Seguramente, en tiempos de bonanza la jugada no habría llamado la atención. Pero en una etapa de recortes presupuestarios a menudo radicales, sorprende que el delegado municipal de Cultura, Miguel Briones, haya publicado a través de su Área dos lujosos catálogos que dan cuenta de las actividades realizadas durante su gestión durante los cursos 2007/2008 y 2008/2009, con todo lujo de detalles. Obviamente, en este compendio apologético no figuran episodios como la extinción del ciclo de música clásica Ciudad del Paraíso, que organizaba el Ayuntamiento con Unicaja, ni el desmantelamiento del programa de teatro en los distritos RedMálaga. Pero esto, de cualquier forma, es lo de menos. La oportunidad de invertir precisamente ahora la partida necesaria para un instrumento de tan dudosa utilidad ha desatado críticas no sólo desde la oposición, sino desde el mismo seno del grupo municipal del PP. Durante el día de ayer, de hecho, se sucedieron diversas apreciaciones escasamente favorables desde diversas fuentes.
A través de una jugosa colección de imágenes y de textos ilustrativos y ejemplificadores, los catálogos repasan todas las actividades desarrolladas al abrigo del Área de Cultura, desde exposiciones, conciertos, representaciones escénicas, el Festival de Cine Español y proyectos como el Plan Municipal para el Fomento de la Lectura hasta todo tipo de talleres para niños y mayores, cuentacuentos en bibliotecas, ciclos de conferencias, romerías, nombramientos de calles y otras actuaciones. El contenido es así exhaustivo y rico en detalles, aunque ya se podía disponer del mismo (no con tanta comodidad, desde luego) en las páginas web del Área de Cultura y del Ayuntamiento. El verdadero quid de la cuestión es, sin embargo, cuánto ha invertido Briones para la edición de los voluminosos libros, un dato que sigue siendo una incógnita. Este periódico intentó ayer ponerse en contacto con el edil para preguntarle la cuantía, sin éxito. En el Ayuntamiento, el grupo municipal del PSOE ha tramitado formalmente la pregunta con vistas a la próxima Comisión de Cultura, que se celebrará el día 20, aunque fuentes de la oposición manifestaron que esperan que Briones no responda y se acoja al plazo legal de 45 días tras la Comisión para hacerlo, lo que constituye al parecer una práctica habitual en su caso.
Otras fuentes municipales insisten en que el malestar ha cundido no sólo entre las filas de la oposición, sino del propio Partido Popular. Algunas apuntan incluso que el alcalde, Francisco de la Torre, desconocía el proyecto de Briones, aunque este punto resulta improbable ya que el mismo De la Torre firma el texto introductorio del primer volumen. En un año aciago presupuestariamente para la cultura en Málaga, en el que se han producido recortes en eventos esenciales como el Festival de Cine y la Feria y en el que programas municipales como el Festival de Teatro y el Terral han logrado cerrar sus carteles muy a duras penas, esta edición supone una aportación dudosa. Especialmente si se considera que el destino de gran parte de la tirada, como ocurre con casi todas las publicaciones institucionales, será un almacén.
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