Cultura

"Cuando empecé era difícil en mi país que alguien se dedicara sólo a la música"

  • La intérprete portuguesa, antigua voz de Madredeus, presentará el próximo 8 de abril en el Teatro Cervantes su primer disco con composiciones propias, el celebrado 'O mistério'

Hace ya un cuarto de siglo desde que Teresa Salgueiro empezó su carrera de la mano de Madredeus, pero a pesar de su larga trayectoria y de ese interés en crecer por el que se ha implicado en todo tipo de alianzas y desafíos, esta lisboeta no había lanzado hasta ahora un álbum con temas propios. O mistério, que Salgueiro ha compuesto y para el que ha escrito todas las letras, es el repertorio que esta cantante interpretará mañana en su visita a Sevilla. Carisa Marcelino (acordeón), Óscar Torres (contrabajo), André Filipe Santos (guitarra) y Ruí Lobato (batería, percusión, guitarra), los escogidos músicos con los que ha emprendido esta nueva y emocionante aventura, la acompañarán en su actuación del 8 de abril en el Teatro Cervantes, donde esta mujer de sensibilidad acusada y prodigiosas facultades vocales propondrá a los espectadores un paseo por los enigmas que reserva el mundo.

-Después de tantos años dedicada a la música, presenta su primer disco de canciones propias. Lo sentirá como un nuevo comienzo...

-Sí, como un inicio de algo diferente. Durante mucho tiempo canté un conjunto de temas hecho para mí pero no por mí, las palabras tampoco eran mías. Ahora me siento muy completa al interpretar un lenguaje nuevo, creado por mí, y ver cómo la gente reacciona a esta propuesta.

-No se puede decir que después de Madredeus decidiera tomarse un descanso. En sus trabajos ha recorrido siglos de música portuguesa, ha abordado canciones brasileñas y napolitanas, e incluso ha grabado con Zbigniew Preisner.

-Esos proyectos han sido experiencias extraordinarias, me han dado información de otras realidades, con ellos me he acercado a otras maneras de ver la música. Era feliz con lo que había estado haciendo estos años, visitaba repertorios conocidos que me gustaba cantar, pero yo quería hacer un trabajo de composición propio.

-Y ahí está O mistério, en el que dedica una mirada a los enigmas de la vida.

-Todo lo que he escrito refleja mi observación del mundo. Uno de los temas se llamaba así, O mistério, y después de tenerlo todo escrito me di cuenta de que las diferentes canciones tenían como punto de partida ese concepto, una reflexión sobre nuestra dimensión humana ante el misterio de la vida, sobre la realidad de que no podemos conocerlo todo y el hecho de aceptar esta limitación. El disco habla de conocer nuestra fragilidad, lo pequeños que somos ante un universo infinito, pero al mismo tiempo de lo que podemos ser, porque somos creativos, tenemos la curiosidad de la fuerza creadora. El misterio nos da una medida de lo que somos.

-Un mensaje de ese calado necesitaba una música que fuera muy evocadora, muy sugerente.

-Lo que pretendíamos desde el inicio era hacer algo que fuera el punto de encuentro de nuestras diferentes personalidades. Somos personas diferentes, con recursos distintos y venimos de escuelas diversas, pero tenemos también aspiraciones que pueden ser comunes. Queríamos que las canciones fueran un espacio donde cada uno de nosotros, al servicio de un lenguaje en común, pudiera ser él mismo y desarrollar sus potencialidades, pero sin olvidar las posibilidades que implicaba la fusión de las sonoridades, de los timbres. Queríamos sacar partido de las posibilidades plásticas de cada instrumento. Ha sido un primer paso de un grupo de trabajo: ya estamos escribiendo temas nuevos para grabar el próximo año. Y sí, es una música muy sugerente, porque es el reflejo de las cosas en las que creemos. Creemos en la música, en la importancia de comunicar, de expresarnos libremente.

-Hablando de comunicación, usted asegura que mientras grababan el disco pensaban en cómo quedaría en su ejecución en directo, que siempre les preocupó la conexión con el público.

-Sí, es una música pensada para ser reproducida en directo. Nuestra unión surgió para hacer un disco, pero sobre todo para actuar ante el público. Empezamos la gira a finales de marzo, desde entonces hemos tenido muchas fechas en Italia y en Portugal; hemos estado en varios sitios de España, en Vigo, en Madrid, en Valencia; también actuamos en Serbia, Eslovenia, México, Macao, Suecia... El disco está editado en muchos de esos países y ahora aparecerá en México. Podemos decir que la apuesta ha funcionado: está siendo una alegría enorme, el encuentro con diferentes auditorios ha sido muy rico, nos han acogido muy bien.

-¿Genera mucha presión haber formado parte de un grupo como Madredeus, considerado como un clásico de la música reciente?

-Hablar de Madredeus es como hablar de casi toda mi vida adulta. Tenía 17 años cuando empecé y he estado 20, que es mucho tiempo. No me pesa para nada aquella etapa, la hice con dedicación y tengo mucho orgullo de haber participado en ese proyecto y de haberlo divulgado en tantos países diferentes del planeta. Es algo que fue parte de un periodo, pero que también estará siempre conectado conmigo. ¡Son 20 años, es muchísimo tiempo! Ni se puede ni se debe borrar. Es algo que terminó, pero seguirá siendo parte de mi identidad.

-Actualmente hay muchas voces de su país, intérpretes como Mísia o Carminho, que cuentan aquí con un gran número de seguidores. Pero, ¿cree usted que se conoce bien la música portuguesa en España, al menos como debería?

-La verdad es que no lo sé [ríe]. Yo siempre me he sentido muy bien recibida por el público español, y es verdad que ahora hay otros artistas que también son conocidos en España y que son muy bien tratados. Portugal es un país donde la música es algo muy particular, es necesario perseverar mucho en la idea de ser músico. Suele pasar cuando uno se dedica a esto, pero en mi país, en particular, la música es un ámbito que no tiene ningún tipo de apoyo. Cuando yo empecé a cantar, era difícil encontrar a gente que se dedicara exclusivamente a esto, que tuvieran la música como única profesión, debían tener otra actividad para poder mantenerse. No era suficiente, no había tradición de conciertos, ahondar en ese problema llevaría a una larga conversación. Ahora sí hay una gran producción. Madredeus ha luchado mucho para demostrar que ser músico era algo posible en Portugal. Hicimos algo original y viajamos por todo el mundo, y enseñamos que cuando alguien se dedica con perseverancia puede conseguir salir adelante en un oficio difícil como éste. Sobre si el público español conoce la música portuguesa, yo diría que conoce la música que se da a conocer: es cuestión de salir, de buscar caminos. Yo he tenido la suerte, primero con Madredeus y luego con otros proyectos, de ser invitada a los sitios y de tocar aquí y allá. No sé hasta qué nivel se conoce, pero cada vez hay más artistas que viajan, cuyo trabajo tiene repercusión.

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