Cultura

Los desvelos de Chema Lumbreras en la JMGalería de Málaga

  • JMgalería expone la obra más reciente de Lumbreras en ‘Ya es tiempo’ 

  • Del holocausto a la pandemia, el pintor sigue explorando la condición humana

  • La muestra se podrá visitar hasta el 21 de enero

Chema Lumbreras junto a la escultura con la que representa el encuentro del filósofo alemán Heidegger y el poeta Paul Celan.

Chema Lumbreras junto a la escultura con la que representa el encuentro del filósofo alemán Heidegger y el poeta Paul Celan. / Javier Albiñana (Málaga)

La obra más reciente del pintor Chema Lumbreras (Málaga, 1957) toma puntos de partida diferentes para lograr el mismo objetivo, seguir ahondando en la condición humana. En lo más crudo, sin despreciar el humor y la ironía. En lo más tráfico, sin dejar a un lado la ternura de su pincel. De los horrores del holocausto a la incertidumbre y muerte provocadas por la pandemia han centrado sus desvelos en los últimos dos años. Y los ha plasmado con su habitual maestría en acuarela y tinta china sobre papel. JMGalería inaugura hoy la muestra Ya es tiempo, la primera individual del artista en esta sala.

El poema Fuga de muerte, del poeta judío Paul Celan, le trasladó a los campos de exterminio nazi, a los trenes sin retorno, a los pijamas de rayas, al tiro en la nuca, a los prisioneros que cavan las tumbas de los propios compañeros, quizás también las suyas, a los que echan las cenizas de los crematorios al río. Pero antes de entrar en el poema y teniéndolo como eje, “fui dando vueltas alrededor y partí de un encuentro que tuvo Celan con el filósofo alemán Martin Heidegger”, relata el artista.

En una cabaña en la Selva Negra se reunieron ambos pensadores, “que se admiraban mutuamente” a pesar de representar a víctima y verdugo del genocidio nazi. “Hice una escultura de ese momento en el bosque, en ese lugar tan húmedo, en lo que algunos han narrado como un descenso a los infiernos”, comenta el artista. De ahí partió para crear toda una serie con la visita de Celan al alemán como hilo argumental.

El artista se ha sumergido en el horror del holocausto nazi. El artista se ha sumergido en el horror del holocausto nazi.

El artista se ha sumergido en el horror del holocausto nazi. / Javier Albiñana (Málaga)

También explica que mucho se ha especulado sobre el por qué del encuentro y el qué se dijeron en él. “No se sabe si Heidegger le pidió perdón a Celan, porque ninguno de los dos dijo nada después, parece ser que ambos eran amantes de la botánica y en el paseo hablaron del paisaje más que de un asunto tan espinoso”, agrega Lumbreras. Con estos dos personajes, el artista ha tejido un diálogo rico en guiños filosóficos, literarios e históricos, obras llenas de ironía en las que la soberbia de Heidegger no sale bien parada.

La película documental Shoah, en la que el realizador francés Claude Lanzmann reúne testimonios en primera persona de víctimas, testigos y verdugos del exterminio judío, también sirvió al artista malagueño para sumergirse aún más en un asunto tan “terrorífico”. “Llegó un momento en el que me pregunté cómo había acabado ahí y pensé en dejarlo, pero seguí”, apunta Lumbreras.

“La obra de Chema siempre ha girado en torno a la condición humana, pero nunca antes había abordado temas tan profundos”, considera el galerista Javier Marín. “Como artista es comprometido hacer este tipo de trabajos, supone una recuperación necesaria de la memoria histórica”, añade Marín. Esto no impide, agrega, que “se puedan disfrutar a nivel plástico”.

El Covid-19 también ha marcado la obra del malagueño. Al principio del confinamiento, una amiga que trabaja en un país africano le pidió una obra para hacer carteles sobre prevención. A partir de ahí comenzó a trabajar sobre el tema.

Tres de las obras de la serie sobre el Covid-19. Tres de las obras de la serie sobre el Covid-19.

Tres de las obras de la serie sobre el Covid-19. / Javier Albiñana (Málaga)

La incertidumbre del comienzo, la mascarilla como única protección, los sanitarios en la UCI luchando entre los gases de una especie de guerra biológica, los confinados con monos naranja de presos convertidos en acusadores de sus vecinos, la liebre que intenta correr más que el virus, el drama de las residencias contado con la mayor liviandad posible.

En ocurrentes, divertidos y preciosos dibujos de pequeño formato, Lumbreras también ironiza sobre la vacunación en los países ricos y sobre aquellos que hicieron trampa para ser los primeros inmunizados. “Era un poco reacio a exponer esta serie, la gente quiere pasar página, yo también, pero es algo que ha existido y está bien reflexionar sobre ello”, comenta Lumbreras.

Y frente a la pandemia, entre el virus, sus mutaciones, sus muertes y todas las torturas y asesinatos causados por la barbarie humana medio siglo atrás, una lata que parece de Coca-Cola, inofensiva y roja, pero que en su interior guarda gas Zyklon. Pura crueldad envasada.

Hasta el 21 de enero se podrá ver la exposición en JMgalería.

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