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Cultura

No hables, baila

  • El bailarín y coreógrafo malagueño Fernando Hurtado presenta el miércoles y el jueves en el Teatro Cánovas su último montaje, 'Visitando otros jardines', basado en la obra del artista paraguayo Ricardo Migliorissi

Hubo, nadie lo dude, una época de esplendor en la segunda mitad de la década de los 80 que convirtió a Málaga en referente para toda España en lo que a danza se refiere. El trabajo de Thomé Araújo al frente de Málaga Danza Teatro no sólo gozó de una proyección nacional e internacional (al éxito en el Certamen Coreográfico de Madrid en 1987 le siguió la beca de la Fundación Mercé Cunninggham) sino que cristalizó en Málaga en multitud de compañías, artistas, espectáculos y espacios como los Comedores Universitarios, que lograron sostener a un público notable desde la más estricta independencia. Desde entonces, posiblemente el episodio más feliz en esta historia de amor (y también, a veces, desencuentro) entre Málaga y la danza ha venido de la mano de Fernando Hurtado, malagueño del 66, formado en la escuela de La Central (otro templo histórico del teatro y la danza en Málaga) primero y en Barcelona, Madrid, Frankfurt y Nueva York después y poseedor de una trayectoria admirable, dentro y fuera de España, forjada a fuego lento desde su atalaya en Nerja. Hurtado representa bien el enlace entre toda aquella explosión y todo lo que la danza puede dar de sí en el futuro en Málaga. Cada nuevo espectáculo de su compañía constituye, por tanto, una oportunidad única para comprobar en qué medida aquella tradición de la danza hecha aquí se mantiene viva y con qué garantías cuenta para renovarse, desdecirse, transformarse, y ser otra de aquí a nada.

El acontecimiento en cuestión tendrá lugar esta semana, el miércoles 12 y el jueves 13 a las 21:00 en el Teatro Cánovas. La Compañía de Fernando Hurtado estrenará su último montaje, Visitando otros jardines, un proyecto que da cuenta precisamente de la inquietud e intuición de su director y coreógrafo a la hora de establecer nexos con otros lenguajes artísticos distintos de la danza. La propuesta, además, termina siendo un resultado lógico de la internacionalización proverbial que la compañía ha experimentado en los últimos cinco años, especialmente en África y Latinoamérica, donde Hurtado no sólo ha presentado sus creaciones producidas en Nerja, sino que ha diseñado coreografías exclusivas para instituciones como la Compañía Nacional de Danza de El Salvador (The other side), el Ballet Nacional de Paraguay (Hijo de Fuego) y el Festival Hifa de Zimbabwe y Namibia (Mano a mano). Fue en 2008 cuando Hurtado conoció en Asunción al artista, escenógrafo y arquitecto Ricardo Migliorissi, uno de los máximos exponentes de las artes plásticas en Paraguay, pionero del pop art en Latinoamérica y uno de los creadores más reconocidos de su generación en todo el mundo. El flechazo artístico fue inmediato. Hurtado lo explica con claridad: "Es difícil definir por qué a una persona le atrae con especial atención una cosa, pero lo que sí sabe con seguridad es que tiene que hacer algo con esa cosa. A la hora de elegir un tema o un motivo para afrontar un nuevo proyecto, siempre he intentado buscar la medida justa entre lo que elegiría Fernando Hurtado y lo que viene bien a la Compañía de Danza Fernando Hurtado. ¿Y qué puede haber en común entre lo que quiere decir el primero y lo que puede resultar interesante para la segunda, teniendo en cuenta además la situación actual, la trayectoria de la compañía, lo que ya tiene y lo que debe tener? La respuesta es la obra de Ricardo Migliorissi".

Visitando otros jardines traslada al escenario, mediante cinco bailarines, el trabajo de Migliorissi (Asunción, 1948), especialmente los muchos libros de dibujos que ha publicado desde 1966. Semejante tarea llegó a ser titánica, como subraya Hurtado, ya que la producción del artista, grafómano hasta las entrañas, es enorme. Pero, al mismo tiempo, el coreógrafo pudo adoptar su estética de un modo, si se quiere, argumental, ya que Migliorissi representa en sus dibujos a personajes "sorprendidos en pequeñas situaciones que oscilan entre la tristeza y el ridículo, lo fantástico y lo cotidiano, siempre tomando como referencia la condición humana". Esta premisa encaja desde luego como un guante en la aventura artística que la Compañía de Fernando Hurtado ha desarrollado desde su creación en 2000, a través de espectáculos como Quisiera borrarte de un respiro y Sin aliento: la depuración de un lenguaje expresado a través del movimiento que pretende abarcar todas las facetas de lo humano, desde la más corriente a la más elevada (un empeño barroco) hasta ofrecer una representación del mismo ser humano en la que la danza adelanta a la palabra. En Visitando otros jardines la música vuelve a ser ecléctica, diversa a modo de exploración, de Beethoven a Franz Ferdinand y Gustavo Santaolalla pasando por la malagueña Paloma Peñarrubia. Hay una versión mejor de cada uno en la danza. Y Hurtado lo sabe.

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