el VIII a.C y el III a. C- se suma una agitada trayectoria por manos, museos y bancos.
Según la Ley vigente en el momento del hallazgo, el Estado era el titular de todas las piezas arqueológicas de interés que se encontrasen en territorio nacional, aunque debía indemnizar tanto al descubridor como al propietario de los terrenos. Sin embargo, el Ayuntamiento de Sevilla (consciente de que entonces todas las piezas de valor eran trasladadas al Museo Arqueológico Nacional, en Madrid) pidió al Estado la titularidad del tesoro del Carambolo. El Gobierno de Madrid accedió a las pretensiones de Sevilla con dos condiciones: el Consistorio hispalense debía pagar la indemnización antes mencionada y se comprometía a que se expondría en el Museo Arqueológico de la ciudad, a no ser que entre las dos partes se decidiese lo contrario. Aunque desde 1967 el tesoro se expuso en el Arqueológico, en 1978, después del famoso robo en la Cámara Santa de Oviedo, se decidió el traslado de las piezas a la caja de seguridad de una conocida entidad bancaria en el centro de la ciudad. Desde entonces, el Tesoro del Carambolo no se ha vuelto a exponer permanentemente (sólo se ha podido ver en cuatro muestras temporales celebradas en 1990, 1992, 1997 y 2000). Hasta hoy.
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