'La acróbata de la bola' de Picasso llega al Prado por tres meses
El Museo Pushkin de Moscú ha prestado la célebre obra del periodo rosa del pintor
La acróbata de la bola, una de las pinturas más representativas del periodo rosa de Picasso, será durante tres meses -hasta el 18 de diciembre- el punto final al recorrido por las colecciones del Museo del Prado, gracias al préstamo realizado por el Pushkin de Moscú, del que la obra no había salido desde 1971. Pintada por el artista malagueño en 1905, cuando tenía 23 años, la exhibición de la obra en la sala 60 del museo se encuadra en el programa La obra invitada, patrocinado por la Fundación Amigos del Museo.
"Enviar el cuadro de Picasso a otro país es para nosotros una decisión muy especial ya que es una de las obras más importantes y representativas de muestro museo", manifestó la directora del Pushkin, Irina Antonova. "Picasso representa lo más alto, lo más elevado y lo más violento del siglo XX", añadió.
Después de su melancólica época azul, el artista malagueño (1881-1973) desarrolló en París su periodo rosa, en el que experimentó con los aspectos más plásticos de la pintura: el dibujo, conciso y enérgico; la forma, cerrada y perfecta; y el volumen, muy marcado.
Desde 1904, Picasso visitaba a menudo el Circo Medrano, cerca de su estudio en Montmartre. Su aproximación a este mundo, a diferencia de los impresionistas, atraídos por su luz y movimiento, tiene un carácter universal y profundo. Mediante figuras circenses simbólicas, Picasso reflexionó sobre la vida del artista y la vinculó a su investigación sobre los problemas fundamentales de la pintura.
Las dos figuras principales de La acróbata de la bola, la muchacha y el hombre, revelan los polos del arte de Picasso: la creatividad y la fantasía, por un lado, y la seriedad y el rigor, por otro.
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