Cultura

Las artes juegan en el planeta 'Noahmund'

  • El equipo malagueño Estudio Ábrego desarrolla en el Polo Digital un videojuego de rol que lanzarán este 2017

En el continente Feros, el norte y el sur entran en guerra. En la batalla desatada durante la Edad Media profunda se libera una potente arma destructiva de tecnología desconocida que se ceba con casi un tercio del planeta Noahmund. Cuatro años después del desastre, Galina y su guardián Berani tienen que encontrar el arma que iba a ser nuevamente activada y destruirla. En un mundo de estética japonesa, que también bebe de la Grecia y la Roma clásica y posee una mitología propia, los personajes trazan su aventura guiados por las manos expertas de un jugador. Podría ser un cuento, una obra de teatro, una película de animación o un cómic. Pero, en este caso, las artes se han aliado para crear un videojuego con sello malagueño. Noahmund espera estar en el mercado a finales de este 2017.

Un año y dos meses lleva trabajando el equipo de Estudio Ábrego, hoy formado por once personas, en este proyecto que comenzó con el guión de Alberto Jiménez. "Vengo del mundo del arte, de la literatura, el canto y el baile", dice el director de producción de la firma, un joven de 30 años que estudió interpretación en la Esaem y que posteriormente se sacó el título de programación Unity 3D para poder tener una base técnica. "Empezamos por algo más sencillo, más plausible, pero en el momento de dar el paso a lo profesional pensamos que éste era el proyecto que nos lanzaría", afirma Alberto Jiménez. Junto a Alejandro Domínguez, CEO de la compañía, se embarcó en esta "locura", levantar un videojuego de rol con una historia compleja, un diseño cuidado, doblaje de actores y banda sonora. Y todo ello sin financiación alguna. "Todos somos colaboradores, ninguno ha cobrado nada, hay que esperar a que el juego salga al mercado para obtener rendimiento económico", comenta el director general de Estudio Ábrego.

La falta de remuneración no ha hecho, sin embargo, que el equipo carezca de ilusión y esfuerzo a la hora de encarar la tarea diaria. "Aquí está todo el que quiere hacerlo, este trabajo está muy relacionado con la pasión y el ambiente es buenísimo, hay una gran implicación", consideran los responsables. Hace unos meses realizaron una campaña de crowdfunding con la que recaudaron 10.500 euros. Esa cantidad está íntegramente reservada para los gastos de lanzamiento del videojuego. "Funcionamos como una empresa, como un estudio profesional aunque no tengamos recursos", explica Alejandro. Ambos emprendedores valoran el apoyo municipal -trabajan en el Polo Digital, espacio que tienen cedido hasta final de año- pero se quejan de la falta de ayudas fiscales, líneas de crédito institucional como en el cine e inversores privados.

Al margen del aspecto económico, Noahmund toma cuerpo cada día gracias al talento de los once miembros del equipo y los colaboradores que van captando por el camino. Julio Garzón dibuja en su ordenador la ciudad de Shinn. Pagodas japonesas, caracolas marinas, templos griegos y acueductos romanos le sirven de inspiración para inventar una arquitectura propia. "El videojuego es el único arte que unifica todas las disciplinas", considera Julio, el director de arte. "En él se unen las artes plásticas, la fotografía, el cine, la música, la interpretación, el teatro, la arquitectura... todo y a eso le sumamos el componente de una interacción con el público mucho más real", agrega.

Del equipo, el 70% supone la parte artística y el 30% la técnica. "Está claro que sin creatividad no hay videojuego, aunque sin la parte técnica tampoco, hay que aunar lo que se puede y lo que se quiere hacer", expone Jiménez, que concibió la historia como una obra de teatro, con una dosis muy alta de narrativa. "Esta es la gran diferencia de un juego de rol, que tiene un componente narrativo fuerte y que cambia según las decisiones que toma el jugador, además de la progresión de crecimiento que tienen los personajes", subrayan los creadores del Noahmund.

También destacan que la banda sonora en este tipo de proyectos "puede ser equiparable o superior a la cinematográfica". De la música se encarga Carlos Vallejo, que ya recibió un premio en Gamepolis 2016 por este trabajo. En cuanto al sistema de batallas, éste se diferencia por ser un ajedrez de turnos simultáneos. El juego, que se pretende lanzar para PC y consolas, está pensado para un solo jugador a partir de 15 años y en él "no aparece sangre". "Aquí también hay una lucha, la batalla forma parte del desarrollo, pero al final es una forma de llegar al objetivo que es contar la historia, crear múltiples posibilidades y evolucionar con los protagonistas", destacan Alberto y Alejandro. Por ahora ya han desarrollado todas las bases del juego y lo que resta es montar las partes, "ahora hay que armarlo", dicen.

La cantante Nuria Ortega le pone la voz a Ardalia, la co protagonista del videojuego que tiene en su voz su súper poder. Y su fuerza la obtiene cuando canta la canción Cuando el viento sopla azul. Los actores Noé Lifona, Elena de Cara y el propio Alberto Jiménez doblarán a los principales personajes, "que tienen que tener voz para narrar su historia, realizan monólogos", señalan los creadores. "Si Noahmund tiene la repercusión que queremos lo doblaremos al inglés y al completo", desean estos emprendedores que se han lanzado a la auto producción porque creen en las posibilidades del sector. "Queremos luchar para que la industria se fortalezca aquí", indica Alejandro Domínguez. Junto a ellos, en el recientemente inaugurado Polo Digital, entre 30 y 40 equipos ponen en desarrollo sus ideas. La semilla ya está plantada. Ahora queda alimentarla y cuidarla para que pueda convertirse en una baza más para el desarrollo de la ciudad.

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