José Luis Raya rescata la vida de Sandra Almodóvar en su nueva novela biográfica
La artista 'trans' se convirtió en uno de los símbolos contra la represión del colectivo LGTBI en la Torremolinos de los 60
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En una de esas esquinas oscuras de la historia, donde lo marginal y lo glorioso se rozan sin mezclarse, José Luis Raya encontró una de esas historias que merecen la pena ser contadas. La turbulenta vida de Sandra Almodóvar, publicada por la editorial Aliar, no es solo el retrato de una artista trans que brilló entre bambalinas; es, sobre todo, un ejercicio de memoria y una forma de redención tardía para una mujer que deslumbró con su talento, pero a la que la vida no dejó florecer.
Sandra Almodóvar, nacida en Melilla en 1950, vivió una infancia marcada por la dureza de un entorno hostil. “Era un niño afeminado, quería ser niña, quería ser mujer. Y en aquel Melilla de 1960, eso era francamente duro”, recuerda Raya. Su padre, legionario, ejercía una autoridad férrea que empujó a Sandra a escapar, como tantos otros jóvenes homosexuales de la época, buscando refugio y libertad en otros rincones de España. “Huyó, empezó a trabajar en Torremolinos, en lo que salía, a pesar de que lo suyo era el espectáculo”, cuenta el autor. Allí, entre divas como Sara Montiel y las luces de neón de los clubes nocturnos, Sandra empezó a construir su identidad.
La novela se adentra con detalle en ese trayecto entre la opresión y la libertad, narrando cómo Sandra se abría paso en los bares y teatros, entre Torremolinos y Madrid. “Fue una mujer totalmente maltratada, humillada por sus parejas”, lamenta Raya, que no esquiva en su narración las sombras que opacaron los éxitos de la artista. La vida de Sandra fue, al mismo tiempo, una lucha constante contra los abusos, el abandono y la violencia que la acompañaron tanto en lo íntimo como en lo público.
La historia detrás de la novela también tiene algo de destino truncado. José Luis Raya conoció a Sandra en uno de sus espectáculos, en el mítico club 'Pourquoi Pas?', uno de los primeros espacios de ambiente gay en España. Años después, meses antes de morir, fue la propia Sandra quien le propuso escribir su biografía. “Me invitó a una cerveza una tarde y me propuso escribir su vida. Quedamos en que sí, pero no llegamos a hablar más. Falleció”, recuerda con nostalgia. Aquel encuentro fortuito fue suficiente para arrancar un proyecto que Raya decidió empezar por su cuenta, reconstruyendo la vida de Sandra con paciencia y mucha investigación.
“El trabajo de documentación fue duro”, admite. Sin la posibilidad de entrevistar directamente a la protagonista, el escritor se apoyó en testimonios, entrevistas, y documentos dispersos. El más importante, un pequeño diario que Sandra había dejado en manos del dueño del 'Pourquoi Pas?'. “Tenía como diez folios, no mucho, pero contaba sus primeros años. A partir de ahí, Miguel, el dueño, me dio contactos, números de teléfono, etc. y la historia fue tomando forma”.
Uno de los hitos en la vida de Sandra que atraviesa el libro con fuerza simbólica es la redada del Pasaje Begoña, en junio de 1971. Aquella noche, decenas de personas fueron detenidas por la policía franquista en un lugar que había funcionado hasta entonces como un oasis de libertad para la comunidad LGTBI. Sandra estuvo entre ellas. “Se la llevaron a la cárcel y se convirtió en un símbolo de la lucha contra la represión”, subraya el autor.
La coincidencia ha querido que, justo en estos días, el Pasaje Begoña haya sido reconocido institucionalmente con su rehabilitación oficial por parte del Gobierno. Un gesto que, para Raya, tiene una enorme carga histórica: “Es como el pequeño Stonewall de Nueva York del 68. Un sitio muy importante para la comunidad LGTBI. Un punto de encuentro donde se respiraban libertad, solidaridad y respeto aunque el franquismo aún latiera con fuerza”.
La novela también aborda los vínculos de Sandra con figuras clave de la cultura española. En Madrid, gracias a su cercanía con amigas de Sara Montiel, su figura fue ganando notoriedad hasta llegar a Pedro Almodóvar. Su aparición fugaz en La mala educación selló esa relación simbólica con el director manchego, cuyo apellido adoptó como propio. “Podría haber llegado lejos, pero fue una estrella fugaz”, lamenta Raya. “Su carrera se truncó por las malas relaciones que tuvo. Todas sus parejas la maltrataron y le robaron durante años”.
La turbulenta vida de Sandra Almodóvar no es solo una biografía, es una reivindicación. Un recordatorio de todas esos derechos conquistados que no siempre fueron posibles.
“¿Y sabes lo que más me ha impresionado de Sandra Almodóvar?”, dice Raya en la última parte de la conversación. “Que fue una persona maltratada y apaleada, y a pesar de todo, siempre te ofrecía una sonrisa de amor”.
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