"Me faltaba escarbar un poco más en la raíz para renacer con savia nueva"

Susana Lupiáñez 'la lupi'. bailaora y coreógrafa

La malagueña lleva esta noche al Auditorio de Benalmádena su espectáculo 'RETOrno', la unión del camino andado hasta ahora con una mirada pretérita para recordar el baile de antaño

La bailaora malagueña, Susana Lupiáñez La Lupi.
La bailaora malagueña, Susana Lupiáñez La Lupi.
Cristina Fernández

Málaga, 04 de agosto 2017 - 08:01

Su conversación irradia fuerza, pasión por su trabajo, nervio e ilusión, algo que sabe multiplicar a la enésima potencia sobre un escenario. Esta noche habrá oportunidad de comprobarlo.

-¿Por qué y a dónde necesita retornar?

-Desde muy joven marché a Madrid con una compañía que era como un laboratorio experimental de los años 90 sobre el vanguardismo del flamenco. Cuando volví a Málaga pensaban que bailaba de forma extraña, aquí todavía no había llegado la moda de interpretar la danza flamenca. Pero hace unos años consideré que me faltaba escarbar un poco más en la raíz, no para hundirme sino para renacer aún más, con savia nueva. Y eso hice.

-¿Cuál es el principal reto de este espectáculo?

-Pues que el menos es más. Siempre digo que de una mentira tiene que salir una verdad muy grande. No tengo la edad de una viejita pero intento saborear y alcanzar esa esencia, no tengo la herencia de una estirpe flamenca, pero sí mucha investigación, mucho estudio y mucho acercarme a ello viviéndolo. Hoy no se come hinojo en la calle en una fogata como hace 70 años pero a base de buscar la verdad del concepto nace mi propia verdad. Y ese es mi reto.

-¿Qué verá el público esta noche?

-La gente se va a encontrar un flamenco particular, personal, sin pretensiones, a base de investigación y amar la esencia flamenca, un espectáculo flamenco trabajado como siempre suelo hacer, con argumento y transiciones, con una pequeña dosis de teatralidad. Pero, sobre todo, muchísimo flamenco.

-¿En el flamenco hay que tener siempre la mirada puesta en el pasado?

-Cuando hay estudio y seriedad en tu carrera artística puedes hacer lo que quieras, con respeto claro. Eso es pureza. Pureza significa para mí creer en lo que haces y que haya un trabajo que avale esas ideas. En mi caso, como desde muy joven me inicié en la vanguardia, he tenido que remontarme al pasado para que mi carrera retomara un camino aún más recto. El pasado es una fuente en la que beber para tener futuro, tienes que saber lo que había en el pasado para poder conocer tu propio baile en el futuro. Si no conoces el pasado es imposible.

-¿Qué futuro le depara al flamenco que usted baila?

-Al que yo bailo, al que siento, le depara una superación diaria desde la técnica hasta el estudio. Me encanta investigar y sigo con las mismas fuerzas e ilusión de una niña de 15 años. Me veo con muchas carencias, muy imperfecta y siempre busco la mejora. A nivel creativo me encantan los argumentos y mirarme en bailaoras de hace 50 ó 70 años que nos dejaron tanto y hay poca gente que lo conoce. Como La Paula y Pastora Imperio, por ejemplo, que estaban en el olvido. Eso para mí es poner un pequeño grano de arena en el flamenco.

-¿Sin ilusión no hay posibilidad de alcanzar nuevos logros, no?

-No. La gente que veo desilusionada hace logros por fechas marcadas o por un ejercicio de responsabilidad, pero eso no emana del corazón. Trabajar todos los días en tu estudio solo es muy duro, y cuando llega la cuarentena tienes que tener mucha ilusión para levantarte por las mañanas e irte horas y horas a trabajar. Sin ilusión no respondes bien contigo mismo, que es lo que cuenta realmente, que tú seas feliz hagas lo que hagas.

-Curro de María y Óscar Lago son los directores musicales de sus espectáculos. ¿Cómo es el proceso de creación?

-Primero tengo una idea, investigo sobre ella, veo qué quiero contar y me reúno con ellos. Entre todos decidimos qué piezas del flamenco le viene bien a ese tipo de argumento que quiero contar. Ahí empiezan ellos a crear la música. Con las notas ya puestas, creo el espectáculo a nivel corporal y luego nos juntamos todos para ir ajustándolo. También tengo la suerte de contar con Ángel Rojas, el director escénico. La verdad es que es un equipo y es maravilloso.

-¿Qué ha pasado con 'Cartas a Pastora'?

-Cartas a Pastora lo hemos guardado de momento en el baúl, pero no para el olvido, porque me costó mucho la producción, la hice yo sola, y tuvo gran éxito a nivel artístico. Sin embargo es un montaje muy costoso de mover. Pero esto no puede pasar con La Paula, tenemos darle mucha vida porque estamos apostando mucho más, es una producción de la Bienal de Flamenco de Málaga.

-¿Y qué figura tienen que ser aún rescatadas?

-Pues es curioso pero ahora estoy un poco de secano. Cuando trabajé para el Ballet Nacional rescaté a la Cuenca, la Coquinera, la Mejorana, la Malena, la Macarrona, Carmencita Dauset... Cuando hice Pastora lo tenía clarísimo, también La Paula. Ahora me tiene que venir la inspiración. No busco, más bien veo algo de lo que me mana una idea. A veces pienso que son ellas las que me llaman a mí.

-¿Se sigue sintiendo profeta en su tierra?

-Sí, sí. Pero no soy profeta porque una productora apostó por mí y me alquiló teatros, sino porque he sembrado muchísimo yo misma, porque desde que tenía 15 años he alquilado los teatros que podía para bailar, he pegado carteles, he hecho rifas, me he anunciado y bailado en la calle. Hasta que ya la gente apuesta por ti.

-Supongo que disfrutar sobre las tablas será clave...

-Es un premio, una lotería que te toca en la vida. Soy una privilegiada, grandes compañeros han contado conmigo, como Miguel Poveda, que me eligió para cogerme de la mano y hacer un camino importante. Cuando estoy arriba es cuando más yo soy, gozo mucho y no quiero irme de allí, me encanta.

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