Niña Pastori. Cantante

"De cuando empecé me quedan todavía las ganas de seguir probando, de hacer cosas"

  • La popular artista vuelve mañana al Teatro Cervantes dentro su gira 'Ya no quiero ser', con un concierto cargado de optimismo en el que repasará su trayectoria y añadirá temas inéditos.

Niña Pastori regresa mañana miércoles a las 21:00 a su escenario habitual en Málaga, el Teatro Cervantes, y lo hace en el marco de su actual gira, Ya no quiero ser, en la que vuelve a los escenarios para recorrer los grandes éxitos de su carrera discográfica (Tú me camelas, Cartita de amor, Ese gitano, Cai, De boca en boca), sus magníficas versiones (Corazón partío, Burbujas de amor) y también para presentar temas inéditos como Ya no quiero ser y Barquito de vela, compuestos por ella misma. Ante el público la acompañan su inseparable Julio Jiménez Chaboli (guitarra y percusión), Antonio Ramos (guitarra), José María Sánchez (piano), Carlos Carmona (bajo y contrabajo) y Toñi Nogadero y Sara Zarzana (coros).

-¿Qué queda de aquella joven que cantaba Tú me camelas?

-Quedan las ganas de seguir investigando, probando, haciendo cosas. Eso es algo mío, creo que no lo voy a perder nunca. Hasta ahora, siempre lo he tenido. Y son ya muchos años. A los 17 saqué mi primer disco, pero cantando llevo desde los 8 años. Y, sin embargo, sigo disfrutando y emocionándome con los conciertos, con la gente. Eso queda.

-Muchos comparten la idea de que su arte es el legado de Camarón. ¿Lo siente así?

-Para nada. Camarón ha sido un genio. Aportó muchísimo al flamenco. Yo diría que ha sido el pilar más importante del género en sí, del flamenco en general, cantaores, bailaores, guitarristas... Yo simplemente me considero una persona que hace algo que le gusta, que tengo la suerte de tener un público fiel y de tener a gente que me sigue. Difruto con lo que hago, nada más.

-¿Es consciente, no obstante, de lo que representa usted para la generación más joven de artistas flamencos?

-No pienso mucho en esas cosas. No suelo ni siquiera planteármelas. Hago lo que me gusta y tengo la suerte de vivir de mi profesión que, después de mi familia, para mí es lo más importante. Llevo toda una vida luchando. Empecé desde pequeña. Y seguiré porque tengo muchas ganas y mucha fuerza interior todavía. Y, sobre todo, tengo la suerte de tener un público que me apoya. Si tienen que venir los galones, vendrán... Y lo que hay que decir, que lo digan otros. Yo hago lo que me gusta, intento seguir aprendiendo, no estancarme, ir a más.

-Ya no quiero ser es el regreso a los escenarios tras su segunda maternidad. Eso, evidentemente, influye.

-Bueno, con dos niñas la cosa se complica. Hasta ahora me las he apañado, me he organizado y he podido estar con ellas. Lo más que me despego de ellas es un día o dos. Trabajando en España no hay problema. Pero el año que viene, seguramente, tendremos que hacer cosas fuera, en Sudamérica, donde ya estuve de gira con Joyas prestadas. Es el sacrificio, la parte mala que tiene esto. Hay veces en que, aunque no lo parezca, los artistas somos personas muy solitarias. Tenemos mucho público, mucha gente que nos sigue, que nos quiere... Pero al final te vas con una maleta fuera de tu casa, de tu familia, de tus hermanos, de los tuyos... Y a un lado y a otro, un día en un hotel y otro día en otro. Y eso que yo tengo la suerte de poder trabajar con mi marido, que me llevo a parte de la familia.

-¿Cómo es Ya no quiero ser, el espectáculo con el que regresa al Teatro Cervantes?

-Hay un poco de todo. Es un resumen de todo lo que he ido haciendo en estos años, de todos mis discos. Y luego hay cosas inéditas, como Ya no quiero ser, el tema con el que abrimos el espectáculo. Me gusta muchísimo y creo que también a la gente.

-De la gira, así como de su último disco, La orilla de mi pelo, se ha dicho que es "un aliento positivo para dar fuerza a la gente".

-Soy una persona muy optimista. Y puse toda esa energía en La orilla de mi pelo. Saqué el disco con esa visión puesta, para darle a la gente un poquito de alegría. Creo que con la música conseguimos muchas cosas ¿Quién no se pone música en su casa? ¿A quién no le gusta la música, de un estilo u otro? Y la música te puede hacer olvidar en un momento dado, te puede llevar a un sitio u a otro. Con La orilla de mi pelo quise transmitir eso. Aunque la situación es mala, no hay trabajo para nadie y es lógico que la gente esté mal, creo que no hay que perder la ilusión ni las ganas de hacer cosas. El dinero va y viene. Y el trabajo, igual. Nada es eterno, nada es para siempre. Hay que tener ese punto de salir, de tirar para adelante. Aunque aquí en Andalucía, supongo que será porque es uno de los sitios en los que siempre hemos estado peor, creo que somos quizá más conscientes de esto, que tenemos esa visión... Y con esa visión planteamos también esta gira, por lo menos para transmitirle a la gente ese mensaje de optimismo, aunque sea durante esa horita y media o dos que viene al concierto.

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