música

El gran concierto en el cielo

  • Mañana se proyecta en tres cines de Málaga, en un único pase, la actuación que el año pasado devolvió a Pompeya a David Gilmour, de Pink Floyd

En octubre de 1971, Pink Floyd comenzaba a ganar influencia y respeto en el panorama musical británico pero su hegemonía distaba aún mucho del pelotazo discográfico que propició dos años después el lanzamiento de The Dark Side of the Moon. Con el fundador Syd Barret apartado de sus filas desde 1968 por sus problemas de salud mental (agraviados por el consumo de estupefacientes), el cuarteto, formado por Roger Waters, David Gilmour, Richard Wright y Nick Mason, andaba implicado en la expansión de fórmulas sonoras que había cristalizado en proyectos como el álbum sinfónico Atom Heart Mother, publicado en 1970. En esta línea, entre los días 4 y 7 de aquel octubre, la banda decidió materializar una aventura inaudita: una actuación en el viejo anfiteatro romano de Pompeya, sin público, que habría de ser grabada para un documental dirigido por Adrian Maben. El grupo trasladó al yacimiento todo su equipo e interpretó tres temas con verdadera talla de monumentalidad: el asombroso Echoes, que con sus 23 minutos de duración ocupaba una cara entera del álbum Meddle, aparecido justo en octubre de 1971; One of these days (del mismo disco) y una relectura cargada de intenciones de A saucerful of secrets, la composición que dio título al segundo álbum de Pink Floyd, publicado en 1968. Esta grabación se completó con material registrado en un estudio de París para el documental y confirmó al grupo como estandarte de la libertad creativa frente a los rígidos cánones que pretendían imponer entonces las radios comerciales (la MTV se llevaría finalmente el gato al agua en los 80, pero ésa es otra cuestión). La imagen de Pink Floyd tocando en el corazón del anfiteatro, en la más absoluta soledad, se convirtió en un icono de cuanto el rock pretendía transformar en los 70. El 7 y el 8 de julio del año pasado, 45 años después de aquel aquelarre, y dentro de la gira de presentación de su último disco en solitario, Rattle that lock, David Gilmour ofreció dos conciertos en el mismo anfiteatro milenario, esta vez con público. Aquellas veladas integran un álbum y un documental que llegarán a las tiendas el próximo día 29 en varios formatos (CD, vinilo, DVD y Blu-Ray), pero antes, la película David Gilmour Live at Pompeii se proyectará mañana miércoles 13, en un único pase, en más de dos mil cines de todo el mundo. La convocatoria llega a tres salas malagueñas: Vialia, Plaza Mayor y Rincón de la Victoria, donde el filme, dirigido por Gavin Elder y grabado en 4K, podrá verse a las 20:00. Seguramente esto es lo más cerca que estarán los fans malagueños de ver a David Gilmour en su ciudad. Pero menos da una piedra.

El listado de canciones del concierto incluye títulos facturados por David Gilmour en solitario desde 2006 (5 AM, Rattle that lock, Faces of stone, A boat lies waiting, The Blue, In any tongue, On an island, Today y The girl in the yellow dress), composiciones grabadas por Pink Floyd bajo el liderazgo de Gilmour tras la salida de Roger Waters en 1982 (What do you want from me, High hopes, Coming back to life y Sorrow) y clásicos del grupo (Wish you were here, Money, One of these days, Shine on you crazy diamond, Falt old sun, Run like hell, Breathe y Comfortably numb). Para los más nostálgicos resultará harto significativa la inclusión en el set list de The great gig in the sky, composición de Richard Wright incluida en The Dark Side of the Moon; el que fuera teclista de Pink Floyd falleció en 2008, poco después de haber acompañado en la gira que siguió al lanzamiento de su disco en solitario On an island, así que cabe entender este rescate como un homenaje a quien fue el principal interlocutor de Gilmour en el seno de Pink Floyd (y a quien Roger Waters expulsó del grupo durante la grabación de The Wall en 1979). Precisamente, la muerte de Wright privó a Gilmour de la posibilidad de volver a interpretar Echoes, uno de sus temas favoritos de Pink Floyd, cantado por él mismo y el propio Richard Wright; la ausencia de este tema en el nuevo concierto pompeyano también entraña, a su manera, un tributo al recordado genio del teclado.

La formación que acompaña a David Gilmour (Cambridge, 1946) en este concierto incluye a viejos compañeros como el bajista Guy Pratt, mano derecha del guitarrista desde 1988, dentro y fuera de Pink Floyd; el guitarrista Chester Kamen, también colaborador de Roger Waters desde 2002; y el batería Steve DiStanislao, quien también tocó en la gira de On an island. El lugar de Richard Wright lo ocupa nada menos que Chuck Leavell, más conocido por su trabajo con The Rolling Stones en todos los álbumes y todas las giras desde Undercover (1983) hasta el último, Blue & Lonesome (2016), si bien en su trayectoria también destacan aliados como Eric Clapton y George Harrison. Especial atención merece el saxofonista brasileño João Mello, que a sus 21 años fue uno de los mayores atractivos de la gira de Rattle that lock como más que digno sucesor de Dick Parry. En el documental se reserva un lugar especial la historiadora británica Mary Beard, Premio Príncipe de Asturias, que instruye a Gilmour sobre la historia de un anfiteatro "tan lleno de fantasmas, en el buen sentido", según el músico. Casi el cielo.

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