Cultura

El Thyssen abre sus puertas como garantía de futuro para Málaga

  • Con una inversión de 30 millones y una previsión de 200.000 visitas anuales, el museo se hace realidad a partir de mañana · La baronesa, dispuesta a ampliar el plazo de 15 años para la cesión de sus obras

Seis años después de que se planteara por primera vez la posibilidad de que Málaga acogiera de forma permanente parte de la colección de arte de Carmen Thyssen, al hilo precisamente de una exposición celebrada entonces con cuadros de la baronesa en el Palacio Episcopal de la ciudad, el proyecto es desde mañana una realidad que viene para quedarse: el Museo Carmen Thyssen-Bornemisza abre esta tarde sus puertas para autoridades y a partir de mañana para el público, en su sede del Palacio de Villalón, un edificio renacentista del siglo XVI clavado en el corazón del centro histórico y rehabilitado para la ocasión merced a una inversión de 30 millones de euros (que incluye la reforma del entorno y la expropiación de algunos inmuebles colindantes para una ampliación necesaria). Los 230 cuadros cedidos por la baronesa por un plazo de quince años, pertenecientes en su mayoría a los grandes maestros españoles y andaluces de la pintura del siglo XIX, pueden verse ya en las paredes del museo consagradas a la colección permanente. Para la primera exposición temporal programada, De Picasso a Tàpies, conformada igualmente por obras de Carmen Thyssen correspondientes a los grandes artistas españoles del siglo XX, habrá que esperar hasta mayo. Para la inauguración de esta tarde está ya confirmada la presencia del actor Antonio Banderas y del consejero de Cultura, Paulino Plata. Ayer quedaba por confirmar la comparecencia de la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, y del presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán. Pero la visita especial organizada para los medios de comunicación sirvió en bandeja la primera impresión ante un conjunto monumental.

Sin ocultar su euforia, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, afirmó en la rueda de prensa previa a la visita que con el nuevo museo "Málaga da un paso adelante como ciudad abierta y cosmopolita", así como "más competitiva en lo referente a la cultura y al turismo". Incluso vinculó la nueva instalación con una previsible proyección de la capital como centro internacional "de congresos y de cruceros", a la vez que vaticinó una "ampliación de la oferta turística del centro histórico" a la sombra del nuevo museo. No era para menos: la inauguración del Museo Carmen Thyssen es el primer gran evento cultural y el más trascendente que se celebra en Málaga tras el fracaso de su candidatura para la Capitalidad Cultural de Europa en 2016. Así que había ganas de dejar las cosas claras y demostrar, quizás con especial voluntad, el peso que la cultura ejerce aún en la ciudad.

De la Torre, que recordó que el presupuesto municipal para el Thyssen asciende este año a 1'8 millones de euros, indicó también que las previsiones en cuanto a número de visitantes apuntan a "entre 200.000 y 250.000 personas anuales", si bien aclaró que estos cálculos "suelen tender a la baja y seguramente serán superados por la realidad". El alcalde insistió igualmente en agradecer a la baronesa su generosidad por el préstamo, mientras Carmen Thyssen hacía lo propio con el edil al reconocer que su empeño demostrado desde 2005 "ha resultado fundamental para que este museo abra sus puertas".

La propia baronesa se confesó "enamorada de Málaga y enamorada de este museo", y cuando fue preguntada por la selección de cuadros destinados a su pinacoteca malagueña respondió que, simplemente, se dejó llevar por el corazón: "Me enamoro de las obras, de su belleza, y después decido". Su mayor aportación a la rueda de prensa llegó cuando un periodista le preguntó por el plazo de cesión de las 230 obras, establecido en quince años, y por lo que podría ocurrir después del mismo. Thyssen insistió en su "amor a este museo" y afirmó que ese plazo "se ampliará muy pronto para mucho más tiempo. Estoy convencida. Lo resolveremos cuanto antes". Semejante declaración fue especialmente celebrada por el alcalde, quien volvió a subrayar la "generosidad" de la baronesa con Málaga.

Sobre la colección depositada y expuesta en el nuevo museo, Carmen Thyssen afirmó que su valor "es incalculable, pero no sólo en lo económico. Estas obras contienen mucha historia y muchos sacrificios, porque el arte se hace a costa de sacrificio". Y destacó dos piezas a las que asignó un valor sentimental especial: una talla de un Cristo románico datada en el año 1230 (una de las pocas obras de la colección permanente que no pertenecen al siglo XIX) y el primer cuadro que adquirió en una subasta, con una estampa premonitoriamente malagueña: La fuente de Reding, de Guillermo Gómez-Gil, "una obra que significa mucho para mí y que, desde luego, tiene su sitio en Málaga". En cuanto al nombramiento de Borja Thyssen como patrono del museo, que había sido puesto en duda recientemente incluso por el propio hijo de la baronesa (quien afirmó que tal declaración no le había sido notificada), Carmen Thyssen se limitó a declarar: "Borja Thyssen es patrono de este museo, sin duda".

En la colección permanente del Museo Thyssen no faltan autores indispensables de la gran pintura española del siglo XIX como Joaquín Sorolla, Mariano Fortuny, Raimundo de Madrazo, Muñoz Degrain, Regoyos, Aureliano de Beruete, Romero de Torres o Zuloaga, Lucas Velázquez, Pérez Villaamil y Carlos de Haes, cuya obra se distribuye en cuatro secciones: Maestros antiguos, El paisaje, Del Romanticismo al Naturalismo y La modernización de la pintura española en el fin de siglo. En los más de 5.000 metros cuadrados reservados a las exposiciones (de un total de 7.147, que incluye la sala de restos arqueológicos, el área administrativa, la tienda y el auditorio) se podrán ver también algunas de las obras más significativas de los más destacados representantes del costumbrismo andaluz del mismo siglo (verdadera materia en la que se inició Carmen Thyssen como coleccionista), como José Benlliure, Lucas Villaamil, Leonardo Alenza y Cabral Aguado. Un discurso de altura para un marco, el del Palacio de Villalón, admirablemente restaurado, con leyendas en sus muros que dan cuenta de los diversos ocupantes y funciones que ha acogido desde su construcción. Unas palmeras reciben en la puerta a los visitantes, que acceden a un hermoso claustro desde el que se distribuyen las salas. Especial atención merecen los artesonados de madera, verdadera joya de la corona de una restauración histórica para la ciudad de Málaga.

En cuanto a las futuras exposiciones temporales, además de la ya citada de los maestros del siglo XX, está previsto que este mismo año se celebre una muestra contextualizada en torno al cuadro de Monet La casa entre las rosas y otra que, bajo el título Sorolla en Andalucía, presentará unas 80 de la etapa de madurez del artista valenciano. La misma Carmen Thyssen citó recientemente a este periódico a Rodin y Gauguin como posibles protagonistas de otras exposiciones temporales próximas. Quedan también pendientes otras, como la de los Jardines impresionistas (expuesta ya en el Thyssen de Madrid) y una también de contextualización dedicada a Molino de agua en Gennep de Van Gogh, también anunciadas pero finalmente pospuestas hasta el año que viene.

Tras la inauguración, la entrada al museo será libre y gratuita desde el próximo viernes hasta el domingo, aunque los visitantes tendrán que esperar unos días para poder visitar la tienda, el auditorio y la sala de los restos arqueológicos, que aún no han podido ser rematadas. No obstante, aunque inacabado, el Museo Carmen Thyssen-Bornemisza ya es una realidad sobre la que se escribirá parte del futuro de Málaga.

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