La energía visible de Jackson Pollock: un as para 2016

En la entrevista concedida ayer a Málaga Hoy hacía el director del Museo Picasso, José Lebrero, especial hincapié en la necesidad de tejer una red de colaboración con otros museos internacionales, y puso como ejemplo decisivo en este sentido uno de los proyectos ya confirmados para el año que viene: la pinacoteca del Palacio de Buenavista expondrá una de las obras de referencia del artista norteamericano Jackson Pollock (1912-1956), su Mural de 1943, dentro una iniciativa itinerante auspiciada por la Colección Peggy Guggenheim (propietaria de la obra) bajo el título Jackson Pollock's Mural: Energy made visible. El Mural, al que Lebrero se refirió ayer como "el Guernica del expresionismo abstracto",es la pieza de mayores dimensiones de cuantas facturó Pollock y actualmente puede verse en el Museo Guggenheim de Venecia. La exposición tiene como comisario a David Anfam, del Clyfford Still Museum de Denver, y recupera para el gran público el Mural después de 18 meses de restauración en el Getty Conservation Institute de Los Ángeles. Tal y como reza el catálogo de la exposición, la obra "ejerció un profundo impacto en el arte americano que se mantiene hoy día". Realizado por encargo de la propia Peggy Guggenheim para su colección neoyorquina, el Mural llevó el expresionismo abstracto a un audaz más allá al anticipar las abstracciones vertidas en las que el mismo Pollock empezó a trabajar cuatro años después. Pero Energy made visible incluye otras obras que prestan una contextualización precisa al Mural, como Alchemy, otra pieza de Pollock recientemente restaurada, y trabajos de otros artistas como Lee Krasner (la esposa de Jackson Pollock), David Smith y Robert Motherwell. El proyecto también indaga en la fructífera relación artística que Pollock mantuvo con diversos fotógrafos de su tiempo, como Herbert Matter, Barbara Morgan, Aaron Siskind y Gjon Mili. La exposición, organizada por el Museo de Arte de la Universidad de Iowa, viajará al Deutsche Bank Kunsthalle de Berlín tras su estancia en el Museo Guggenheim de Venecia (donde permanecerá hasta el 16 de noviembre) y posteriormente llegará al Museo Picasso Málaga. Precisamente, el as que encarna Jackson Pollock se revela más que sugerente en una baraja urdida por José Lebrero respecto a la huella de Picasso en algunos de los mayores artistas del siglo XX (hasta, incluso, las mismas postrimerías del arte contemporáneo), manifiesta a veces, recóndita otras, en todo caso abierta a juegos de espejos altamente significativos. Así ocurrió ya con creadores como Martin Kippenberger, Bill Viola y Louise Bourgeois, a quienes se une un Jackson Pollock quien descubrió a Picasso en una visita al MoMA de Nueva York en 1939: fue aquella revelación, tal y como él mismo admitió a menudo, la que le llevó a asumir el coraje para abrir su propio camino en el mundo del arte más allá de los convencionalismos. Aunque estéticamente ni el expresionismo abstracto ni el action painting tengan mucho que ver con Picasso, es este coraje el que los hermana. El tiempo les dio la razón a ambos.