Ozuna arrasa en Marenostrum Fuengirola con una noche de reguetón

"Buenas noches, Málaga, muchas gracias por el cariño siempre", dijo el artista puertorriqueño

Maná y Marenostrum Fuengirola sellan una noche de 'amor clandestino'

Ozuna en su concierto en Marenostrum Fuengirola.
Ozuna en su concierto en Marenostrum Fuengirola. / Marenostrum Fuengirola

El escenario de Marenostrum Fuengirola vibró este domingo para poner fin a la semana con la visita de Ozuna, una de las figuras más reconocidas del reguetón a nivel mundial. Cerca de la hora prevista, el artista puertorriqueño saltó al escenario pasadas las 22:00. El tema que eligió para romper el hielo fue Del mar y encendió los ánimos de un público entregado desde que sonó la primera nota. El castillo Sohail, a las espaldas de los asistentes, parecía unirse al ritmo de la música mientras un juego de luces, pantallas y efectos envolvía la explanada en una atmósfera de espectáculo al más puro estilo del cantante.

Desde los primeros compases, el artista combinó voz y una energía sin tregua en la que enseguida se unió la conexión con su público. Después enlazó con Guay, una de sus canciones más recientes que apuesta por una versión suya más tropical. Los asistentes, mayoritariamente jóvenes y conocedores de prácticamente todo su repertorio, respondieron sin dudar un solo verso con gritos y coros que acompañaron cada palabra que entonaba el puertorriqueño.

"Buenas noches, Málaga, muchas gracias por el cariño siempre", saludó. Ozuna repasó los momentos más destacados de su carrera con una sucesión impecable de temas como Tengo un plan y Sirenita. Sin grandes interrupciones más allá de motivar a su público -aún más si cabe-, encadenó éxitos que alternaban el lado más sensual y suave del cantante con el opuesto, el reguetón más clásico. Nadie como tú fue uno de los momentos más coreados de la primera mitad del espectáculo, canciones propicias para el verano.

A medida que avanzaba la noche, el artista intensificó el ritmo y apeló a la nostalgia reciente con hits como Dile que tú me quieres, Escápate conmigo y Caramelo, a los que el público respondió rugiendo con fuerza. La puesta en escena mantuvo siempre un buen espectáculo visual, con un cuerpo de bailarines que elevó el espectáculo sin robar protagonismo al cantante, que no dejó de moverse de un lado a otro para que los asistentes lo sintieran más cerca.

Hubo espacio para colaboraciones sin invitados físicos pero sí con la voz de grandes temas compartidos, canciones que todo el mundo en Marenostrum vociferó: Ahora dice, Me niego, Vaina loca o Yo x ti, tú x mí sonaron como si los artistas colaboradores estuvieran allí. La multitud no necesitó más que gozar estos temas que no podían faltar en el repertorio. Fuengirola se convirtió en una enorme pista de baile donde cada canción era recibida como un himno generacional.

El bloque final fue una sucesión apoteósica de grandes éxitos: Criminal, Síguelo bailando, China y Baila, baila, baila encendieron los móviles en modo grabación perpetua, tema de éxito tras tema de éxito. El reguetón comercial alcanzó su clímax y el público no dejó de saltar en ningún momento. Ozuna, entre sudor y muestras de afecto hacia sus fans, se dirigió a los allí presentes con palabras de agradecimiento.

Para cerrar, el artista eligió una combinación explosiva con El farsante, una de las más coreadas, si no la que más y Hey mor, antes de fundirse en un adiós cargado de una explosión de emociones con los inconfundibles acordes de Te boté remix, que llenó de gritos el recinto, y Takitaki. La multitud, exhausta tras hora y media de no parar de saltar, bailar y gritar, pero feliz por lo vivido, pidió más incluso cuando el cantante desapareció del escenario y las luces ya pedían una despedida.

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