Cultura

Un alma resurge de las cenizas de la soberbia

  • Jason Pierce regresa con el brillante 'Songs in A & E'

Todo ha vuelto a la normalidad en el planeta Spiritualized, y de nuevo Jason Pierce publica un buen disco. Atrás han quedado los excesos baldíos de Let it come down y la agresividad postiza y errática de Amazing grace. Este Songs in A & E (2008) es un bálsamo, un regalo y un nuevo comienzo. Todas las referencias y obsesiones del ex Spacemen 3 siguen intactas, pero este nuevo capítulo suena y sabe fresco.

Su mejor trabajo de los últimos diez años, tras aquel iluminador Ladies and gentlemen we are floating in space (1997), es un compendio suave de todo lo bueno que Pierce sabe hacer. Ya saben, algún momento rockero, muchos viajes al interior del alma con el gospel como guía e inyecciones de psicodelia flotante por todas partes.

Una banda renovada -sobrevive John Coxon- acompaña las reflexiones de Pierce sobre amor, drogas y Dios -todo junto y revuelto-. Mucho bueno deja Songs in A & E: I gotta fire, momento rockero pero minimalista, es la esencia de su acercamiento al fuego redentor del rock -y no suena a cuarta versión de Electricity, canción recurrente en Pierce cuando pone las guitarras a crujir-; Soul on fire es una balada que juega a la grandiosidad aunque sin aplastar al oyente; You lie you cheat es el gran desparrame del álbum, ruidista y caótica, y Baby I'm just a fool es una alegre y larga declaración vital. Esos son sólo algunos de los grandes momentos -no hay deslices y sí interludios instrumentales, llamados Harmony- de esta feliz recuperación de uno de los más personales talentos de la escena británica, que estuvo al borde de la muerte en un hospital. Este es su renacer.

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