Cultura

María Victoria Atencia y Pepe Bornoy, aliados en el Museo Picasso

  • "Ahora escribo poco, lo que sale no me gusta y lo rompo", afirmó ayer la poeta malagueña

La corriente edición del ciclo Poesía en el Picasso, organizado por el Centro Andaluz de las Letras y el museo malagueño y dedicado a los trasvases entre escritura y pintura, propone para hoy a las 21:00 en el jardín de la pinacoteca una lectura compartida al alimón con dos referentes malagueños: la poeta María Victoria Atencia y el poeta y artista Pepe Bornoy, que darán a probar sus versos (recogidos de toda su obra la primera, extraídos de poemas aún inéditos el segundo) en una cita con entrada libre que contará con la presentación del historiador y miembro de la Academia de Bellas Artes de San Telmo (a la que pertenecen también los dos protagonistas) Francisco Cabrera.

Como es tradicional, Atencia y Bornoy mantuvieron ayer un encuentro con la prensa secundados por el director del Picasso, José Lebrero, y ambos ofrecieron declaraciones jugosas. Atencia, galardonada con el último Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y reconocida como Autora del Año en Andalucía, admitió que todos estos galardones "deberían suponer un estímulo a la hora de escribir, pero lo cierto es que últimamente escribo más bien poco". Y al ser preguntada por los motivos en boca de José Lebrero, Atencia respondió con honestidad: "Lo que sale no me gusta y lo rompo. Qué le vamos a hacer. El manantial está un poco seco". Al hilo de esta confesión, Atencia recordó que, si bien escribió sus primeros poemas con 19 años, "después no volví a escribir nada en los quince años siguientes". Pero este silencio no se debió a los cuatro hijos que tuvo en ese tiempo ("Por entonces, tener cuatro hijos no constituía un problema") ni al tiempo invertido en su formación como piloto de aviación civil, sino a las lecturas que cultivó: "En aquellos quince años leí a los grandes, a Góngora, a San Juan de la Cruz, a Rilke, y sufrí un abatimiento: supe que jamás podría escribir como ellos. Pero llega a ser tan urgente el deseo de escribir que acabas haciéndolo". Por su parte, Bornoy se dispone a celebrar los 50 años de su primera exposición. Es tiempo de maestros.

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