Cultura

Un 'crisol' de emociones para pregonar un sueño

Ponce y Conde saludan junto al alcalde desde uno de los balcones del Colegio de Aparejadores de Málaga.

Ponce y Conde saludan junto al alcalde desde uno de los balcones del Colegio de Aparejadores de Málaga.

Lo que hace un par de años aún era un sueño que se fue fraguando poco a poco en la cabeza del maestro Enrique Ponce, el año pasado se convirtió en realidad con la exitosa celebración de la corrida Crisol. Ayer, era su mismo artífice quien pregonó la Feria Taurina de Málaga y rindió honores a su propia creación.

Cuando aún continua la venta de abonos en La Malagueta, el Colegio de Aparejadores ya colgó ayer el primer "no hay billetes" de la temporada taurina. Sus jardines se llenaron de público que acudió para presenciar el tradicional pregón taurino que esta institución organiza anualmente y que este año sirvió como homenaje al singular espectáculo taurino-cultural Crisol -este fusionaba pintura, música y tauromaquia-, estrenado el pasado año en Málaga, siendo recordada especialmente por el histórico indulto de Enrique Ponce al toro Jaraiz, de la ganadería de Juan Pedro Domecq.

Si singular fue el transcurso de esta corrida, también el pregón en el que se homenajeaba, ya que fueron varios los intervinientes, rompiendo de esta forma el esquema clásico que sigue cualquier pregón, normalmente pronunciado por una única persona, aunque la mayor parte del peso recayó sobre Ponce.

Tras las distintas intervenciones protocolarias por parte de representantes políticos como José Luis Ruiz Espejo, María Gámez, Víctor González y Francisco de la Torre, así como de la presidenta del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Málaga, Leonor Muñoz, la banda municipal de Málaga interpretó el preludio de la ópera Carmen de Bizet, un guiño al importante papel que la ópera tuvo en el espectáculo Crisol, y el pasodoble Escuela Taurina, cuyo estreno se produjo en la noche de ayer.

De la Torre tuvo unas palabras de recuerdo para Antonio Garrido Moraga -fallecido en enero-, intelectual y gran taurino, pregonero el pasado año, de quien destacó su "personalidad, cultura y sensibilidad" para cuestiones como la tauromaquia, entre otras.

Tras esto, se proyectó un audiovisual con las mejores imágenes de la corrida Picassiana-Crisol del pasado 17 de agosto de 2017 en la que toreó mano a mano Enrique Ponce y Javier Conde.

De los artífices de este espectáculo el primero en intervenir fue el empresario de la plaza, José Carlos Escribano, quien señaló que el proyecto Crisol es de aquellos en los que "puede más el corazón que la cabeza". Además recordó algunas anécdotas que vivió durante la organización del festejo. Le siguió el pintor Loren, autor de la escenografía y decoración de la plaza para las corridas Picassianas. El artista francés hizo un breve recorrido por su obra realizada para el mundo del toro, especialmente para las celebradas en la plaza de Málaga, una ciudad de la que aseguró "estar enamorado".

Por su parte, la soprano Alba Chantar transmitió sus sensaciones y emociones vividas aquella tarde, sobre la que señaló que fue la primera corrida de toros a la que acudió, de la que destacó que "se respiraba arte" por cada rincón de la plaza.

Un emocionado Javier Conde calificó la noche de ayer como un "crisol de emociones", al encontrarse "roto" por el dolor que le provocaba su ausencia en los carteles de Málaga este año, aunque señaló que sí estará en La Malagueta, ya que estará "presente en el corazón" de Ponce. Asimismo, detalló que el pasado año vistió un traje negro y azabache como señal del luto que sentía, al no contar inicialmente por la empresa para los carteles.

Cerró el acto el artífice y creador de Crisol, el maestro Enrique Ponce, que defendió la tauromaquia como "una forma de vivir". Tampoco faltaron piropos para Málaga, una ciudad especial para él tanto en lo personal como en lo profesional, dado que sus triunfos en esta plaza han "llenado de sentido su toreo". Además, mantuvo que su vuelta a la ciudad le provocaba sentimientos "íntimos muy profundos", ya que "el azul de su cielo me devuelve a mi condición de hombre del Mediterráneo".

En esta línea, hizo un recorrido por los grandes nombres malagueños ligados a la historia de la tauromaquia, como Pedro Romero, los Ordóñez, Miguel Márquez, Antonio José Galán, Javier Conde, Mari Paz Vega o Jiménez Fortes. También tuvo una mención especial para la Escuela Taurina de la Diputación Provincial de Málaga y para todos aquellos jóvenes que la conforman y que cada día persiguen sus sueños de ser toreros.

Por su parte, agradeció a los malagueños tener "comprensión, sensibilidad y la mente abierta" para acoger de tan excelente manera el innovador Crisol. Al respecto, Ponce apostó por "evolucionar" y "ofrecer la tauromaquia como un reducto de valores con los que se atraiga a nueva gente".

En la parte final de su pregón, el diestro recalcó el significado de la cultura, la cual señaló que "es aquella que toma el pueblo como propia". Por ello, en referencia a las críticas y negativas de subvencionar la tauromaquia, Ponce sentenció: "Es preferible que nos roben el dinero a que nos quiten la cultura".

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