Fernando de León Aranoa: "No creo que una película o un libro puedan cambiar la realidad, pero sí que pueden cambiar la percepción de la realidad"

El cineasta ha publicado 'Leonera', un libro de historias cortas sobre lo "excepcional en la rutina"

Ana Blandiana, Premio Princesa de Asturias de las Letras: "Es la primera vez que un premio que recibo me impresiona profundamente"

El cineasta y escritor Fernando de León Aranoa presenta su libro 'Leonera' en Málaga. / Mar Bassa

A Fernando León de Aranoa (Madrid, 1968) se le conoce por dirigir películas que plasman la realidad de la sociedad y escribir guiones donde el silencio dice tanto como el diálogo. Pero el cinesta ha encontrado un lugar más íntimo, donde se siente más libre, en el que su mirada se ensancha: la escritura, sin cámaras ni tiempos. Con Leonera (Seix Barral), su nuevo libro, el cineasta —director de títulos esenciales del cine español como Barrio, Los lunes al sol o El buen patrón— abre una ventana a su universo creativo, un espacio donde conviven ideas, rodajes, palabras y el temblor de lo que aún no se ha contado. El artista llegó ayer a Málaga para hablar de su nueva obra en el Centro Andaluz de las Letras.

Pregunta.¿Cómo nació Leonera?

Respuesta.Es un libro que he hecho a través de los últimos 8 o 10 años. Tiene que ver con un trabajo anterior que se llamaba Aquí yacen dragones, un libro también como este de cuentos breves, de cuentos entre dos o tres páginas, a veces incluso más cortos, a veces futurismos. Y es un trabajo hecho a través de los años en paralelo a lo que ha sido siempre mi actividad principal, que es el cine. Mientras, durante este tiempo, hacía algunas películas, es casi como un desquite, como una manera de hacer algo muy diferente al cine. He estado trabajando en estos cuentos, acumulándolos, primero encontrándolos. Son cuentos que muchas veces aparecen en los lugares más inesperados. Casi todos tienen que ver con encontrar lo que yo siento que hay de excepcional en la rutina. Son revelaciones, sobre todo, que a uno se le van haciendo, a veces de manera inesperada, en los lugares menos predecibles, en bares, en cafeterías, pero también en aeropuertos, en trenes, en salas de espera del médico. Y van apareciendo y los voy recopilando. A veces cuando aparecen ya el cuento se arma solo. Es decir, esa primera idea inicial te regala todo el cuento, te dice hasta dónde tiene que llegar. Y otras veces es apenas una idea que más tarde trabajo ya en la mesa del escritor. En esa mesa intento darle orden a ese caos de las ideas que van apareciendo. Esto a lo que me refiero cuando le llamo Leonera. Tiene que ver conmigo porque muchos son muy personales y también tiene que ver con ordenar un poco todas esas ideas que tienen que ver con la creatividad y que no caben en las películas. Los excedentes de las películas.

P.Le iba a preguntar también justo por ese título, pero como ya ha respondido... ¿Por qué ha hecho esta elección de estas historias?

R.Pues al final en el libro quedan las que más me gustan, las que me parece que tienen más sentido y también las que al final arman, pese a ser cuentos breves y distintos, un relato. Son historias que atraviesan media docena de temas, seis, siete temas diferentes, no más. Muchos de ellos son temas importantes para cualquiera de nosotros, tienen que ver con la vida de una forma u otra, con el amor, con las relaciones, con el desamor también, con el paso del tiempo muchas veces, que es algo que a lo mejor no estaba presente en mi caso en trabajos anteriores, que tiene sentido. Y también con la conciencia de la mortalidad. Esto llega con la pérdida de gente querida, de familiares queridos. Uno empieza a pensar sobre eso. Hasta ahora no había sido consciente de la mortalidad y quizá en estos cuentos está presente. Hay mucho humor también y luego hay muchos que hablan de mi afición a la ficción, porque es un reto que me gusta hablar y sobre el que me gusta reflexionar.

P.En el libro mezcla un poco de amor con nostalgia. ¿Cómo hace ese balance? ¿Cómo consigue que esté equilibrado?

R.Creo que cada historia que encuentras trae un poco su propio balance interno. Es verdad que por momentos hay melancolía en algunos de los cuentos, pero casi siempre hay humor también. No importa mucho que esté porque forma parte de la vida. Sucede en cada uno de los cuentos, pero también en el conjunto final. Una de las últimas etapas de trabajo es darle orden de verdad a la leonera, no solo en el proceso de crear, de inventar, sino también a la hora de ordenar todos esos cuentos. Y ahí es donde ha sido para mí más importante, en las últimas etapas del trabajo, ordenar esos cuentos de manera que para el lector sea un viaje sobre todo emocional, que vaya recorriendo esas zonas más luminosas, que están más en algunos momentos del libro y también zonas un poquito más melancólicas, que también hagan reflexionar desde otro sitio. Pero ya digo, sin perder nunca el gusto por el humor, por la paradoja.

P.Aunque no sea un diario, plasma muchas vivencias suyas, ¿por qué ha encontrado en este libro abrir esa ventana y no en las películas?

