Jennifer López convierte Marenostrum Fuengirola en una pista para 'Dance Again'
El concierto de la diva del Bronx se atrasó cerca de una hora debido a "causas meteorológicas" originadas por el viento
Ozuna arrasa en Marenostrum Fuengirola con una noche de reguetón
La cuenta atrás para una de las citas más esperadas del año llegó a su fin. Desde que se anunció el concierto de Jennifer López en Málaga, los seguidores de la cantante parecía que no veían que llegase el día. Aunque empezó casi una hora después de lo previsto, ya que abrieron más tarde las puertas por causas meteorológicas –hacía mucho viento–. El arranque del concierto no estuvo exento de tensiones. El público, que llevaba horas esperando bajo el sol, mostró su descontento durante ese tiempo. "Nos hemos enterado del motivo por redes sociales, y encima se mezclan las colas", comentaba un grupo de asistentes.
Los primeros acordes de On the Floor dejaron ver que la noche del 11 de julio no sería una más en Marenostrum Fuengirola. Jennifer López apareció en el escenario, arrancando gritos de incredulidad y euforia. Bastaron pocos segundos para que el público reaccionase y cantase a pleno pulmón junto a la cantante.
La diva del pop enlazó enseguida con Save Me Tonight, una canción todavía inédita que dejó ver su faceta más emocional, haciendo alarde de un derroche de sensualidad. “¿Se sienten bien? Thank you so much for being here”, saludó la artista del Bronx. Y la respuesta fue un rugido que se oyó pasado el Castillo Sohail, que enlazó con Booty, donde el cuerpo se impuso al ritmo de la canción. Ain’t Your Mama, otro de sus temas más conocidos, volvió a mezclar empoderamiento y coreografías de alto voltaje. Para entonces, la pista —y parte de la grada— era ya una pista de baile.
Jenny From the Block, versionada con la intro de We Will Rock You, fusionó Bronx y rock en un tema reinventado en referencia a la canción de Queen. Le siguió Welcome to the Jungle, mostrando su lado más salvaje sobre los escenarios, y I’m Real provocó nostalgia con sabor a los 2000. Con Regular, otra de las inéditas que podrían formar parte de su próximo disco, demostró que sigue explorando sonidos sin perder su identidad, con un toque más rock. Y Get Right fue la excusa perfecta para dar protagonismo a su banda y su ejército de bailarines. Esta canción se convirtió en una de las más ovacionadas de la noche.
A Jennifer López se la notaba a gusto. Sonreía, hablaba, aunque poco, en español y lanzaba miradas cómplices al público como si estuviera en una fiesta entre amigos. Pasados los minutos, lejos de dar muestras de cansancio, JLo parecía multiplicar su energía. A medida que el espectáculo avanzaba, la artista respondía con más coreografías, más cambios de vestuario, más brillo. Cambiaba de look entre canción y canción como quien cambia de vestuario a su sim: del brillibrilli al cuero sin apenas tregua, ni para ella ni para los que intentaban seguirle el ritmo.
Arropada por el conjunto de luces que iluminaban el escenario, la cantante interpretó Gracias a la vida, de Mercedes Sosa, en homenaje a España y al español, el idioma de sus padres. Luego encadenó If You Had My Love, Ain’t It Funny y Qué Hiciste —que no cantaba desde hacía años— con potencia vocal y con seguridad escénica, de un lado hacia otro. Otra de las joyas de la noche fue Si una vez, versión en homenaje a Selena. La siguió Wreckage of You, otra canción inédita que sonó como confesión a corazón abierto.
Durante el concierto, las pantallas vibraban con gráficos explosivos y llamativos, los bailarines mantenían una energía incansable, animando al público, y los cambios de vestuario de Jennifer López parecían ser parte de un truco de magia: todo sucedía en un parpadeo, con el añadido de que no se perdía el ritmo ni la conexión con los allí presentes. Mientras el vaivén de las olas se apreciaba detrás del escenario, el recinto de Marenostrum vibraba con fuerza al aire libre, mezclando luces, humo y una JLo que parecía incansable.
Pero si la noche había sido una montaña rusa de emociones, faltaba aún la subida más alta. La metralla final. Con Waiting for Tonight todo se volvió euforia colectiva. El público bailaba como si acabara de empezar. Y eso que ya había pasado más de una hora de no parar de moverse. Pero tanto el público como ella parecía que no habían movido un músculo, cuando la realidad era que no quedaba ninguno por menear. Dance Again fue el empujón definitivo que reforzó Let's Get Loud.
Después de la subida de adrenalina, JLo interpretó Free, otro tema inédito, que sonó en la cosa fuengiroleña como una declaración personal, como si compartiera un secreto que ha estado guardando durante años. Y con Up All Night, se despidió por todo lo alto: saltando, riendo, dedicando grstos de cariño a sus fans, y lanzando besos. La última nota retumbó en las piedras del castillo e hizo vibrar todo el paseo marítimo.
Cuando todo parecía haber acabado, y ante los gritos de los asistentes pidiendo una más para alargar la cita con la diva, volvió a aparecer sobre el escenario para un último adiós. Y menuda despedida. Gritos, miradas incrédulas, baile... El anillo vibró desde cada rincón del recinto. Y al acabar, ahora sí, la neoyorquina desapareció. El público, exhausto y feliz a partes iguales, se resistía a marcharse. Porque cuando Jennifer López canta, baila y abraza a su público, nadie quiere que la noche se acabe.
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