Cultura

"Como no genera tanto dinero, la danza interesa menos"

  • Premio Nacional de Danza, la coreógrafa repite hoy presencia en la Cueva de Nerja con su particular versión de 'Carmen', "desde la madurez", expresa

Acostumbrada a hacer y deshacer maletas, Aída Gómez (Madrid, 1967) lleva casi 30 años exportando su danza, desde el Ballet Nacional que llegó a dirigir hasta su apuesta más ambiciosa, Carmen, una versión de la fémina de Bizet que desvela su lado "más inmoral". Hoy repite presencia en el festival de Nerja, en un espacio tan privilegiado como el de una cueva. "El público está más preparado para ver algo mágico cuando el entorno es este", asegura.

-Llama la atención que una historia tan española como Carmen surja de un encargo en Tokio, ¿cómo asumió este reto?

-En Tokio he estrenado todo lo que he hecho, desde lo del Ballet Nacional a Salomé. Lo bueno de Carmen es que no ha sido algo premeditado. Cuando el proyecto no sale de ti te lo tomas de otra manera, lo haces como a te apetece y te pones tú misma los topes.

-Dice que le apasiona el lado "inmoral" de esta Carmen. ¿A qué se refiere?

-El personaje me atraía muchísimo y creo que ahora era el momento, por madurez propia, de entender lo. Con 20 años no la entiendes, incluso la juzgas. Ella es una mujer muy de hoy, que actúa por impulsos, y que no necesita un señor que la mantenga. Es un personaje femenino muy fresco. Lo llevo de varias maneras dentro de esa hora y veinte minutos que dura el espectáculo. Está su parte explosiva de la taberna, y también la de los sentimientos.

-Carmen ha sido muy coreografiada, pero casi siempre por hombres, ¿es otra forma de verlo?

-Totalmente. Recuerdo que yo le pedía consejo a Antonio Gades y él me decía cómo se la imaginaba. Pero yo siempre he pensado que esta mujer tenía que tener algo especial para que se enamorara todo el mundo de ella. Y la visión de los hombres, como pasa siempre, no coincide. Al ser mujer, te apetece sacar de tu mochila experiencias, madurez.... Es una forma de ver a esta Carmen que nunca han visto.

-Su personaje se mueve más por ¿flamenco, danza española o contemporánea?

-La danza española era indiscutible que tenía que estar, aunque tiene además otros registros. Hay mezcla de Bizet pero también de la música que ha compuesto José Antonio Rodríguez, que ha estado a la altura, porque me preocupaba a quién se lo encargábamos. Pero ha sido extraordinario, es la sensibilidad de un flamenco sabiendo componer, que es muy complicado.

-¿Satisfecha con el resultado?

-Ha sido como un embarazo (risas). Ahora que ya ha llegado el niño toca sacarlo cada noche. Lo más interesante es que descubro cosas que voy acoplando en cada función. Yo siempre digo que los espectáculos hay que hacerlos en el escenario. Lo montas en el estudio, controlado delante de un espejo, pero luego sobre el escenario varía. Cada día es diferente.

-¿Qué se va a encontrar el público esta noche en Nerja?

-Va a encontrar flamenco, danza española, interpretación y argumento, además de un vestuario precioso.

-¿Le ha llegado a asustar el reto?

-Mi miedo era cómo contarlo. En danza es muy complicado explicar las cosas, sin palabras. Pero después de cinco años descubres que lo vas adaptando , según el público también. Recuerdo que en Japón Carmen no podía besar a Don José ni enseñar el hombro. Y con Salomé no me podía desnudar en China.

-Lleva al mismo tiempo un tercer espectáculo de gira, Permíteme que te baile, ¿qué cuenta?

-Es el último que he hecho y rindo homenaje a la Escuela Bolera y a sus maestros: a Antonio Gades, PIlar López, Mariemma... Ya llevaba muchos años intentando hacerlo, lo que pasa que a veces pensaba que no iba a ser comercial, Y fíjate la gran sorpresa porque ha tenido salida hasta en Grecia, nadie se esperaba eso, pero lleva el aval de una música tan bonita como la de Falla y Granados. Y la gente se ha empezado a replantear el valor de la Escuela Bolera.

-Blanca Li al frente de la Compañía Andaluza de Danza ya puso el acento en su importancia en la formación de los alumnos...

-Es que no puedes bailar flamenco sin saber de dónde viene, porque viene de esa escuela, es la influencia que nos han dejado los italianos y franceses en este país. Sería como matar la base de la danza española, que tiene un abanico muy amplio donde entra el flamenco y la escuela bolera. Lo que pasa es que aquí si no se conoce parece que no existe.

-En tiempo de vacas flacas, ¿la danza se echa a temblar?

-Es la hermana olvidada, pero siempre ha pasado, no nos extrañemos ahora. Yo por eso respeto profundamente a quien se atreve a subirse a un escenario con un proyecto propio y personal, porque la lucha no sólo está en el estudio. Siempre he pensado que como no genera mucho dinero, no interesa. El cine y la moda son más rentables.

-¿No hay público para llenar un espectáculo de danza?

-La gente sí va a ver danza, el problema que veo en algunos alumnos que están intentando hacer cosas, es que simplemente publicitarte ya es un dinero. Por que, no nos equivoquemos, la gente va al teatro porque ha oído decir que el espectáculo es maravilloso o porque conoce al artista. Sigue funcionando el boca a boca.

-¿Y usted cómo lo encaja después de tantos años en la profesión?

-Yo llevo una compañía de muchos bailarines y muchos técnicos, y te sientes un poco en el rincón. Pero siempre he estado en crisis, toda mi vida. Es una forma de vida especial a la que te tienes que acostumbrar porque si no acabas de los nervios.

-Otro Premio Nacional de Danza, la malagueña Rocío Molina, inauguró el miércoles el mismo festival que usted pisa hoy por segundo día, ¿qué opinión le merece?

-Es una artista con mucho talento y está sacando lo que cree que tiene que hacer, en su línea. Es flamenca pero la admiro porque es de esa gente que se lanza, pase lo que pase. Desde el asiento todo el mundo juzga y yo siempre digo lo mismo: hazlo tú. Yo la conozco desde chica, y he estado con ella en Londres. Va experimentando y me parece muy bonito lo que está haciendo. Lo importante es que se acuerde de dónde viene. Pero ella es muy lista y tiene muy claro lo que quiere. Y lo que hace tiene calidad.

-¿Con los años se asume de otra forma la disciplina de la danza?

-Con los años ganas en sentimientos y emociones. Porque un jeté perfecto se puede conseguir con horas, lo otro no. Veo espectáculos últimamente en los que digo: ya te he visto que bailas muy bien ¿y? Porque yo necesito irme a mi casa flotando. Me pasa en danza, en teatro y en música. Falta que el artista sea artista.

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