R.Yo creo que en las películas es algo que está, pero de otro modo. En las películas lo más personal siempre está sometido un poco a la narrativa de la propia historia y, sobre todo, a sus personajes. Quizás la mayor diferencia entre las películas que hago y estos cuentos. Para mí son actividades muy distintas. Justo por eso me gusta hacer las dos, por eso me gusta hacer estos cuentos. Si fuera muy parecida quizás no lo haría, pero los concibo de un modo muy distinto. Para mí escribir estos cuentos es como cambiar un poco de terreno de juego. Es como de repente jugar en otro patio con otros juguetes, con otros niños y encontrar cosas nuevas y maneras distintas de explicarme y de hablar de la realidad. Y luego hay una parte en común, que al final es el autor, es el que está en los dos terrenos, y que yo creo que de una forma u otra termina reflejado, tanto en los cuentos como en las historias. Quizá en las historias, en los largometrajes, de una manera más a través de determinados momentos, de los personajes, de la manera en la que ellos miran también, o reaccionan, o entienden la realidad. No en todos, claro, porque uno está casi siempre en todos sus personajes, pero son como facetas de tu propia personalidad. Cuando hay un personaje más valiente, es la parte que querrías tener de valentía, Cuando hay un personaje más mezquino, es lo contrario, es tu parte mezquina que también está ahí, y que todas están en nosotros. Entonces, siempre cuando escribes, en este caso ficción cinematográfica, trabajas desde ahí también, buscando lo que hay de ti en cada uno de esos personajes.

P.Ha dicho que el libro lo ha escrito a la vez que iba desarrollando distintos proyectos cinematográficos. ¿Cómo ha ido encontrando esos ratitos y cómo se ha enfocado en eso? Porque ha admitido que es muy diferente.

R.Sí. Te lo decía en algún momento, sucede un poco de manera casi inesperada y cuando surge, surge. En este caso es más la inspiración la que viene a buscarte a ti que lo contrario. Tiene que ver casi siempre con un momento, con algo que está pasando, que estás viviendo o que estás viendo que sucede y ahí hay algo de repente de desencuentro con lo que está pasando, de perplejidad, de asombro. Yo creo que muchos de ellos, el principal motor para escribirlos es la curiosidad, es el interés o es el desencuentro con la realidad. Uno escribe también para ajustar cuentas con la realidad y tratar de entenderla también. Esa es otra de las razones por las que escribo. A menudo pasa de esa manera, hay un momento, hay algo que dices: "¿Esto por qué?". No te acaba de gustar o no te acabas de comprender. Y entonces escribirlo ayuda a entenderlo. Cito a Julio Ramón Ribeiro, el escritor peruano, en el prólogo, y él decía que escribir no es tanto una forma de transmitir un conocimiento como una forma de adquirirlo, que realmente uno escribe para entender las cosas. Me siento muy representado ahí.

P.Y hablando también un poco de su otra faceta como cineasta, ha encontrado también en el cine una herramienta para plasmar una realidad. ¿Cómo hoy en día refleja lo que está pasando en la actualidad a través del cine, de sus historias?

R.Es verdad que me gusta mucho la realidad, me parece algo muy interesante sobre lo que hablar, sin descartar eso que te decía, que uno tiene que siempre proyectarse en ese cuento de alguna manera, en ese relato. Si no, sería como una pura observación de algo que te es ajeno, si no te implicas emocionalmente es muy difícil. Por lo demás, he intentado hacerlo en mis películas, en cada una de ellas, de distintas maneras también. Al final, la realidad y el ser humano es una materia prima fabulosa, están llenos de contradicciones, tan capaces de lo mejor y de lo peor, a veces incluso el mismo día. Es un terreno, para mí, muy apasionante. Me puedo considerar como un paisajista que quiera hablar de un determinado paisaje social, el desempleo, no es bueno estar solo, por poner un ejemplo. Amí me gusta mucho el retrato. Si fuera pintor, que no lo soy, creo que sería más retratista, me gusta mucho el retrato, me gustan mucho los caracteres, los personajes, la manera de encontrarlos, de perseguirlos por una historia, les acompaño mucho, siempre intento conocer muy profundamente a mis personajes antes de escribir con ellos. Y también me pasa una cosa que creo que tengo que pensar y que cada vez me gusta más, que es que me apetece pasar tiempo con la vida, con gente que me cae bien, con personajes que me caigan bien, que me gusten, a los que admiro. Sin que por eso sean personajes de una sola pieza o de un solo, porque al final la escala de grises está en todos nosotros, y las partes también más oscuras en la sombra también. Me apetece mucho eso, compartir tiempo, sería mi manera de acercarme a esas realidades a través de los personajes.

P.¿Cree que la industria del cine ha perdido un poco ese valor de mostrar la realidad, se enfoca más en la ficción o solo ha mutado y lo transmiten de otra manera?

