"Para bailar flamenco puro hay que andar descalzo y pasar fatigas"

Curtido en la calle y apadrinado por los grandes, a sus 67 años este gitano malagueño, hijo de carreteros, emprende una gira con 'Yo no sé la edad que tengo', un espectáculo hecho a su medida

José Losada 'Carrete', posaba así ayer en Málaga días antes de empezar una gira con el espectáculo ideado por José Luis Ortiz Nuevo.
José Losada 'Carrete', posaba así ayer en Málaga días antes de empezar una gira con el espectáculo ideado por José Luis Ortiz Nuevo.
Rocío Armas

15 de marzo 2008 - 05:00

De un lado están los puristas, de otro los revolucionarios... y luego está Carrete. Sin más escuela que la vida al relente, "y Dios" -apostilla- este gitano, hijo de carreteros nació un día cualquiera del año 41 en una era de Venta de Zafarraya. A los siete años ya se codeaba con la Repompa de Málaga y el Niño de Almería, en el tablao El Refugio (junto a El Pimpi). "Me daba susto el ruido y me dejaban dormir arriba donde tenían las botellas", recuerda. Han pasado 60 años y este bailaor de puro nervio emprende el próximo 31 de marzo en el Teatro Alhambra de Granada una gira con Yo no sé la edá que tengo, un espectáculo hecho a su medida, ideado por José Luis Ortiz Nuevo y que se presentó en Málaga el 7 del 7 de 2007 como arranque de la Bienal.

-¿Cómo lleva bailar con un montaje sobre su vida pensado por otros?

-Feliz. Me siento como en un cuento de hadas, como si estuviera viviendo un sueño. Ortiz Nuevo me descubrió hace unos tres años bailando con Cristina Hoyos y me dijo "A este hombre lo quiero pa mí". Él ha sido mi descubridor, ha sabido meterse dentro de mí y montar algo muy bonito. Y yo le dije, "de dos locos vamos a sacar una locura". Y así ha sido.

-¿Cual ha sido el resultado?

-Yo tenía muchas ganas de bailar por Fred Astaire y empiezo el espectáculo así. Se divide en siete partes. Primero bailo imitándolo con sombrero de copa y bastón y con las imágenes de Fred Astaire de fondo. Después hago un martinete sobre una era, descalzo. Porque yo nací en una era y me llevó el viento como el trigo (risas). Sigo con unas bulerías, tangos flamencos, un baile por tarantos, una zambra gitana, y al final vuelvo como Fred Astaire, con los nueve bailarines vestidos de pingüinos (risas).

-¿Y en qué se parece Astaire a Carrete?

-El flamenco se parece mucho al jazz y yo hago un baile mío, anónimo, que no lo he aprendido en ningún sitio. A mí no me ha enseñado la vida y Dios. Yo escucho una guitarra y el cuerpo se me revuelve. Nunca he parado de bailar y sigo. Me cuido y llevo una vida ordenada. Respeto mucho mi baile porque es mi pan. Yo me quiero mucho, estoy enamorado de Carrete y por eso me tengo que cuidar.

-Además tiene una escuela en Torremolinos con mucha fama y muchos alumnos...

-Tengo 110 alumnos de todas las edades. Para ellos el baile es como una terapia, soy el bailaor doctor (risas). Primero les enseño la cultura del flamenco, y después a bailar por bulerías, alegrías, tanguillos de Málaga... Con el flamenco no se puede aburrir nadie, es algo libre que, si te llega dentro, eres el más feliz del mundo. A mí se me da bien, tengo mucha paciencia. Aunque no es lo mismo enseñar para trabajar que para divertirse.

-¿A quién se ha arrimado para bailar como baila?

-He trabajado con Antonio El bailarín, Carmen Amaya, con Farruco. Yo los veía bailar mucho y aprendía. Luego estuve en el tablao El Jaleo veinte años con Chiquito de la Calzada, en La Línea con Camarón, Paco de Lucía y El Lebrijano. También he estado en América, en Londres, Alemania y con La Chunga en el Café Chinitas de Madrid en el 62.

-Antes de vivir del arte, ¿tuvo que pasar muchas penurias?

--Yo en los 40 me ganaba la vida limpiando zapatos, pidiendo limosnas en calle Larios y vendiendo lotería. La familia de Pepa Vargas me recogió y me llevó a calle La Puente donde me crié, en la casa de las monjas. Toda mi vida he estado en la calle y en reformatorios de donde me escapaba para bailar y volvía.

-¿Le gusta el flamenco que se baila hoy?

-Sí, hoy hay muchos medios para que se vea el talento de Joaquín Cortés y Sara Baras, pero hace cuarenta años no había nada. Aunque hoy muchos creen que bailan flamenco puro sin saber lo que es. Para bailarlo hay que andar descalzo, pasar fatigas y luego decir ahora bailo yo.

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