Aventura existencial, Estados Unidos, 2012, 117 min. Dirección: Joe Carnahan. Guion: Joe Carnahan, Ian Mackenzie Jeffers. Fotografía: Masanobu Takayanagi. Música: Marc Streitenfeld. Intérpretes: Liam Neeson, Dermot Mulroney, James Badge Dale, Frank Grillo, Nonso Anozie, Dallas Roberts. Cines: Rosaleda, Vialia, Plaza Mayor, Rincón de la Victoria, Málaga Nostrum, El Ingenio, Miramar, La Cañada, La Verónica, Plaza del Mar, y El Ingenio.

Inevitable no pensar en títulos como El vuelo del Fénix, ¡Viven! o las más recientes Essential killing o Camino a la libertad mientras vemos The Grey. De las primeras, el filme de Joe Carnahan (Narc, El Equipo A) adopta la premisa del accidente de avión y la deriva genérica de la lucha por la supervivencia de un grupo en una situación límite, pretexto para el retrato de la naturaleza humana con trasfondo existencial. De las dos últimas, el paisaje hostil, frío y nevado en el que se desarrolla la acción y un trayecto narrativo reducido al mínimo esquema de avance y parada, acción y reflexión.

Con todo, The Grey no se interesa tanto por la depuración distanciada y escasamente psicologista de las cintas de Weir y Skolimowski, como por la voluntad de trazar un relato de supervivencia con puntuales y medidas dosis de acción, suspense, violencia y espectacularidad, propiciadas por el accidente y por los enfrentamientos con una manada de lobos asesinos, y ocasionales pinceladas intimistas a propósito de los recuerdos personales y la melancolía suicida que invade al protagonista que interpreta un solvente Liam Neeson.

Carnahan se muestra más acertado con algunos hallazgos visuales (la sangre y las huellas en la nieve, los ojos azules de los lobos brillando, amenazantes, en la oscuridad de la noche) que en su pretensión de insuflar un tono lírico (rozando lo cursi) a la tragedia anunciada, en una historia que lucha por mantener la verosimilitud y cierto aliento filosófico dentro de los inevitables peajes del género.