R.Supongo que hay mucha gente haciéndolo. A lo mejor hay gente, sobre todo ahora, que va a seguir haciéndolo, y bendito sea, que le gusta más hacer género, que se acerque a géneros como los entendemos: la comedia, el drama o el thriller. A mí me gusta mucho mezclarlos, porque creo que hay mucho drama en la comedia y mucho de comedia en el drama. Me encanta la idea de que no sean géneros puros, que al final el género sea la vida, con todos sus dramas y sus comedias y su thriller, muy bien muchas veces. Prefiero pensarlo así. A lo mejor la realidad, ahora siento que está un poco menos presente que el estar, muchas veces desde un ángulo más intimista. Hay películas escritas muy en primera persona y que hablan más de la esfera, de lo íntimo, a veces de los directores que las hacen o de las historias que ellos eligen contar, aunque no sean propias, pero que se mueven mucho más en ese territorio. Es un territorio muy interesante y muy atractivo, que yo a lo mejor lo he trabajado menos en las películas, pero más en los cuentos.

P.¿Cree que el arte es un buen altavoz para todo tipo de mensajes? ¿Actualmente también influye mucho a la sociedad o ya no tanto?

R.Lo que creo es que el arte deja de serlo cuando un mensaje lo lastra en exceso, lo lastra de una manera demasiado grosera, demasiado obvia. Lo explicaba muy bien Cortázar también, cuando decía que el creador tenía que ser capaz de crear sin lastre en la sala. Y ahí en ese lastre, él, que era una persona política, metía lo político también. Yo creo que si eso se convierte en un lastre que impida que uno levante el vuelo al crear y se vaya donde quiera, sin ninguna limitación, entonces sería una equivocación. Sí me parece que el arte y la cultura moldean la manera de nuestra conciencia, nuestra manera de ser, nuestra sensibilidad, individualmente, la de cada uno de nosotros. Y me gusta que sea así. Yo no creo que a lo mejor una película o un libro puedan cambiar la realidad, pero sí creo que pueden cambiar la percepción de la realidad. Y al final, eso hoy en día es casi más importante que la realidad, porque al final la realidad no existe, existe nuestra percepción de ella. Del mismo modo que desde otros ángulos, esa percepción también a veces se intenta manipular para que pensamos determinadas cosas o nos pongamos en contra de la migración. Creo que el arte también puede hacer su trabajo y hacer eso, pero ya digo, de una manera anteponiendo siempre el propio arte, lo creativo, y priorizando la historia que estás contando y la emoción. Puede ayudar eso a modificar o a modelar nuestra percepción de la realidad. Y creo que es así, yo estoy seguro de que mi forma de entender ahora el mundo, ya no digo la creación, sino también la vida y las cosas, tiene mucho que ver con haber leído a Steinbeck, los poemas de Roque Dalton, de Mario Benedetti, de César Vallejo, con haber visto películas de ciertos directores. Todo eso, desde los 17 años hasta ahora, es lo que ha ido formando mi manera de ver el mundo, estoy seguro, más que muchas otras cosas, incluso mi familia, por eso creo que la cultura es importante y el arte lo es.

P.Además, en un mundo tan convulso, también es una vía de escape para artistas y para la sociedad en general.

R.Es una vía de escape, quieres decir, como de distracción.

P.Sí.

R.Sí, el cine siempre ha tenido eso también, ya hablando de su oficio y la literatura, siempre ha sido también una válvula de escape. A mí, como espectador, a veces me gusta que sea así, pero fíjate que también creo que al final quien cuenta la sociedad que somos no es una única película, ni tres ni cinco, son todas las películas que producimos, incluidas las películas más de entretenimiento. Es como un mosaico. Creo que lo que mejor contará que fue cómo era esta sociedad, dentro del cine, quiero decir, en el año 2025, no serán dos o tres películas, serán todas las que se hicieron, sin dejar ninguna fuera, porque al final ahí estará todo ese mosaico de formas de ver la vida, y ahí entran también las de entretenimiento. Como espectador me gusta que existan y a veces me sirven, aunque cuando se aplican demasiado fórmulas dejan de interesarme y me aburro, pasa mucho. Pero a mí es verdad que también si le voy a dedicar dos o tres años a hacer una película, prefiero hacerlo con algún tema que me importe y del que me parezca que valga la pena hablar.

P.Como director también premiado, ¿cómo ve la industria del cine ahora en España?

R.La veo parecida, como ha sido siempre, con gente haciendo trabajos muy distintos, con películas creativamente muy interesantes. Quizá con la industria algo más establecida por la implantación de las plataformas, y eso trae trabajo, trae más una sensación de industria, a la vez también trae unas maneras de hacer y películas más de industria también, y a mí me gustan mucho los trabajos que se escapan de sus peajes, de sus carreteras principales y que son trabajos más independientes, que asumen más riesgos, y eso sí tengo la impresión de que a veces cada vez cuesta más hacerlo.

P.¿Futuros proyectos que se traiga entre manos?

R.No puedo hablar de ninguno, pero porque precisamente, quién sabe si llegaré a hacerlos o no, pero estoy trabajando en ficción.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Escritor, ex ministro de Cultura y ex director del Instituto Cervantes

César Antonio Molina: "Pedro Sánchez es un tumor maligno"

Lo último