“Las discográficas querían verme con un sombrero e imitando a mi padre”

Valderrama. Cantante

La que por derecho propio se ha convertido en una de las voces más singulares del panorama musical actual continúa defendiendo su independencia en ‘Moderna tradición’, grabado entre Estambul y El Cairo

Pablo Bujalance

Málaga, 18 de abril 2009 - 08:55

Cuando uno creía que a estas alturas pocas músicas podrían sorprenderle va y escucha Moderna tradición (Kompetencia), de JuanValderrama Caballero (Madrid, 1972), un álbum grabado en parte en ElCairo y Estambul con intérpretes árabes y orientales que propone uno de los encuentros más estimulantes de los últimos años, con el Mediterráneo por bandera. No faltan, claro, recuerdos a Juanito Valderrama y a Lola Flores. Pero este artista va por libre, llama a los retos de tú y se muestra dispuesto a hacer historia.

–¿Qué tipo de inquietud mueve a un cantante como Valderrama a plantarse en Turquía y Egipto y grabar un disco?

–Piensa que además de intérprete y compositor soy productor general de mi propia música, así que buscar caminos nuevos forma parte de mi profesión. Desde el principio tenía mucho interés en buscar posibilidades de diálogo para el flamenco, pero, en mi opinión, la fusión con las músicas brasileñas y caribeñas ya está demasiado trillada. Pongo la radio y por más que muevo el dial todo me suena a lo mismo. Hace tres años escuché algunas producciones árabes modernas y de inmediato lo vi claro: ahí está el camino. Así que busqué información sobre los mejores músicos de Turquía y Estambul y fui directamente a sus casas para invitarles a participar en esto.

–¿Le resultó difícil convencerles?

–No. Lo difícil fue localizarlos. Existe un telón de acero inexplicable entre esta orilla del Mediterráneo y aquélla. Aquí se sabe muy poco de la música magrebí, egipcia o turca, e igualmente ellos desconocen lo que hacemos aquí. Lo más arduo fue consolidar los contactos. El resto, una vez que nos habíamos conocido, resultó muy sencillo. Los músicos son siempre seres de carne y hueso.

–Sorprende especialmente que, si bien otros músicos españoles ya habían coqueteado con oriente y el norte de África, usted asimila la vertiente más moderna de estas músicas.

–Es que lo que me sedujo fue escuchar programaciones de dj’s combinadas con percusiones reales y sonidos de cuerda auténticos, no de teclados. La música moderna en Oriente va por ahí. Fíjate, en Estados Unidos han descubierto Bollywood y andan como locos. Y Javier Limón trabaja ahora mismo en Siria, investigando en lo mismo. El interés es enorme.

–Artísticamente, ¿le resultó complicado congeniar con los instrumentistas y productores?

–No, para nada. Los músicos de Turquía y Egipto son tan flamencos como nosotros. Les metes un compás de amalgama y entienden perfectamente lo que pretendes. Lo difícil es que un violinista alemán te comprenda cuando le pides que desafine tal cuerda un cuarto de tono. En cuanto al estudio, en El Cairo se registran hoy los sonidos más hermosos de orquestas de cuerda. En ningún otro lugar del mundo llegan a grabar con tanta limpieza y tanta delicadeza.

–Imagino que Moderna tradición le habrá abierto puertas en los países donde ha sido grabado.

–Sí, y de qué manera. En los próximos meses tocaremos en El Cairo Opera House, en Alejandría, Estambul y Casablanca. Se me han abierto las puertas a un mundo enorme, con unas posibilidades increíbles. De hecho, una de las discográficas más importantes del mundo árabe va a lanzar una edición del álbum cantado en árabe. Y ahí estoy, liado con la entonación, intentando pronunciarlo lo mejor posible. Eso sí, tengo muy claro que en estas cuestiones hay que preservar un equilibrio. Entiendo que a ellos les gustaría tener un disco de música árabe por completo, pero ése no es el sentido de mi trabajo. El álbum es más bien un lugar de encuentro, y eso debe seguir siendo.

–¿Y en España, cómo se presenta la próxima gira?

–El 12 de mayo presentaremos el disco en el Teatro de la Zarzuela, y lo haremos con 30 músicos, árabes y españoles, sobre el escenario. Cuando me ofrecieron este espacio entendí que había que aprovecharlo al máximo y demostrar que el álbum se puede levantar en directo. En la gira posterior ya no llevaremos tantos músicos, pero mantendremos una fusión interesante. Actuaremos en el Teatro Cervantes de Málaga después del verano.

–Continúa trabajando con su propia discográfica, con una marcada vocación independiente. ¿Habría tenido más facilidades para hacer Moderna tradición con un gran sello detrás?

–No, por una sencilla razón. Producir un disco cuesta hoy unos 8.000 euros. Pero Moderna tradición costó diez veces más. Si lo hubiera propuesto a una multinacional me habrían dicho que me lo pagara yo, y eso es exactamente lo que he hecho. Eso sí, no tengo un piso en la Castellana, pero me siento muy orgulloso. Cuando trabajaba con las discográficas me aburría: querían verme con un sombrero e imitando a mi padre. Pero yo soy más que eso. Soy Juan Valderrama y ésta es mi música.

stats