'Desbloqueando a Picasso': "Mi objetivo era que todo el mundo disfrutara de él sin tener que fingir que lo entendía"

El autor malagueño del libro, José S. Mateos, define y clasifica al pintor como "inventor, poeta y mago"

Pepe Viyuela: "Todos tenemos en la cabeza la idea de Picasso, ninguno sabe acerca de su vida ni de su carácter"

El autor José S. Mateos posa con la estatua de Picasso y el libro 'Desbloqueando a Picasso'. / M. H.

José S. Mateos, conocido en X (antes Twitter) como GodPikasso, lleva años explicando la obra del pintor malagueño con un humor que ha enganchado a más de 50.000 personas. Su primer libro, Desbloqueando a Picasso (Ediciones B), nace de esa misma intención: "Yo pensé: '¿Por qué a mí? ¿Quién soy yo para que me llame una editorial importante?". La respuesta está en su larga trayectoria como divulgador en redes, donde se ha hecho pasar por el propio Picasso para contar su vida y su arte "de forma sencilla, graciosa y sin palabras raras".

“Durante tres años hice ‘Picasso al día’: cada mañana, a las 8:00, ponía una obra suya y la explicaba”, cuenta. Ese ejercicio diario de claridad, humor y respeto despertó el interés de miles de seguidores y, finalmente, de la propia editorial. "Yo soy médico de familia, trabajo en una mutua y, aunque no soy historiador del arte, llevo muchos años explicando a Picasso. Me gusta hacerlo fácil, didáctico, con un lenguaje que la gente entienda", narra. La presentación del libro será en la Casa Natal de Picasso el día que nació, el 25 de Octubre, a las 11 de la mañana. Es de acceso libre hasta completar aforo

Su método tiene algo de tutorial, confiesa. "Yo soy boomer; aprendí todo con tutoriales y pensé que Picasso necesitaba el suyo". Así surgió la idea de dividir toda su producción en tres tipos de obras: las del inventor, las del poeta y las del mago. "Picasso hace siempre lo mismo: investigar, expresar o jugar. El libro explica esas tres claves, con humor, pero con rigor", resume. Esa estructura, casi de "videojuego", convierte la lectura en un recorrido por escenarios —las épocas del pintor— donde el lector puede identificar a qué "personaje" pertenece cada cuadro.

A pesar de su entusiasmo, Mateos dudó al principio. "Pensé en decir que no, porque ya estaban saliendo muchos libros sobre Picasso y no sabía qué podía aportar. Pero me dije: 'Me han llamado porque lo explico fácil, si encuentro la forma didáctica, lo escribo. Y la encontré", comenta. El resultado es un volumen trabajado durante un año —con incontables visitas al Mudeo Casa Natal de Picasso en Navidad, cogiendo vacaciones y "leyendo de verdad las 300 notas bibliográficas que lleva el libro". Todo ello ofrece una visión fresca, desmitificadora y humana del artista.

El tono irreverente y cómplice del autor se mantiene de principio a fin. "Está prohibido reírse en los museos, y decir que te puedes reír con una obra de Picasso es pecado mortal, pero yo creo que después de este libro no me van a dejar entrar en los museos", bromea. Su meta, sin embargo, es seria: "Mi objetivo es que todo el mundo disfrute de un artista que es de los mejores de la historia, pero que tiene obras feas, turbias o malas, como todos. Y no pasa nada".

La chispa que encendió su fascinación por Picasso fue inesperada. "Me metí en una visita para niños y me pusieron delante de un cuadro llamado 'Maternidad'. Me derretí. Descubrí que Picasso no solo inventaba, también contaba cosas desde el alma", recuerda emocionado. A partir de ahí, su interés se volvió estudio constante: "Picasso nunca tiene fondo y, cuando más sabes, más quieres aprender".

El arte, dice, le sirve como equilibrio a su profesión. En la consulta ve "dolor todos los días" y en el arte busca "belleza y compensación". Esa búsqueda lo llevó a crear GodPikasso y también a fundar la Asociación de Amigos de la Casa Natal de Picasso, de la que es presidente. "Nosotros no somos picassianos, somos picasseños, porque somos malagueños y picassianos, y vivimos el mundo desde múltiples caras, como hacía él con el cubismo", sostiene.

Su humor se cuela incluso en los detalles más serios. "A mí no me gustaba Picasso porque pensaba que solo era importante porque inventaba cosas, pero cuando entendí que también era un poeta, un narrador de emociones, me enamoré", confiesa. En su cuenta de X y en su libro, Mateos traduce esas emociones al lenguaje cotidiano, sin jerga académica ni solemnidad: "He intentado que la gente diga lo que siente de verdad: que un cuadro le parece feo, raro o infantil, y que luego lo entienda sin tener que fingir".

"Este libro no se toma en serio al dios del arte, pero lo respeta profundamente", asegura. Desbloqueando a Picasso no pretende destronar al genio, sino devolverlo a su dimensión humana de una manera comprensible y, sobre todo, divertida. "Hay que dejar de llamarle genio o Dios, vamos a simplificarlo. Si entiendes las tres claves —el inventor, el poeta y el mago—, entiendes toda su obra", defiende.

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