De la funeraria al escenario

N. Sánchez

25 de abril 2012 - 05:00

A Federico Beltramelli siempre le había llamado la atención el tipo que aparcaba coches fúnebres junto a su casa. Desde la ventana, lo veía día tras día ganarse unas monedas acomodando los vehículos de las distintas funerarias que había en la zona. Hasta que se decidió a conocerlo. Pronto, establecieron una relación de amistad y buena vecindad. Hasta que algo dejó boquiabierto a Beltramelli. "La sorpresa fue cuando supe que Chico Ferry, que así se llama el aparcacoches, era también una vieja estrella de la música tropical que sigue en activo a pesar de tener ya 75 años", dice el director uruguayo. Ése es el punto de partida de Chico Ferry, el documental que Federico Beltramelli presenta hoy en el Teatro Echegaray ( a las 22:00).

El cineasta pasó más de un año grabando el día a día de su protagonista. Desde el boliche donde juega a las cartas y bebe con los amigos del barrio donde vive en Montevideo hasta sus actuaciones nocturnas. Una doble vida, la de día como aparcacoches y la de noche como artista reconocido, que se ve siempre impregnada de la fuerte personalidad de Chico Ferry. Al personaje también le gustó la idea. Tanto, qué el mismo se involucró en el proyecto hasta tal punto que propuso varias secuencias de grabación.

"Me dijo que llevaba mucho tiempo queriendo comprarse un coche para poder independizarse del grupo con el que tocaba y hacer carrera en solitario en los arrabales de Montenvideo", explica Beltramelli. Viaje en búsqueda de un viejo sueño que se conforma como columna vertebral de la historia de Chico Ferry.

La cinta también se acerca a lo que rodea al protagonista: su mujer, sus sueños, sus problemas… "Y finalmente salió algo casi de comedia. No porque yo lo haya enfocado así, sino porque el propio personajes es así", comenta el director, que ha conseguido una película que bordea la ficción y demuestra la tenue frontera que hay con el género documental. Y, más allá, ha logrado que la cámara pase totalmente desapercibida, se haga invisible y Chico Ferry nos muestre su lado más personal, más íntimo y más suculento.

Federico Beltramelli, docente de Ciencias de la Comunicación en la Universidad de la República, en su país natal, llega por primera vez a Málaga con esta película, que obtuvo el premio a mejor mediometraje en la edición de 2011 de Atlantidoc, el festival de documentales más importante de Uruguay.

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