La cultura del toro pregonada

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Garrido Moraga pronunció un discurso repleto de referencias a los grandes intelectuales taurinos lTampoco faltaron las críticas a las medidas políticas contrarias a la tauromaquia

Antonio Garrido, minutos antes de pronunciar el pregón. / Javier Albiñana
Juan Romera

Málaga, 26 de julio 2017 - 02:01

El Colegio de Aparejadores colgó el cartel de "no hay billetes" para presenciar el pregón taurino de la Feria de Málaga, que corrió a cargo de Antonio Garrido Moraga. Al acto asistió un comité de honor compuesto por representantes de la política como Teresa Porras, Francisco de la Torre o José Luis Ruiz Espejo. La periodista Cristina Alcaraz presentó al profesor y catedrático, repasando su trayectoria profesional y haciendo especial hincapié en la vinculación del malagueño con el flamenco, las fiestas populares y, en especial, con el toro.

La cultura, las letras y las continuas referencias a los grandes hitos de la historia del toreo compusieron el eje sobre el que versó el pregón. Con especial cuidado, Antonio Garrido hizo alarde su perspicacia, su humor y su facilidad de palabra para encandilar a los allí presentes.

Como si de una corrida de toros se tratase, el profesor dividió su discurso en tres tercios que sirvieron como hilo conductor de su elocución. Con prosa fina y pulida, homenajeó en el primero de los tercios a Manolete, en el centenario de su nacimiento y septuagésimo de su muerte, así como a Antonio Ordóñez y a su padre, quien le inculcó la afición taurina y su admiración por el diestro rondeño.

Garrido Moraga, haciendo uso de sus conocimientos lingüísticos, expuso en su segundo tercio el origen etimológico de la palabra "duende", en una clara referencia al pregonero del año anterior Juan Manuel Pozo, que ya intentó definirlo en la edición pasada. Tras repasar la historia evolutiva de la palabra, el profesor concluyó diciendo: "El duende del toreo, y del flamenco, es fe y milagro". No faltaron las alusiones a los grandes intelectuales de renombre taurino, entre los que el malagueño destaco a Hernest Hemingway, Antonio Machado, José Bergamín u Ortega y Gasset, del que destacó aquella anécdota en la el diestro Guerrita conoció al filósofo y, asombrado por su profesión de pensador, dijo sorprendido: "Hay gente para todo".

Antonio Garrido puso de manifiesto la vinculación directa que existe entre el mundo del toro y el lenguaje, rescatando algunos ejemplos (dar una larga, echar un capote, saltarse a la torera) que, contados en clave de humor, sirvieron como contra punto a las críticas vertidas a aquellos políticos que, "aludiendo a la moda del antitaurinismo", van en contra de la voluntad del pueblo; del mismo modo, exigió respeto para los toreros y aficionados fallecidos que sirvieron de burla en redes sociales.

Repasó en el último tercio la evolución histórica del toreo malagueño desde el siglo XVIII hasta nuestro días. Recuperó nombres de la primera mitad del siglo pasado como Diego del Álamo, El Malagueño, Limeño, LaritaoCarnicerito.

No se olvidó tampoco de los toreros en activo como Mari Paz Vega, Saúl Jiménez Fortes o Javier Conde, al que mencionó cariñosamente en varias ocasiones. Finalizó el pregón con unos versos propios en defensa de la fiesta.

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