Vinicio Capposela. Músico

"La música es embajada de quien lo pierde todo: es lo único que puedes llevar contigo"

  • El cantante y compositor italiano presenta el próximo domingo día 3 en el Cervantes su nuevo disco, 'Rebetiko gymnastas', un homenaje al género griego más tabernero y urbano.

Vinicio Capposela vino al mundo en Hannover en  1965, pero es italiano y mediterráneo por los cuatro costados. The New York Times le definió como "un visionario compositor, uno de los músicos más inteligentes y excéntricos de Italia, creador de grandes y enigmáticas fantasías en las que combina el estilo americano de los bajos fondos con la mitología italiana en un elegante y enérgico jazz-cabaret". Comparado con Tom Waits, este pedazo de golfo es capaz de tentar a Atahualpa Yupanqui, el rebétiko más tabernero y el ánimo punk. El próximo domingo  presentará  a las 19:00 en el Teatro Cervantes su decimocuarto disco, Rebetiko gymnastas, grabado en Atenas con músicos como Manolis Pappos y Marc Ribot y en el que rinde su definitivo homenaje al rebétiko, el estilo que cultivaron en el siglo XX los refugiados helenos que fueron expulsados de Asia Menor tras la derrota de Esmirna.   

-Rebetiko gymnastas bebe de muy diversas fuentes. ¿Cómo fue la selección del repertorio del disco, incluyó simplemente lo que le apetecía o ha obedecido a algún otro criterio?

-La selección principal fue entre aquellas canciones que tenían lo que en flamenco se llama duende y en griego dalkas. Un sentimiento de deseo por algo que no existe, que se dirige a la parte menos convencional de nosotros. 

-El disco ha sido grabado en analógico y eso se agradece especialmente al escuchar el bouzouki de Manolis Pappos. ¿Tenía clara desde el principio una determinada idea de pureza?

-Quería hacer una especie de Social Club del Mediterráneo.  Con un sonido acústico y cálido. Los instrumentos se tocan con púa, son como las rosas tienen pétalos suaves pero espinas duras. Y ésta era mi idea del sonido: suave con espinas.

-En España el rebétiko se conoce aún de manera minoritaria ¿Qué puertas le ha abierto y le ha cerrado su querencia por él?

-El verano pasado fui invitado a cantar tres canciones en un espectáculo sobre la vida de Marcos Vamvakaris, el padre del rebétiko en el Teatro Herodes Aticus, bajo al Acrópolis, y fue para mí un gran honor.

-Por cierto, lo primero que llama la atención al escucharle es lo natural que suena el rebétiko en su voz y en italiano. ¿Se trata de una música más mediterránea que griega? ¿Qué tiene en común con otros géneros italianos?

-Es una música esencialmente urbana. La música urbana es la música de los desarraigados que no habla sólo de las regiones de origen sino a todos los desarraigados.  Esta sensación se comunica y acoge a cualquiera aunque no sea griego. Exactamente como el punk, el blues o el rock&roll. Músicas que contienen un vaffanculo dentro.

-Particularmente, ¿tiene usted algún interés por otras músicas mediterráneas, como el räi argelino o el flamenco?

-No soy un etnomusicólogo, pero de siempre he sentido la fascinación por las músicas de la ausencia, como el fado, la morna, el flamenco, el bolero, el tango.

-La crisis económica ha proyectado una imagen terrible de los países europeos del sur. Ya que la política ha fracasado, ¿son la música y la cultura los mejores embajadores de estos países?

-Lo realmente terrible de los países de Europa del sur es la corrupción asumida ya a nivel de sistema. La peor cosa de la crisis es rebajar cualquier tipo de discusión a lo meramente económico y no hablar de educación , de las escuelas, de la cultura sino sólo de lo económico. La música ha sido siempre la embajadora, incluso de los pueblos que han perdido todo porque es lo único que puedes llevar contigo. 

-Un ingrediente fundamental en su música es el humor. ¿No tiene usted la sensación de que se ha puesto todo el mundo muy serio últimamente, también en el mundo de la música?

-Es verdad, hay que acordarse más a menudo de la frase de Durruti, que decía: " Una risa os enterrará". Aunque en Italia es Berlusconi quien intenta enterrarnos con sus chistes y sus risas.

-¿Cuál es su experiencia con el público español y qué espera de él en la nueva gira?

- Estoy muy agradecido al público español por la atención que me dispensa. En esta gira espero que se dejen crecer el bigote postizo como auténticos golfos.  

-¿Siente usted algún tipo de apego por la etiqueta world music? ¿Cree que sigue siendo válida, o al menos rentable?

-No creo en la world music, es una definición absolutamente genérica que me hace pensar de manera confusa.

-¿Quién le ha enseñado lo que sabe? ¿Es cierto que el rebétiko se aprende en la calle?

-El rebétiko se aprende en la taberna, al refugio de la calle . Debo todo a las personas que han sido generosas conmigo, que han intentado darme una posibilidad, no sólo  en el sentido profesional. Intento saldar esta deuda haciendo buen uso de todo lo que he aprendido, haciendo circular sus palabras y su música.

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