El hogar de los bien nacidos
reconocimiento
Una placa señala la casa en la que vino al mundo el pintor Eugenio Chicano
En su raíz etimológica, el nombre Eugenio, procedente del griego, significa bien nacido. Y si el nombre termina definiendo, más tarde o más temprano, a cada persona, quienes conocen bien al pintor malagueño Eugenio Chicano saben que el suyo le sienta como anillo al dedo. Si de nacer se trata, eso sí, Chicano vino al mundo el 24 de diciembre de 1935 en el número 6 de la calle Sánchez Pastor, casa que desde ayer luce junto a su puerta una placa que recuerda este acontecimiento sin el que, inevitablemente, la historia reciente de la cultura en Málaga habría sido muy distinta. El propio Chicano, acompañado del alcalde, Francisco de la Torre, protagonizó el descubrimiento de la placa en un acto emotivo y repleto de amigos, además de cómplices institucionales como buena parte de la Corporación municipal; la delegada provincial de Cultura, Monsalud Bautista; el presidente de la Academia de San Telmo (de la que es miembro Chicano), José Manuel Cabra de Luna; el director de la Fundación María Zambrano y parlamentario andaluz, Antonio Garrido Moraga; el director del Parque Tecnológico de Andalucía, Felipe Romera; la directora del Archivo Histórico Provincial, Esther Cruces, y representantes de la Academia de Ciencias, de varias cofradías, diversas agrupaciones culturales y otras entidades protagonistas de la cultura malagueña.
El que fuera portavoz socialista en el Congreso de los Diputados y en el Ayuntamiento de Málaga, Eduardo Martín Toval, glosó en su intervención la figura de Eugenio Chicano, desde sus inicios como pintor en la Peña Montmartre en clave de resistencia política contra el franquismo, pasando por su formación y consagración en Verona, su regreso para la puesta en marcha de la Fundación Picasso Casa Natal y su labor como presidente de la Asociación de Amigos del Museo de Málaga; pero también evocó la misma historia de la calle Sánchez Pastor desde los años en que era conocida como el callejón de las Carmelitas, el mismo que acogió la freiduría en la que se inventaron los soldaditos de pavía y otros muchos milagros de una Málaga que parecía, también, siempre a punto de nacer. Martín Toval subrayó la categoría de Chicano como amante de "la cultura más elitista y la más popular", una querencia barroca que ayer tuvo su particular representación en el amplio público congregado en el acto, tan multitudinario que el alcalde creyó confundirlo nada más llegar con una manifestación. Culminó su intervención Martín Toval con una oportuna cita de Bertolt Brecht en justo homenaje a Chicano: "La buena gente es mejor cuanto más se la conoce".
Sin ocultar su emoción, Chicano rememoró la Málaga en la que vino al mundo justo aquí, "una Málaga zaragatera, muy pobre, muy rica, intelectual y analfabeta". Desde la "atalaya" que constituyó el edificio en que nació, a cuya fachada, aún conservada, se refirió como "un pastiche nazarí", Eugenio Chicano vio pasar "el mundo, la gente pobre a la que veía a diario, los cantaores como La Paula, Pepe el de la Isla y El Chaqueta, a los que preguntabas por un cante y te lo cantaban gratis. Aquí conocí a aquella buena gente, y aquí entré en contacto con los oficios, con el panadero, con la planchadora, con la imprenta a la que venía a comprar mis primeros lápices de colores y el papel de barba". Y sí, aquí nació Chicano, sin cuyo pincel el pop art habría pasado de largo en España. El hogar de todos.
También te puede interesar
Lo último