Cultura

"Mi búsqueda se dirige siempre a algo que tenga que ver con la belleza"

  • El realizador recibió ayer en el Cervantes el premio Retrospectiva Málaga Hoy y descifró las claves de 'Habitación en Roma', que hoy se proyecta en la gala de clausura

Indagar en la obra de Julio Medem (San Sebastián, 1958) significa entrar en uno de los mundos más personales e imaginativos del cine español. Por eso, el premio Retrospectiva Málaga Hoy de este año, que vuelve a patrocinar este diario, resulta apropiado y revelador como pocos, por más que el mismo protagonista advierta de que aún se encuentra "como poco en la mitad de mi carrera" y considere "temprana" una revisión como la que propone el festival. Ayer habló sobre su obra, el libro que sobre él ha escrito Zigor Etxebeste y que publica el certamen y su última película, Habitación en Roma, que protagonizan Elena Anaya y Natasha Yarovenko y que pondrá hoy el colofón en la gala de clausura.

-¿Qué sensaciones le asaltan al revisar sus películas de la mano del premio Retrospectiva?

-Es curioso porque este premio llega en un momento muy importante de mi vida profesional. Un momento de un cambio de rumbo importante, decisivo, mágico. Así que, por mucho que resulte satisfactorio ser premiado por lo que has hecho antes, este galardón me mueve más a mirar hacia adelante.

-¿Y en qué consistirá ese cambio de rumbo?

-Por el momento prefiero mantenerlo en secreto.

-Es de suponer que algo tendrá que ver en este sentido su próximo proyecto, Aspasia.

-Por supuesto.

-¿Tal vez va a buscar cosas distintas? ¿Qué ha estado buscando hasta ahora?

-Es cierto que en mi cine hay siempre una búsqueda, y eso te pone de antemano en una determinada posición de arrojo. Lo que ocurre es que uno busca lo que no conoce y a veces termina encontrando lo que no buscaba, o lo que creía que no buscaba. Por ejemplo, antes de Habitación en Roma ya había dado algunas vueltas al proyecto de Aspasia, pero entonces encontrar la financiación adecuada para una película tan grande se convirtió en un problema agudo, así que opté por esta otra película, más pequeña pero que también tiene su importancia. Así funcionan las cosas. No vengo de ningún sitio, siempre estoy yendo a otra parte. Mi manera de trabajar es así. Ni siquiera utilizo storyboards, concibo los planos durante la escritura del guión y luego los construyo en el rodaje. Siempre, eso sí, espero que ocurra algo más de lo que llevo previsto. Mi búsqueda, de cualquier forma, se dirige siempre a algo que tenga que ver con la belleza. Habitación en Roma constituye un ejemplo evidente.

-Precisamente, Habitación en Roma parte a modo de remake de una película anterior, En la cama, del chileno Matías Bize. ¿Qué distingue a su obra de ésta y qué mantiene de ella?

-Es cierto que Habitación en Roma parte de la misma premisa de En la cama: dos personas se conocen y mantienen una relación intensa durante una noche. Pero a partir de ahí, poco tienen que ver. La primera diferencia estriba especialmente en los personajes: en el momento en que decido contar la historia con dos mujeres como protagonistas, todo cambia. Se trata además de dos mujeres especiales, separadas por una enorme distancia y por trayectorias muy distintas. La distancia y el pasado son aquí elementos decisivos. Y luego está Roma, que como ciudad lo inunda todo y hace que esta relación cobre un sentido especial. Roma es la ciudad idónea para entregarlo todo por un amor que se acaba de conocer.

-En cuanto a su filmografía, ¿señalaría una joya de la corona?

-Como director, soy madre de todas mis hijas. Y lo soy con todas las consecuencias. Ahora, con Habitación en Roma, se está hablando mucho del 'fracaso total' que según buena parte de la crítica fue mi anterior película, Caótica Ana. Se presenta mi nuevo trabajo como superación de aquel fracaso, y cada vez que oigo o leo algo así pienso, pobrecita, y tiendo a proteger esta película, que por otra parte me gusta mucho. En cada proyecto mío no he podido hacer nada mejor. Y yo estoy en todos.

-¿Cuál ha sido el momento más difícil de su carrera, el escalón en el que estuvo a punto de mandarlo todo a freír espárragos?

-Las semanas previas a la presentación de La pelota vasca en el Festival de San Sebastián, cuando gente que ni siquiera la había visto pidió que no se proyectara. Los meses posteriores también fueron muy duros. Pero ya los he superado ampliamente.

-¿Algún rodaje doloroso?

-Mis momentos más difíciles nunca han sido rodando. Es un desgaste que me gusta.

-Usted fue pionero en el uso de la tecnología digital en el rodaje cinematográfico, y en buena medida su imaginación le ha obligado a inventar. ¿Qué opina del 3D?

-Me gusta mucho el 3D. En serio, me veo recolocado ahí. Creo que me terminaré aproximando a la técnica, porque las posibilidades son enormes. De hecho, pienso que en una película histórica como Aspasia, en la que quiero recrear la Grecia de hace 25 siglos, encajaría muy bien el uso del 3D.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios