Arte malagueño detrás del triunfo de Austria en Eurovisión: Borja Rueda firma la coreografía

También ha trabajado los números musicales de producciones del Teatro del Soho y con Ana Mena

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Borja Rueda, Sergio Jaén, el austriaco JJ y todo el equipo ganador de Eurovisión 2025.
Borja Rueda, Sergio Jaén, el austriaco JJ y todo el equipo ganador de Eurovisión 2025. / M. H.

Málaga/La actuación ganadora de Eurovisión este año ha sido Austria, pero tiene un pequeño acento de Málaga. "Sí, ahí he puesto mi garito de arena en ese número y la verdad que estoy súper contento, súper orgulloso", dice Borja Rueda, coreógrafo malagueño, aún procesando la emoción de haber coreografiado uno de los momentos más aplaudidos de la gala. Confiesa que se siente "ilusionado" con la respuesta que tiene en España y en su tierra. "Orgullo de que ese premio de este año tenga un poquito de esencia española y de esencia malagueña, por supuesto", comenta con una sonrisa en delcaraciones a este periódico.

Rueda se refiere a la actuación de JJ, joven y prodigioso contratenor austriaco, cuya propuesta escénica se ha diferenciado del resto de actuaciones del festival. Una pieza en blanco y negro, con planos cerrados, sin mostrar al público, minimalista, teatral. "Si ves toda la gala de seguido, llega el momento de Austria y parece que no estás en Eurovisión, estás en una peliculita", explica Rueda. Según el coreógrafo, es "como una pequeña pieza operística", algo "muy complicado de conseguir y que te dejen conseguirlo".

Detrás de esa apuesta arriesgada está Sergio Jaén, director creativo de la delegación austriaca. El malagueño confiesa que está muy contento por su compañero, "porque es un genio que tenemos en España". Como indica Rueda, la canción "ha quedado tal cual se la imaginaba desde el primer momento": "Ha luchado mucho para que se le permitiera hacer una puesta en escena tan diferente".

Ambos se conocieron meses antes durante Eurovisión Junior en Madrid. "A los 20 minutos ya éramos compadres", recuerda entre risas. La conexión fue inmediata, y Jaén no dudó en fichar a Rueda como coreógrafo para las delegaciones de Austria y Chipre este año, después de recibir "muchas propuestas": "Me dijo: 'Me ha llegado un temazo, escúchalo, esto lo tenemos que hacer'. Y yo le dije: 'No entiendo mucho de Eurovisión, pero me cuesta pensar en mejores canciones que esta'".

A partir de ahí, todo fluyó. Confiesa que ha sido un trabajo "muy orgánico". "No era una coreografía en el sentido estricto, porque si no quedaría muy impostado. Era dirección de movimiento, que le saliera del alma a JJ", explica Borja Rueda. Y él era el encargado de organizar esos movimientos, de pulirlos y elegirlos. "Pero todos venían de él, ha sido muy bonito", añade. Todos los ensayos fueron en Madrid: "Ha sido todo como muy peculiar, nos vamos a Eurovisión, vienen a Madrid a ensayar con nosotros, y ahora nos vamos allí a Basilea".

Lo técnico también formó parte del desafío. Había que incluir cosas que no se ven: que en un momento el contratenor pulsa un botón para que se mueva el mástil, pisa una tecla para que se despliegue la tela y "todo eso sin que parezca que está manipulando nada". El coreógrafo señala la precisión casi quirúrgica de cada gesto: "Tenía que parecer que luchaba contra una tormenta sin que se le colara ni un soplo de aire en la garganta, porque tenía que cantar semejante canción, y él ha estado muy disciplinado".

Aunque lleva 12 años en Madrid, Rueda no olvida su orgiden y sus raíces malagueñas. "La vida me pone mucho malagueño siempre", admite con una sonrisa. También ha sido el coreógrafo de Chipre, que se quedó a las puertas de la final. Rafa Soto, uno de los bailarines de este número, es malagueño también. "Y yo, trabajando con Antonio Banderas en el Teatro del Soho Caixabank, con María Peláez en el Benidorm Fest, con Ana Mena... Siempre tengo boquerones y boqueronas alrededor", bromea.

Su historia no comenzó con una vocación clara. Él se pensaba que se dedicaría al dibujo y las bellas artes porque era algo que le gustaba y se le daba bien. Empezó a bailar "muy tarde", con 16 años. Se apuntó a un curso de verano en Escuela Superior de Artes Escénicas de Málaga (ESAEM) por una amiga que lo animó. "Salí de la primera clase y ya tenía claro que lo que quería hacer era bailar". Desde entonces, su mirada siempre ha estado puesta en la coreografía: "Me enseñaban algo y yo ya pensaba cómo lo haría yo".

Rueda, además de ser el coreógrafo de los números musicales de Gypsy, Company o Tocando nuestra canción, ha trabajado en programas como Operación Triunfo, Tu cara me suena y con artistas como Ana Mena o Ruth Lorenzo. Pero Eurovisión ha sido, sin duda, un punto de inflexión. "Yo no soy nada competitivo. Con estar contento con lo que hacemos ya estoy feliz. Pero claro, de repente ganas y te quedas loco", admite.

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