El director chileno Matías Bize explora los límites del amor en 'La memoria del agua'
¿Es posible recuperar el amor tras la muerte de un hijo? ¿Cómo superar ese trauma? Ésas son las preguntas que el director chileno Matías Bize, ganador del Goya por La vida de los peces, plantea en La memoria del agua, película que protagoniza la española Elena Anaya. La memoria del agua es, ante todo, una historia de amor en la que, utilizando el duelo, Bize ahonda en cómo cambia un matrimonio tras la caída de la bomba atómica que supone la pérdida de su hijo de cuatro años. Con esta película, que se estrena el próximo 5 de agosto, Bize ha querido huir de los "convencionalismos y morbosidades", alejándose de la historia del niño, para centrarse en la "lucha" por sobrevivir de esa pareja, que se "rompe" y busca cómo sobrellevar el drama, según el director.
"El gran desafío era hacer una película que conmoviese, pero de una manera elegante, sutil y sin golpes bajos", explica el chileno también responsable del guión, quien en ningún momento quiso convertir la película en un "ensayo o un libro de autoayuda". Durante los 88 minutos de este largometraje, Javier (Benjamín Vicuña) trata de reestructurar su familia y recuperar su matrimonio, mientras que Amanda (Elena Anaya) no hace más que huir, ya que "no puede permitirse ser feliz al lado de ese hombre", declaró la actriz palentina. "La muerte de un hijo es la prueba más grande que puede vivir una persona -asegura el cineasta chileno-. Lo que quise fue mostrar su lucha para tratar de salir a flote". "Cuando leí el guión me atravesó y me desgarró por dentro", explica Anaya, que asegura que para enfrentarse a este papel tuvo que ponerse "un chaleco de superfuerza", para atravesar el camino "repleto de curvas" que supuso esta película. El chileno asegura que, cuando escribió este guión junto a Julio Rojas, pensaba únicamente en Elena Anaya.
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