“No me gustan las películas con golpes bajos, me enfurecen”
Paula Siero. Actriz y directora de cine
La argentina presentó ayer ‘El agua del fin del mundo’ en la que una mujer se enfrenta a una enfermedad terminal emprendiendo un proyecto vital: un viaje al fin del mundo
Cuando la protagonista de El agua del fin del mundo recibe la noticia de que le quedan pocos días de vida, decide emprender un viaje. Un trayecto que le llevará hasta el sur, hasta Ushuaia, donde un cartel indica ‘Ha llegado usted al fin del mundo’. La reacción ante la enfermedad de la protagonista, la relación con su hermana –con la que convive– sus vínculos están retratadas en la película que dirige la actriz argentina Paula Siero, que se ha cambiado de bando temporalmente. Anoche se exhibió en Cine Albéniz.
–¿Qué pasa cuando uno llega al fin del mundo?
–Yo siempre digo que el fin de algo es siempre el principio de otra cosa. Ese cartel es una metáfora sobre la situación de la protagonista, que piensa que allí las cosas pueden ser diferentes. Ella lo cree así y por eso decide emprender su viaje.
–¿Pueden serlo?
–Es difícil, el final es inevitable para todos. La manera será diferente, pero la muerte es para todos. Ahí tiene mucho de verdad la película, no crea falsas esperanzas.
–Una película dura...
–No, para nada. El tema principal es cómo encuentran las hermanas el dinero para viajar. No tiene golpes bajos, porque a mí me enfurece ver golpes bajos en las películas: Es una forma muy simple de incomodar al espectador. Creo que hay que comerse más la cabeza para conseguir eso. Sí es una película que tiene mucha verdad: Ninguna hermana es ni muy buena ni muy mala, hay amor, peleas... como todos. En esas aparece también un músico que se enrolla con las dos y genera problemas... En fin, es una película de personas. Me gustan mucho las películas que hablan de la humanidad de las personas, entendida como lo que es, no como lo que debería ser.
–¿Hay mucho de la relación entre estas dos hermanas de la suya con sus hermanos?
–Bueno, digamos que la visión positiva de la enferma por viajar y acabar así sus últimos días de vida es un homenaje a mi hermana, que falleció y tenía esa actitud positiva ante la situación. Pero yo creo que en el fondo eso lo tenemos todos: todos vamos a morir algún día y no nos sentamos a esperar. Lo que pasa es que cuando se te pone tan delante, tan cerca, hay que reaccionar y decidir qué hacer.
–Será algo complicado.
–La película trata eso, de los vínculos cercanos, cotidianos y qué pasa con ellos cuando ocurre algo inevitable como el final de una enfermedad y cómo se modifican esos vínculos.
–Usted es actriz, ¿Cómo ha llevado lo de dirigir una película?
–Empecé a escribir sin pensar que iba a ser una película y con el tiempo pensé que podía ser una película. Junto a la coguionista gané un premio al guión en La Habana y levantamos el proyecto. Pero yo no hago la película como directora de cine, no me siento eso. Soy actriz y con eso me gano la vida, pero también una gran cinéfila, ya que veo cantidades industriales de cine. No tuvimos mucho presupuesto ni el tiempo deseado para filmar, pero eso despertó la creatividad en todas las áreas. El lema de la película era adaptación. No existen los problemas, hay que adaptarse. Hasta el guión cambió sobre la marcha.
–¿Feliz con la experiencia?
–Sí, mucho. Ser actriz me ha servido para dirigir actores y lo de dirigir me ha ayudado para ser mejor actriz. Ahora entiendo mejor las cosas.
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