La cocina del asombro

La carpa del Circo del Sol regresa a Málaga después de diez años con el espectáculo 'Totem', que celebra hoy su premiere

Los artistas ultiman los detalles de la función

La cocina del asombro
La cocina del asombro
Manuel Donoso

Málaga, 31 de mayo 2018 - 09:42

En las grandes carpas blancas situadas en el recinto ferial Cortijo de Torres de la capital malagueña los trabajadores y artistas del Circo del Sol ultiman los preparativos. La empresa vuelve a la ciudad después de diez años con el espectáculo Totem, que celebra hoy su premiere para los medios de comunicación y otros invitados. Mañana abrirá sus puertas al público general hasta el 1 de julio. Para hacer esto posible hay un equipo humano que forma una gran familia.

El especáculo Totem es una creación del director Robert Lepage y se estrenó en Montreal hace más de ocho años, tiempo en el que el gimnasta Aleksei Liubezny y el acróbata Umihiko Miya han forjado relaciones con el resto de los 46 artistas que componen la obra, y visitado ciudades de medio mundo, según explicaron ayer a este periódico. El primero es uno de los responsables del número de la barra rusa, que representa a unos cosmonautas, mientras que el segundo interpreta al anfibio principal que abre cada función y es imagen promocional de la gira.

Tenemos que representar animales y hay que ser ese personaje, no actuar"

"Todos los días cada artista tiene su propia rutina de preparación, pero también calentamos como grupo para hacer el número", relató el gimnasta en la carpa de entrenamiento, ubicada tras la principal, donde entorno a una hora y media antes de la función aparecen todos para hacer sus ejercicios. El esfuerzo no acaba ahí, pues dos o tres veces por semana realizan un entrenamiento completo para perfeccionar los trucos o hacer nuevos.

Liubezn forma parte del número de barras rusas, para el que hay que estar especialmente en forma. "Tenemos que ser un equipo sólido porque uno vuela sobre el resto. Se puede cambiar durante el acto, pero la base son dos tipos con las barras y uno que se impulsa, así que el que vuela debe tener conocimientos básicos sobre acrobacias y el soporte tiene que ser rápido y fuerte también", detalló.

El gimnasta, de origen bieloruso, practicó durante 12 años acrosport y llegó a competir en los campeonatos europeo y mundial de esta disciplina. Con 17 años recibió una invitación del circo para una audición en Ucrania, donde la pasó. Seis meses más tarde la empresa le volvió a llamar esta vez para preguntarle si quería incorporarse al "entrenamiento general específico", en el que le transformarían de deportista a artista, específicamente de barra rusa. "Así que pasé seis meses en Montreal, aprendiendo interpretación, trampolín y barra rusa, y me incorporé al show Alegría, donde trabajé por siete años. Luego las barras rusas se movieron a Totem y llevo aquí desde la creación del espectáculo", aclaró.

Desde el principio la dedicación y el esfuerzo fueron totales. "Esos seis meses que pasamos en Montreal fueron intensos, porque tuvimos que aprender desde 0", resaltó. Sin embargo, gracias a la constancia ha conseguido perfeccionar su técnica. "Llevo haciendo esto 18 años y con el tiempo he ido mejorando, por lo que cada vez necesitamos menos entrenamiento: ya solo para controlar dónde está el error", afirmó.

En el caso de Umihiko las acrobacias se mezclan con el interpretar a uno de esos anfibios primigenios de hace millones de años, ancestros de las grandes especies de la Tierra. "Es como una especialidad del Circo del Sol, porque nosotros no usamos animales, pero tenemos que representar a los animales y hay que ser ese personaje, no actuar. Es muy difícil, por eso el circo es muy bueno como entretenimiento", destacó el japonés.

Totem es un repaso por la evolución humana que enlaza la naturaleza con la llegada del hombre a la Luna y está repleto de disciplinas artísticas. "Hay acrobacias, malabares, payasos... entonces todo el mundo tiene algo especial [...], tenemos que hacer muchas cosas al mismo tiempo", señaló el artista.

Para la creación del espectáculo el equipo pasó ocho meses en Montreal practicando todas estas disciplinas. "Eso es la preparación y nunca termina. Seguimos mejorando y mejorando, y a veces alguna persona sale del show y viene otro, y entonces tenemos que practicar de nuevo", explicó.

El regreso del circo a Málaga resulta especial para el acróbata: fue la primera ciudad española que visitó. Hace 14 años, cuando había terminado la Universidad con 22 llegó a la urbe andaluza para estudiar español. "Nunca pensé que volvería con el circo, es muy emocionante para mí", subrayó al respecto. Miya decidió aprender nuestro idioma para enseñar al equipo nacional panameño de gimnasia.

Después de su aventura por tierras hispanohablantes partió hacia San Francisco para continuar con su entrenamiento de gimnasta, donde pasó dos años y medio. "Durante ese momento me faltaba algo en mi vida. Eso fue un reto física y mentalmente. Por eso yo mandé un vídeo y un perfil al circo y ellos me llamaron después de dos semanas, y yo pensé que era una invitación de una audición, pero me ofrecieron el contrato y son ya nueve años en el circo", recordó.

Que el espectáculo tenga una gira intinerante por medio mundo es algo que al artista le encanta. "Es un trabajo perfecto, como un sueño: viajar, trabajar y comer mucha comida local -a mí me encanta comer-, con mucha gente de otras culturas, países; es muy interesante", resaltó, al tiempo que aseguró que visitará la ciudad porque también es un entusiasta de "los museos, los edificios antiguos y hablar con la gente local".

Respecto al futuro, Miya está pensando en "salir del show" a finales de año. El creador del mismo, Robert Lepage, le ha ofrecido trabajar en una nueva obra de teatro que prepara para 2019. "Voy a ser actor, eso es otro reto para mí", destacó el japonés.

stats