La fiesta que fue París

La Casa Natal recrea la ciudad a la que llegó Picasso en los albores del siglo XX a través de sus revistas satíricas con 'Dibujantes con Paris al fondo'

Una joven observa algunas de las obras reunidas en la exposición.
Una joven observa algunas de las obras reunidas en la exposición.
Pablo Bujalance Málaga

14 de febrero 2014 - 05:00

Pablo Ruiz Picasso visitó París por primera vez en octubre de 1900 junto a Carlos Casagemas. Y fue entonces cuando nació el pintor francés llamado Picasso (así empezó a firmar sus cuadros a partir de 1901). París se convirtió de inmediato en la obsesión más ardiente del artista, lo que no resultaba extraño: con sus exposiciones universales (justo en octubre de 1900 París celebraba una de las varias que acogió en menos de un siglo), sus museos, sus teatros, su música y las legiones de artistas que ya poblaban sus calles, la ciudad del Sena no ocultaba sus encantos a las asombradas pupilas de un muchacho que aún no había cumplido los 20. Durante la larga vida del malagueño, y por más que después de la Segunda Guerra Mundial buscara el sol del sur que le procuraron sus residencias en Vallauris, Cannes y Mougins, Picasso fue París y París fue Picasso. Y esta simbiosis, ciertamente casi parasitaria, se dio para lo bueno (apenas tardó una década Picasso en aliarse con Apollinaire, Stein, Jarry y Breton, con polémicas como el robo de la Mona Lisa del Louvre incluidas; luego llegaron Gris, Satie, Stravinsky, Diaghilev y muchos otros a alimentar la mitología) y para lo malo (el 17 de febrero de 1901 Casagemas se quitó la vida y así Picasso inició su Periodo Azul). De este modo, conocer el París del siglo XX significa conocer a Picasso en su plenitud. La Fundación Picasso Casa Natal parece haber tomado nota y ha emprendido una muy interesante, necesaria y ejemplar línea en su programa expositivo que permite a malagueños y visitantes conocer, de primera mano, los ambientes en los que el genio universal devino en tal. Tras El Montmartre que conoció Picasso, la muestra que tuvo a Bateau-Lavoir y los arrabales como protagonistas, la institución inauguró ayer Dibujantes con París al fondo. Picasso y las revistas ilustradas, una nueva aproximación al París picassiano que complementa y prolonga los efectos de la anterior y que podrá verse hasta el 18 de mayo. En esta ocasión, París se rinde ante la mirada de los cómplices a través de sus publicaciones artísticas y satíricas; pues fueron ellas las que más y mejor dieron cuenta de la efervescencia cultural de aquel crisol babilónico, madre del cine y la moda, que fue París ante los ojos del mundo.

Bajo la directriz del comisario Inocencio Soto, Dibujantes con París al fondo reúne 116 obras entre dibujos originales, ilustraciones, fotograbados y ejemplares de la época de artistas como Toulouse-Lautrec, Steinlen, Arcos Ugalde, Jules Chéret, Frantisek Kupka, Lucien Métivet, el propio Pablo Picasso y otro malagueño de esencial parisina, Francisco Sancha, hasta medio centenar de creadores que divulgaron sus obras en revistas como Le Rire, L'Asiette au Berre, Gil Blas y Le Frou-Frou. Las piezas proceden de colecciones privadas, el Museu Picasso de Barcelona, el Museu Nacional d'Art de Catalunya y la Fundación Málaga. Con estos ingredientes, la exposición sirve un perfil asombrosamente fiel del París que saltó del siglo XIX al XX: sus costumbres, sus atavíos, sus miserias y sus ritos, sus alegrías y sus bacanales. Como recordó ayer Inocencio Soto, en el París de entonces convivían más de un centenar de revistas en las que trabajaban más de ochocientos dibujantes. Muchos seguían las lecciones paródicas de Daumier a la hora de traducir la realidad, otros iban por su cuenta. Entre ellos, también, Picasso.

Y es que la oportunidad de la muestra reside no sólo en su recreación de París. También en el hecho de que Picasso habitó con sus trabajos no pocas de estas revistas y que, como apunta Soto, "dejó de ser sólo pintor o escultor para ser también dibujante de prensa, abriendo la puerta del taller para pasar a la sala de redacción". La exposición incluye algunos elementos reveladores, como la primera revista ilustrada que creó, con sólo 13 años, en La Coruña; y un ejemplar de Arte Joven, de la que fue director en Madrid. El director de la Casa Natal, José María Luna, señaló ayer que con esta línea expositiva la Fundación pretende reflexionar "sobre el trabajo del artista, lo relacionado con su ascendencia malagueña y los aspectos menos tratados en los grandes museos". Picasso se hace menos extraño, más él. Y el gusto en conocerlo es nuestro.

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