Patrimonio Un bronce romano del siglo I después de Cristo

La belleza del 'Efebo' de Antequera levanta pasiones

  • La pieza se expone en el Palacio Episcopal hasta noviembre

El Efebo de Antequera, un bronce romano datado en el siglo I después de Cristo, sigue siendo a sus 2.000 años un púber que aún levanta pasiones, tanto entre el público general como entre el especializado, consciente de que es una de las obras de sus características más destacadas a nivel internacional.

La pieza se expone ahora en el Palacio Episcopal de Málaga, hasta el próximo 30 de octubre, sus últimas semanas fuera de Antequera, donde fue hallada en 1952 durante unas labores agrícolas, ya que está previsto que no vuelva a salir del Museo Municipal de esta localidad malagueña, que será su morada definitiva.

"El Efebo está reconocido por la comunidad internacional como una de las piezas más interesantes de sus características", con un estilo neoático correspondiente al final de la república y los principios del imperio, ha explicado María Morente, directora del Museo de Málaga, que ha organizado esta exposición en el Palacio Episcopal.

Tal es su importancia que se le compara con el Efebo de Porta Vesubio de Pompeya, el Apolo de la Colección Sabouroff del Museo de Berlín o el Efebo de la ciudad romana de Volubilis, en el norte de Marruecos, y en todos los casos se supone que se trata de obras copiadas de un modelo de Praxíteles, ha añadido Morente.

Los expertos consideran que el Efebo de Antequera debía de ser una pieza de adorno de una villa romana y estaría colocada en el comedor de la misma.

Este adolescente podría llevar en las manos un objeto como una guirnalda, hoy desaparecido, y debía de estar ubicado "sobre un basamento muy bajito, o incluso a ras de suelo", lo que, unido a su tamaño natural, "hacía que se confundiera con los propios sirvientes", según la directora del Museo de Málaga.

Junto al Efebo se pueden contemplar en el Palacio Episcopal un fragmento de cabeza de Dionisos, un bronce del siglo I; una cabeza de musa en mármol de finales del siglo I y principios del II; un mármol de Mercurio de la misma época; un Hércules de mármol del siglo I; una Minerva de mármol del siglo II, dos Dionisos niño en mármol del siglo II y un fauno también de mármol del mismo siglo.

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